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Salud

Aumentan casos de Covid ¿y la vacuna Patria?

El desarrollo del biológico mexicano permanece estancado en la fase II de ensayos clínicos por falta de voluntarios

Israel Sánchez
Agencia Reforma

lunes, 20 junio 2022 | 06:29

Agencia Reforma

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Ciudad de México.- Ante la evidente e ineludible realidad que supone la quinta ola de una pandemia que se ha prolongado ya por más de dos años, cabe preguntarse: ¿Quién está detrás del aumento de casos esta vez?

"Cómo en otras partes del mundo, la aparición de la variante Ómicron y sus sublinajes son parte del problema", dice a Reforma el doctor en ciencias bioquímicas con especialidad en bioinformática Fidel Alejandro Sánchez Flores.

"Pero la otra parte es el relajamiento de las medidas y, en particular, el abandonar el uso de cubrebocas", agrega el encargado de la Unidad de Secuenciación Masiva y Bioinformática del Instituto de Biotecnología (Ibt) de la UNAM, y presidente de la Academia de Ciencias de Morelos.

Es decir, así como hace un año el incremento de contagios y defunciones se debía a las variantes Alfa y Gamma (REFORMA 30/06/2021), que se habían impuesto a B.1.1.519 y posteriormente serían desplazadas por Delta, en esta ocasión la prevalencia es de la referida Ómicron y sus sublinajes.

Particularmente BA.2, que pasó de estar presente en el 48.9 por ciento de las muestras analizadas por el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex) en un corte previo al último; ahora el sublinaje representa ya el 87.3 por ciento. Lo cual parecería explicar la tendencia al alza registrada de algunas semanas a la fecha.

"Esto siguió una dinámica similar vista en otros lugares, donde la transición fue BA.1 - BA1.1. - BA.2, con sus respectivos sublinajes", apunta Sánchez Flores, quien pertenece al grupo de análisis del Consorcio.

¿Qué implicaciones tiene la prevalencia de Ómicron? ¿Esperaríamos una ola breve y de casos leves, o es el mismo riesgo que en repuntes anteriores?

A pesar de que las nuevas variantes parecen causar síntomas más leves, esto no es una propiedad de la variante sino de la vacunación, principalmente. La gente no vacunada puede tener mayores problemas, además de que la inmunidad que adquieren por una infección natural es mucho más baja que la de cualquier vacuna.

Una ola, aunque fuera corta, podría llevar al colapso del sistema de salud y aumentar los decesos en el País. Finalmente, hay muchos síntomas y secuelas que son inhabilitantes y que causarán una gran carga al sistema de salud en los años venideros, además de una baja en la esperanza y calidad de vida.

A pregunta expresa sobre si las vacunas adquiridas por el país y que el Gobierno continúa aplicando -aunque a un ritmo y escala mucho menor que antes- serán capaces de blindar a la población contra la variante detrás de esta quinta ola, el especialista del Ibt responde:

"Todas las vacunas que existen confieren una inmunidad mejor que la que se puede adquirir por una infección. Sin embargo, la eficacia para evitar el contagio es baja ante las nuevas variantes y sublinajes, por lo que hay que mantener otras medidas de protección pasiva, como el cubrebocas".

No quiere esto decir, por supuesto, que no se deba continuar con la vacunación. Por el contrario, entre las medidas para aminorar el impacto de esta ola estaría vacunar a niños, tal como han exigido múltiples voces desde hace tiempo. Medida que apenas fue anunciada el martes pasado, para los más pequeños de 5 a 11 años.

"Definitivamente, es crucial vacunar a los menores", resalta Sánchez Flores.

"De ahí, los adultos mayores, que serían los mayores de 60 años cuya inmunidad es menguante y requieren refuerzos. Luego, personal de salud; y, finalmente, el grupo de 40 a 50 años con refuerzo, si es que aún no se les ha aplicado".

¿Y la vacuna Patria?

Mientras la sombra de esta nueva ola de contagios se proyecta sobre el país, la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, celebra el presunto avance de la vacuna Patria.

"Va muy bien, va muy bien", compartió la ecóloga hace un par de semanas, aunque el desarrollo permanece estancado en la fase II de ensayos clínicos por falta de voluntarios.

"Pero se pasó la fase I clínica con éxito, demostrando que el desarrollo vacunal Patria -que estamos ya más avanzados- es seguro; tiene una aceptabilidad en el cuerpo humano muy, muy buena, con efectos secundarios locales generalmente moderados, muy poquitos efectos sistémicos", aseguró.

Fue a finales del 2021 cuando la dependencia lanzó la convocatoria para participar en la fase II de la vacuna, estudio de un año de duración cuyo objetivo es evaluar el uso de la misma como refuerzo para personas previamente vacunadas.

Al día de hoy, seis meses después, Conacyt continúa en la búsqueda de voluntarios, mientras Álvarez-Buylla sostiene que ya "hay un avance muy importante en la fase II, que decidimos enfocarla al refuerzo".

