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Opinión

Ya se ven gobernadores…

Las del 2021 serán las elecciones más grandes de la historia en nuestro país

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 18 octubre 2020 | 06:00

En colaboraciones anteriores he abordado el tema de las elecciones del 2021, la importancia que revisten por el impacto que tendrán sus resultados en la vida toda del país, lo que, por supuesto, nos afecta a los chihuahuenses, ya que de esos resultados dependerá el futuro completo de los mexicanos al decidir los electores si ratifican su voto de confianza a Morena y a López Obrador, otorgándoles nuevamente una abrumadora mayoría en el Congreso de la Unión, o bien, deciden equilibrar las fuerzas del poder político quitándole a Morena esa mayoría que hoy por hoy le permite al presidente hacer lo que le venga en gana.

Las del 2021 serán las elecciones más grandes de la historia en nuestro país. El domingo 6 de junio de 2021 en las 32 entidades federativas habrá elección de diputados el mismo día. Adicionalmente, en 15 estados de la República se elegirá nuevo gobernador, presidencias municipales y congreso local; mientras que en 13 entidades cambiarán ayuntamientos y diputados; en dos únicamente legisladores locales y en dos más únicamente alcaldes. Tan solo en la elección de gobernadores, está en juego la gobernabilidad de poco más de 37 millones de personas y que irán a las urnas para elegir a sus próximos gobernantes por los siguientes seis años. 

Lo que significa que políticos de todas las corrientes, ideologías y colores, competirán por más de 21 mil 300 puestos a nivel nacional. En Chihuahua estarán en juego casi 900 puestos de elección popular que abren espacios para más de 4 mil candidatos. Ese es el contexto general del proceso electoral del próximo año.

¿Cuál es el panorama en los estados que habrá cambio de gobierno el año que entra? el PRI gobierna a poco más de 16 millones 500 mil mexicanos (Campeche 899 mil, Colima 711 mil, Guerrero 3.5 millones, San Luis Potosí 2.8 millones, Sinaloa 2.9 millones, Sonora 2.8 millones, Tlaxcala 1.2 millones y Zacatecas 1.5 millones); el PAN gobierna a 7 millones 488 mil mexicanos (Baja California Sur 712 mil, Chihuahua 3.6 millones, Nayarit 1.2 millones y Querétaro 2 millones); el PRD gobierna a 4 millones 584 mil en el único estado que tiene (Michoacán), un gobierno independiente en Nuevo León que gobierna a 5 millones 119 mil neoloneses; finalmente, Morena gobierna el estado de Baja California Norte a 3 millones 315 mil mexicanos. Ese es el escenario geopolítico y demográfico del año que viene para el proceso electoral en cuanto a gobernadores estatales.

Pero ¿cómo llegan los partidos políticos a estos comicios? Aunque Morena se ha visto favorecido en el promedio de las 8 o 10 casas encuestadoras más serias, obteniendo una marcada preferencia electoral tanto a los cargos de gobernador, en los estados donde se renueva esa figura, como en los de diputados federales, la verdad es que ya cuando se regionaliza el análisis no se ve tan claro el panorama para el partido del presidente, menos en medio de una enorme confusión de la militancia ante la feroz pugna jurídica por la renovación de la dirigencia del partido.

Estos dos factores, regionalización y conflictos internos, no pueden ser excluidos de un análisis serio sobre las posibilidades de Morena para el próximo año, pero tampoco podemos dejar fuera el factor de Morena en el poder. Es decir, esta elección también es una especie de evaluación o calificación que darán los ciudadanos, a la manera en que ha gobernado Andrés Manuel López Obrador, y en ese tema no parece traerlas todas consigo el tabasqueño.

Temas verdaderamente escabrosos como la falta de medicamentos para niños con cáncer, la extinción de los fideicomisos, el conflicto por el agua en Chihuahua, la conformación de la alianza de gobernadores por el federalismo, las manifestaciones de FRENAA, el tremendo descontrol en la pandemia de Covid-19, renuncias de altos funcionarios de su gabinete que salen denunciando corrupción al interior de sus dependencias, y otros de similares características han minado la buena imagen del presidente y, aunque esto no se refleja aun claramente en las encuestas de aprobación presidencial, son temas que cada vez más ocupan los espacios de la discusión social generando reacciones adversas hacia el primer mandatario del país.

