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Opinión

Vivir en familia, cuestión de derechos para niñas y niños

Las etapas de la niñez y adolescencia son fundamentales para la formación del niño o niña. Tal como se ha expresado, es en esta etapa, donde desarrollan sentimientos de seguridad, estabilidad, y pertenencia

César Juárez
Analista

miércoles, 04 agosto 2021 | 06:00

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Dado el consenso sobre los efectos negativos que la vida en internados tiene para el desarrollo infantil, diferentes instrumentos internacionales de derechos humanos, hacen referencia específica al derecho de los niños y niñas a vivir en su propia familia, a la necesidad de agotar esfuerzos para fortalecer sus capacidades de cuidado y, en caso de que esto no sea posible, encontrar soluciones basadas en ámbitos familiares. 

La Asamblea General de las Naciones Unidas, hace hincapié, de la importancia de preponderar la vida en familia en la niñez. Se exhorta a los estados partes a cuidar todas las directrices, normativa y protocolos para cuidar y proteger el núcleo familiar del niño o de la niña. Partiendo que la familia, es mucho más que resolver, las necesidades básicas de los niños. 

La institucionalización es un claro ejemplo de cómo el Estado está dejando de lado la importancia de salvaguardar a la niñez, y fortalecer el respeto a sus derechos. 

El gobierno debe fortalecer sus políticas públicas, para alternativas idóneas y evitar los períodos de permanencia larga del niño o de la niña en un albergue. 

Las etapas de la niñez y adolescencia son fundamentales para la formación del niño o niña. Tal como se ha expresado, es en esta etapa, donde desarrollan sentimientos de seguridad, estabilidad, y pertenencia. Es la base para construir su identidad como sujeto. 

Tan solo en Ciudad Juárez hay un promedio de 242 NNA tutelados. Para el 2017 se inició en esta ciudad con un programa piloto de familias de acogida- familias sustitutas, “que no es lo mismo que la adopción” esto para que la niña o niño, no pernoctara en un albergue, permitiera a la autoridad realizar sus investigaciones para que derivado de estas, se decidiera si se reintegra a la niña o niño con su familia de origen, extensa o ampliada, o en su defecto el Estado buscaría la adopción. 

“Las autoridades deberán tomar en cuenta aquellos casos en que los padres o las madres no pudieran hacerse cargo  de sus hijos e hijas, no quisieran hacerlo, o no estuviera en el interés del niño y, por tanto, hayan de tomarse medidas especiales de protección que requieran la separación temporal del niño o de la niña  de su núcleo familiar”.

Las familias de acogimiento representan una opción para la protección y restitución de derechos de la niñez. Pero, la sociedad tiene que aliarse con la autoridad, no ser indiferente a este llamado.  

“Llevadera es la labor, cuando muchos comparten la fatiga”.

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