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Opinión

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Video: Pactos explican violencia y muerte

No hay palabras para definir con metáforas la crueldad ejercida por el empresario contra dos de sus escoltas. A cada uno le cortó las orejas mientras gritaban de dolor y aseguraban que no lo habían traicionado en frases apenas entendibles

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 27 septiembre 2020 | 06:00

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No hay palabras para definir con metáforas la crueldad ejercida por el empresario contra dos de sus escoltas. A cada uno le cortó las orejas mientras gritaban de dolor y aseguraban que no lo habían traicionado en frases apenas entendibles.

Ninguna clemencia, odio inhumano puro. Con la navaja y las manos teñidas de sangre se retiró de sus guardaespaldas tirados y amarrados en el suelo y ordenó a un ayudante darles muerte a balazos. Los tiros de “gracia”. El video y las imágenes son brutales.

Esos crímenes fueron cometidos por el empresario Carlos Cuevas Abundis a finales de enero del 2020, según las indagatorias de las autoridades ministeriales.

Fue detenido y vinculado a proceso en marzo. Vendrá la sentencia cuando transcurran 24 meses que la instancia judicial dio como plazo para concluir las diligencias complementarias.

Tras la ejecución de sus escoltas, surgieron en redes no solamente los videos donde aparece torturándolos y ordenando su asesinato (incluimos en este espacio la fracción de uno solo como prueba) sino otros en los que revela su participación en la delincuencia organizada para robar combustible de ductos en la zona centro-sur del estado. Se confesó experto en “picar” tuberías para el huachicoleo.

Cuevas fue detenido en un hospital de la ciudad de Chihuahua. Aparentemente había sido levantado tras la muerte de sus guardaespaldas por algún grupo criminal contrario. Fue llevado de la región de Delicias a Parral, y allá escapó del cautiverio pero con un balazo en la cara.

A lo largo del 2019 fue objeto de secuestro (o levantón) durante un par de ocasiones e inclusive un intento de ejecución en un restaurante de Delicias. En uno de esos hechos fue “desaparecido” por días junto a una hija y nietos.

La descripción de los hechos, y en particular la cronología de los mismos, son fundamentales para comprender la inseguridad que azota a Chihuahua desde que tomó las riendas del gobierno Javier Corral Jurado. Van más de nueve mil 500 homicidios desde octubre del 2016, cuando inició la administración.

A primera vista no hay ninguna relación entre una cosa y la otra. El viernes en su conferencia de prensa mañanera, Andrés Manuel López Obrador, trajo a colación el tema de Cuevas pero en el contexto del conflicto por el agua que sufre la región centro-sur del estado, no por la violencia general.

“Ustedes saben perfectamente cuál es el tema de este pseudo empresario, Carlos Cuevas, que cuando el gobierno del estado se enteró de sus posibles vínculos con la delincuencia organizada no solamente investigó, actuó y lo detuvo”.

Eso respondió con histrionismo incomparable Corral el viernes por la mañana afuera de Palacio ante los periodistas chihuahuense tras haber permanecido de grilla en la Ciudad de México casi toda la semana. Tenía varios meses desdeñado las entrevistas presenciales con los reporteros hasta ahora que los necesitó de nuevo.

La explicación fue incompleta; y esa sí, manipulada por completo.

***

Carlos Cuevas está en la cárcel pero insólitamente su empresa, Urbanizadora McAllen, mantiene sin alteración la construcción de una planta tratadora de aguas residuales por la que está cobrando 59 millones de pesos (todos los detalles en El Diario, edición del 9 de marzo del 2020).

La obra le fue entregada por Corral y el director ejecutivo de la Junta Central de Aguas, Óscar Fidencio Ibáñez Hernández. Hasta el momento no ha sufrido freno alguno. En febrero fue informado que llevaba un avance del 35 por ciento. El viernes agregó Ibáñez que va en 70 por ciento y hasta quiso defender tácitamente a Cuevas asegurando que la empresa ya no es de él... ¡sino de un hermano!

No fue la entrega de un contrato simple. Tuvo el Gobierno estatal todo 2019 para revisar el historial de Carlos Cuevas, de su empresa, de sus socios y precisamente tomar en consideración los actos violentos en los que se vio envuelto. El propio “empresario” pedía en desplegados hacer caso omiso a los “chismes” sobre su persona.

