Opinión

¿Y la bolsa de los empresarios?

Inmerso el país en dos epidemias, la del Covid-19 y la furiosa ofensiva de la ultraderecha...

Luis Javier Valero Flores
Analista

jueves, 09 abril 2020 | 06:00

Inmerso el país en dos epidemias, la del Covid-19 y la furiosa ofensiva de la ultraderecha, replicada ejemplarmente por algunos de los más fervientes propagandistas del viejo régimen, encabezados paradójicamente por el expresidente Felipe Calderón, quien ha creído llegado el momento de alzarse como el líder opositor de López Obrador, el Gobierno de la 4T se apresta a enfrentar lo peor de la epidemia.

Firme en la convicción de apoyar a como dé lugar a los más pobres del país, cuando se esperaba el lanzamiento de una estrategia general, que abarcara a la totalidad de las esferas económicas, políticas y sociales del país, el presidente se autolimitó y decidió lanzar un conjunto de medidas destinadas a paliar el golpe de la epidemia en los sectores más vulnerables de la sociedad mexicana.

En ellas se advierte el olvido de dos, por lo menos, segmentos de la población: El de los empresarios pequeños y medianos, sobre el cual descansa el mayor número de empleos formales; y éstos últimos, que hoy parecen enfilarse a una de las peores crisis de sus vidas pues sus patrones (la mayoría) se verán imposibilitados a enfrentar la crisis económica, de no existir un plan articulado y suficiente que los auxilie, más allá de la promesa de la obtención de algunos créditos.

Algunas de las medidas, de plano, no se justifican, salvo que para lanzarlas prevaleciera en el presidente un temor más allá de los que en sus mensajes ha querido transmitir, como la de adelantar dos bimestres a los adultos mayores y la de continuación de los proyectos macro del gobierno federal.

En todo el orbe, los gobiernos, de izquierda y de derecha, han pospuesto ese tipo de proyectos, las razones son más que obvias.

Y la del adelanto de los bimestres ¿calcula que no habrán suficientes recursos en ese plazo? ¿O qué, como ocurrirá en muchos casos, esos serán la fuente a la que recurrirán numerosas familias, que no contarán con otros recursos?

Luego, sin duda, otros de los programas, como el del apoyo a los microempresarios, están dirigidos a los trabajadores informales, todo lo cual, indudablemente, está bien, pues contempla a un conjunto de alrededor de 30 millones de personas, que sumados a los otros programas podrán tener un universo de, cuando mucho, alrededor de 50 millones de mexicanos, algo no hecho jamás.

El problema mayor lo constituyen los pequeños y medianos empresarios y los trabajadores formales, que son quienes sostienen el mayor peso fiscal y el sostenimiento del IMSS y que estarán en condiciones absolutamente desventajosas, de no crearse algunos mecanismos para acudir en el auxilio de sus empresas, de las que, obviamente, deberán descartarse las más grandes empresas, precisamente las que fueron capaces de hacer que los depósitos de los recursos de mexicanos en la banca norteamericana llegaran a los 75 mil millones de dólares.

No más, pero no menos.

De acuerdo con un reporte de la Reserva Federal de EU, “el valor actual de los depósitos a nombre de mexicanos en bancos estadunidenses multiplica por 3.3 veces el flujo de inversión extranjera directa (IED) que llegó a México el año pasado y es más del doble del ingreso de divisas por remesas”, enviadas por los paisanos (Nota de Roberto González Amador, La Jornada, 3/IV/20).

En diciembre de 2019, las empresas y ciudadanos mexicanos tenían en bancos de Estados Unidos depósitos por 71 mil 878 millones de dólares. En tan solo un mes -enero del 2020- las subieron a 76 mil 166 millones de dólares, el seis por ciento.

Sólo para ubicar la voracidad de la clase empresarial mexicana. Su dinero, resguardado en la banca de EU, supera al total de envíos –36 mil 428 millones de dólares– realizados por decenas de millones de mexicanos, la mayoría arrojados de su país, merced al régimen de abuso desmedido existente en su país.

No es un cuento. “En México se contabilizaron un total de 3,790 personas entre las más millonarias del planeta durante 2019.”. (Nota de Infobae, 7/III/20).

Bueno, pues hasta el momento, más allá de las posturas emitidas por las organizaciones empresariales, no hay una sola propuesta efectuada por los más grandes capitanes empresariales en la que anuncien que una parte de sus fortunas se destine a paliar el gravísimo momento por el que pasamos, luego de que el país, los trabajadores y el régimen del pasado les permitiera convertirse en parte de la élite mundial de los más ricos.

No basta con el esfuerzo gubernamental, se requieren enormes sumas multimillonarias para afrontar el vendaval pandémico que ha causado, en solo un mes, más de 300 mil empleos perdidos, a lo que debemos sumarle las escandalosas consecuencias de la paralización de la economía.

Y es que los pequeños y medianos empresarios son los que están agremiados en las cámaras empresariales, las que ahora liderean los reclamos y cuyas peticiones no se contemplan en las medidas anunciadas por el Gobierno.

No basta con festinar la alianza con algunos de los más ricos del país y del planeta –Slim, Larrea y Baillères apoyan mi plan reactivador, dijo el presidente–; éstos, y el resto de las grandes empresas no le dan trabajo a la mayoría de los empleados en México. 

Son los otros y esos son los que ahora se quejan de no haber sido considerados en las medidas anunciadas por López Obrador.

Deberán considerarlos, Gobierno y multimillonarios, de lo contrario, la caída será inminente.

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