Tan sólo por mencionar un ejemplo concreto en Chihuahua, a finales del año pasado y principios del presente, tanto la aprobación presidencial como la preferencia electoral por Morena eran abrumadoramente mayoritarias, claras, sin embargo, luego de algunas decisiones del ejecutivo federal que terminaron impactando negativamente en Chihuahua, somos de los pocos estados de la República en los que la desaprobación al presidente es mayor que la aprobación, y también en el tema electoral, la preferencia por Morena hoy está muy cerrada con el PAN, literalmente en un empate técnico. Esto es parte de la regionalización de resultados del próximo año.

Es en ese escenario político en el cual se disponen ya los partidos políticos a la selección de sus mejores hombres y mujeres para postular candidatos a los cargos de elección popular que estarán en juego el próximo año.

Por Morena, y luego de varios ajustes, han quedado con posibilidades el ingeniero Juan Carlos Loera de la Rosa, actual Delegado de Programas Federales, el senador Cruz Pérez Cuéllar y el empresario Rafael Espino. En mi opinión, sigo pensando, quien más posibilidades tiene es Loera de la Rosa debido a su cercanía directa con el presidente, sin intermediarios, su amplia trayectoria previa en la izquierda, primero en el PRD y luego en la conformación de Morena como partido político, pero principalmente porque trabaja como a López Obrador le gusta, recorriendo todo el estado, entregando becas, apoyos, instrumentando los programas sociales y en contacto directo con los chihuahuenses. Claro, eso puede cambiar en cualquier momento, pero hoy por hoy sigo viendo a Loera en la preferencia de López Obrador.

El caso del PAN es mucho más complicado. No se vislumbran más aspirantes con posibilidades reales que Gustavo Madero, senador de la República, y Maru Campos, alcaldesa de la capital, con una muy clara mayoría de los panistas en apoyo de Maru y mayor preferencia electoral que Madero en las encuestas, sin embargo, los conflictos internos, muy serios, entre el gobernador Corral y Maru hacen bastante previsible un descarrilamiento de la eventual candidatura de la alcaldesa, con todo el costo político que un hecho así ocasionaría al PAN.

Por el lado del PRI se puede apreciar con mucha claridad que todos los astros se alinean en favor de Omar Bazán Flores, diputado local, Vicepresidente del Congreso y Presidente del PRI en Chihuahua, cargos desde los cuales ha sabido ser una buena oposición para el gobierno panista pese al férreo control que tiene Corral en el congreso, convertido en una verdadera máquina de iniciativas, exhortos, posicionamientos, se ha mantenido presente en todos los temas de trascendencia para Chihuahua, y mantiene una estrecha coordinación con la dirigencia nacional de su partido. Esto no quiere decir que no haya otros interesados, solo que no se ve por donde se pueda colar alguien más.

De los llamados “chiquipartidos” solo en el caso de Movimiento Ciudadano parece haber ya una definición en favor de Alfredo “El Caballo” Lozoya, alcalde de Parral, aunque aun no se oficializa todo hace suponer que así será, en los demás (PVEM, PRD, PT) no se observan definiciones claras a estas alturas.

En el caso de los independientes, la causa pierde a Lozoya dejando el camino prácticamente libre al presidente municipal de Juárez, Armando Cabada, quien por cierto sale muy bien posicionado en tercer lugar en todas las encuestas de preferencia electoral o intención de voto, abanderando a los políticos sin partido que, al menos en Chihuahua, en Juárez, es una corriente que ha tomado buen auge entre la sociedad.

De entre estos nombres surgirá quien gobierne la entidad a partir de octubre del 2021, aunque pudieran surgir algunos más se ve difícil, por no decir que imposible, que a estas alturas logren el posicionamiento y reconocimiento requeridos para una campaña estatal.

A diferencia de otros estados donde habrá elección para gobernador, en Chihuahua las cosas no se ven tan bien para Morena, es más, el conflicto político entre Morena y PAN a nivel federal, así como los conflictos internos en ambos partidos, podría llevar las cosas a un punto en el que la tercera vía (Independiente) se haga atractiva para el electorado y cobre la fuerza necesaria para brincar del tercer lugar al primero. Con una preferencia electoral partida en tercios, no hay nada definido o previsible en la elección de Chihuahua el próximo año.

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