La obviedad es innegable. Corral e Ibáñez sabían perfectamente el 10 de diciembre del 2019 al lado de quién estaban en el presidium durante un evento público desarrollado en Delicias colocando la primera piedra de la dichosa obra (La imagen fue presentada el viernes por AMLO en la mañanera).

Apenas mes y medio después los “chismes” se convertían en pesadilla para los escoltas de Cuevas, el propio urbanizador “confesaba” su participación directa en el robo de combustible y era detenido con más evidencias que todo eso, un balazo en la cara al que sobrevivió aunque sin un ojo. Permanece en el Cereso de Aquiles Serdán.

***

Cada día durante el último mes Javier Corral ha dejado a un promedio de 20 familias juarenses sin vehículo; sin herramienta para conducirse a la escuela, para trasladarse al trabajo o para ir al “mandado”.

Ha contado para ello con la ayuda de sus dos jefes policiacos, el secretario de Seguridad, Emilio García Ruiz y el fiscal del Estado, César Augusto Peniche Espejel. Sus jefes de más para abajo operan los decomisos de carros “chuecos”, culpándolos por todos los males delictivos que sufre Juárez.

Los índices de violencia en efecto han subido como espuma incontrolable. Cada minuto alguien es atacado en las calles y robado su dinero y o su carro, su casa; es extorsionado o es secuestrado. Todavía peor, solo por día entre una y cinco personas son asesinadas.

Las encuestas en general indican que Javier Corral mantiene colocado a Chihuahua entre los lugares 29 y 31... de los 32 estados del país, en materia de inseguridad pública. El antiliderazgo llano.

Como toda medida contra esa delincuencia va por los carros chuecos sin razonar siquiera en lo contraproducente que puede resultar mantener encerradas a las familias o quitarles el escaso patrimonio obtenido con esfuerzos sobrehumanos.

Los “chuecos” son el pretexto para justificar su sonado fracaso en el combate a la delincuencia. Ahora suma como argumento la separación del Gobierno federal iniciada por él mismo cuando excluyó unilateralmente a Juan Carlos Loera de las reuniones en la materia.

Nadie tiene más responsabilidad de lo que ocurre en el estado en materia de seguridad que Corral Jurado.

Iniciamos esta entrega dominical con un caso específico sobre un personaje ligado estrechamente al entramado del Gobierno del Estado pero que, en términos del nuevo lenguaje usado hoy por los altos jefes policiacos, no era otra cosa –y quizá sigue siéndolo desde el interior de la cárcel- que un generador de violencia protagónico en la región centro-sur del estado.

Hay muchos Carlos Cuevas apoltronados por todo Chihuahua. De Juárez han salido puños de mandos estatales policiacos involucrados inclusive en asesinatos de jefes de Asuntos Internos pertenecientes a la propia corporación; la corrupción monumental en el Cereso y los Ceresos del estado no podría ocurrir sin la complicidad de altos funcionarios próximos a Corral.

Madera y toda la región occidente y noroeste está llena de horrendos casos de violencia protagonizados por la policía y hasta funcionarios públicos de otras áreas.

Absolutamente en toda la trama del 2016 a la fecha podemos incluir la participación, ya sea de autoridades estatales y/o jefes policiacos, en asesinatos como el de la periodista Miroslava Breach; el aun desaparecido médico de Gómez Farías, Blas Godínez; el intento de asesinato de su hijo del mismo nombre tras ser electo alcalde de aquel municipio en llamas permanentes...

Aparece también el asesinato del presidente de la Coparmex en Parral, Uriel Loya; la terrible masacre de la familia LeBaron entre los límites de Sonora y Chihuahua.

No hay casos aislados ni esporádicos. Podemos mencionar decenas o cientos de asesinatos o masacres “relevantes” entre esos cerca de nueve mil 500 homicidios ocurridos bajo la administración de Corral pero sólo intentamos comprobar que la situación ha llegado a ese extremo por su ineptitud, y desafortunadamente, los hechos revelan que también por complicidad, en algunos casos directamente, en otros indirectamente a través de sus subordinados.

No ha sido gratuita su incesante búsqueda por tener el control en los mandos de las policías de todos los niveles, en particular las municipales.

El infortunio para Chihuahua se ha llamado Javier Corral Jurado. Esa es la verdad. Las pruebas brotan por todos los ámbitos sociales y todos los rincones de la entidad.

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