¿Qué tanto tiempo debe durar el duelo?

Nueva York.— Después de más de una década de argumentaciones, el cuerpo de psiquiatras más poderoso de Estados Unidos agregó en esta semana un nuevo desorden a su manual de diagnósticos: el duelo prolongado.

La decisión marca el final de un largo debate dentro del campo de la salud mental, provocando que los investigadores y médicos vean el duelo intenso como un objeto de tratamiento médico, en un momento en que muchos estadounidenses están abrumados por las pérdidas.

El nuevo diagnóstico sobre el desorden de un duelo prolongado, fue diseñado para aplicarlo a una estrecha parte de la población que se encuentra incapacitada y sigue rumiando un año después de sufrir una pérdida, y no ha podido regresar a sus anteriores actividades.

Su inclusión en el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Desórdenes Mentales significa que los médicos pueden cobrarle a las empresas de seguros por atender a la gente que padece esa condición.

Es muy probable que eso abra un flujo de financiamiento para la investigación sobre tratamientos —naltrexona, un medicamento utilizado para ayudar a tratar una adicción, está actualmente en ensayos clínicos como una forma de terapia de duelo— e inició una competencia para la aprobación de medicinas por la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Desde los años 1990, una serie de investigadores argumentaron que las intensas formas de duelo deberían ser clasificadas como enfermedades mentales, diciendo que la sociedad tiende a aceptar el sufrimiento de las personas que han perdido un ser querido como algo natural y que no han utilizado un tratamiento que pueda ayudarlas.

Ellos esperan que un diagnóstico les permitirá a los médicos ayudar a una parte de la población que a través de la historia se ha quedado aislada después de sufrir pérdidas terribles.

La doctora Holly G. Prigerson, psiquiatra epidemióloga, estudió a un grupo de pacientes de edad avanzada, recopilando información acerca de la efectividad del tratamiento sobre la depresión.

“El duelo es normal, pero a nosotros como psiquiatras no nos preocupa eso, sino la depresión y ansiedad”.

Su investigación demostró que en la mayoría de la gente, los síntomas del duelo llegaban a su punto álgido en seis meses después de la muerte. Ella estima que un 4 por ciento de esas personas sigue sintiéndose “pésimo” y sigue teniendo problemas con su ánimo, funcionamiento y sueño a largo plazo.