"Y les quiero adelantar que estamos por lanzar ya la siguiente fase, R2-3, que va a ser un brazo paralelo a la terminación del R2 (sic), para además poder dar acceso a un número mayor de personas que tengan ya el refuerzo inclusive puesto desde hace cuatro meses o más para poder participar en la última fase de Patria".

De acuerdo con la funcionaria, para quien la investigación clínica "es el reto más grande en el desarrollo de cualquier fármaco", el arribo de Ómicron al País es lo que ha interferido con el éxito del 50 a 60 por ciento en la tasa de reclutamiento de los voluntarios.

"Es decir, 5 o 6 de cada 10 personas, o 50 o 60 de cada 100 que decían 'Yo quiero ser voluntario' podían pasar. Porque teníamos un límite de aceptación de anticuerpos de mil 200, y solamente aquellos que tenían menos de mil 200 de respuesta ya de protección antigénica eran los que podían participar en Patria. Así se definió el proyecto.

"Después de Ómicron esa tasa de éxito bajó al 10, 15 por ciento", justificó. "Entonces, esto implica un retraso en el tiempo tremendo y un ajuste de los proyectos".

Para el investigador Sánchez Flores, se requiere avanzar en las pruebas clínicas de Patria -que desarrolla la farmacéutica veterinaria Avimex con una inversión de 150 millones de pesos del Gobierno federal (15 millones de SRE-Amexcid y 135 millones de Conacyt)-, pero eso llevará tiempo y no se sabe cuál pueda ser el resultado.

"Sin embargo, es prometedor que dado su vía de administración, pudiera generar una inmunidad esterilizante al ser aplicada de manera inhalada, y su producción también sería una ventaja", dijo a REFORMA.

"Podría llegar a ser una opción, como otras vacunas que están en prueba, para temporadas futuras en donde haya reconversión de la vacuna -como ocurre cada año con la de influenza- para ir hacia las variantes", consideró, a su vez, un especialista que prefirió omitir su nombre. "Esta vacuna Patria y todas las que vengan ahorita hay que pensarlas ya como vacunas de refuerzo o vacunas de nueva generación".

Al final, ante la pregunta sobre cuándo prevé que Patria pueda estar lista, Álvarez-Buylla, quien el pasado 9 de junio participó en la puesta en marcha el Laboratorio Nacional de Vacunología y Virus Tropicales (LNVyVT), prefirió no aventurar fecha alguna.

"Esa pregunta, solamente que fuera yo bruja o adivina. Y como no lo soy, pues esa no te la voy a contestar. Ya aprendí mi lección de no estar adivinando".

Persevera Quivax en Querétaro 

Pese a no contar con la misma inversión millonaria de recursos públicos que Patria, otra vacuna que también ha conseguido seguir adelante es Quivax, desarrollada por investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

Luego de haber sido reestructurada ante el surgimiento de las diferentes variantes, y habiéndose probado en animales de laboratorio diferentes excipientes, la vacuna está en fase preclínica y será evaluada por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), tal cual lo informaron la semana pasada la Rectora de la UAQ, Teresa García Gasca, y el principal autor del proyecto, Juan Joel Mosqueda Gualito.

Al término de este ensayo preclínico, y tras obtener el visto bueno de Cofepris, se podrá proceder con las fases clínicas I y II, relacionadas con seguridad en seres humanos, en las que la empresa Neolpharma apoyará con una inversión de 10 millones de pesos.

"El proyecto no se ha detenido en ningún momento. De repente es más lento el trabajo, pero es porque es más trabajo técnico", ha dicho a REFORMA García Gasca, ingeniera bioquímica industrial y doctora en ciencia de los alimentos.

"Nosotros estamos trabajando y caminando lo más rápido que podemos, pero ahí vamos".

Y aunque el trayecto aún parece largo para esta vacuna -que al día de hoy ha contado con 13 millones de pesos, cerca de la mitad provenientes de la sociedad civil mediante un "vacunatón"-, la Rectora de la UAQ apunta a que pueda servir como un futuro refuerzo seguro.

"Necesitaremos forzosamente vacunas de segunda generación que vengan a sustituir a las vacunas aprobadas por emergencia para que, a lo largo de los años que vengan, podamos contar con una vacuna más segura, más estudiada, e igualmente efectiva.

"En esa segunda generación de vacunas es en donde queremos que entre Quivax", remarca.

A decir suyo, finalmente, esta experiencia abre el camino para hacer la gestión de más infraestructura, de plataformas científicas para el desarrollo de vacunas; "que ya podamos salir del laboratorio y arrancar en otras esferas para la producción masiva de vacunas como lo hacíamos hace 40 años, y que eso lamentablemente se perdió".

"También la intención de sacar la vacuna es que se muestre que sí podemos, que ahí está el producto, y lo único que necesitamos en realidad es la voluntad para poner el recurso necesario para el crecimiento.

"México ha invertido más de 2 mil millones de dólares en la compra de vacunas. Hubiéramos podido perfectamente bien financiar el desarrollo de dos o tres vacunas mexicanas, pero no se hizo", lamenta.

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