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Opinión

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Video: ‘Mejor atienda a sus mascotas’

‘Gabo’ reiteró todas sus críticas a Corral y lo acusó de tratar de infundirle miedo, metiéndose en asuntos, como los electorales, que no le competen, obviamente con el fin de acallarlo

LA COLUMNA
de El Diario

lunes, 01 marzo 2021 | 06:00

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• ‘Mejor atienda a sus mascotas’

• Derrocharán millones en plena pandemia

• Dos semanas entre el verde y el retroceso

• Nada qué ver Yildirim con sus ancestros

Un video en redes de Gabriel Flores Viramontes habría sido el detonante en Palacio de Gobierno para que el Instituto Estatal Electoral (IEE) procediera, con singular rapidez, contra el aspirante a la candidatura de Morena a la Presidencia municipal de Juárez.

“El Gabo” criticó los pretextos del gobernador Javier Corral para actuar en materia de seguridad y en todos los órdenes, echándole las responsabilidades a Andrés Manuel López Obrador. Esa táctica ya clásica del golpeteo: pegar y luego hacerse la víctima.

No hizo algo del otro mundo el aspirante, nomás asumió una postura morenista de las que precisamente faltan en Morena para salir a dar la cara por el presidente.

A horas de haber posteado su video, Flores fue requerido por el IEE para responder una de tantas demandas con las que ha sido muy flexible y “pasalón” el organismo electoral, pues saben que esos procedimientos sobran en cada proceso. Además al final terminan en nada.

Ante el requerimiento del Instituto, Flores tuvo la oportunidad de reaccionar rápidamente. Se asumió como un David contra un Goliat gubernamental que usa su poder político para dirigir hasta las entidades supuestamente autónomas contra quienes disienten.

En otro video (copia en la versión digital de La Columna), “Gabo” reiteró todas sus críticas a Corral y lo acusó de tratar de infundirle miedo, metiéndose en asuntos, como los electorales, que no le competen, obviamente con el fin de acallarlo.

“Lo grave es la intromisión del Gobierno en el proceso electoral... pero si ni a los de su partido ha podido controlar, gobernador, cómo pretende incidir en las candidaturas de sus opositores políticos”, fue la respuesta del aspirante.

Remató Flores con sobrada ironía:

“Debo reconocer que yo estaba equivocado, pensaba exigirle que atienda los asuntos del gobierno que encabeza, pero no, mejor atienda bien a sus mascotas”.

***

Los 64 millones de pesos aprobados como tope de campaña para los candidatos a la gubernatura seguramente serán apenas la tercera parte del gasto que representa un proyecto de esta envergadura. La simulación prevalece en el modelo de fiscalización electoral vigente, así que el dato es únicamente un referente, no la realidad.

Habrá candidatos, al menos los dos más fuertes, que rebasen y maquillen las cifras; otros no alcanzarán ni para el pago de su nómina, lo que de entrada indica que a lo mucho se jugarán el registro de sus partidos.

Pero atendiendo únicamente los números oficiales, ese monto aprobado por el Instituto Estatal Electoral la semana pasada representa un incremento monumental que ya quisiera el salario mínimo, el PIB o el empleo en la entidad.

El monto aprobado como límite en el proceso actual es 33 por ciento superior a los 48 millones de pesos que se establecieron como tope en la elección de 2016; o bien, es un 128 por ciento si se compara con el fijado en el proceso de 2010, que fue de 28 millones de pesos.

La fórmula con la que se calcula el tope de campaña no es una facultad del organismo electoral, que sólo aplica la ley para fijar los límites oficiales.

No es, pues, una ocurrencia de los consejeros electorales que encabeza de forma provisional Claudia Arlett Espino, sino una definición jurídica estructural que facilita e incentiva el derroche en el gasto político.

El crecimiento de 33 por ciento significa un alza anualizada de 6.6 por ciento durante los cinco años que hay de diferencia entre un proceso electoral y el otro. Muestra el gasto un incremento real porque rebasa el índice inflacionario.

Mientras, la inversión en obra pública, salud, desarrollo social y otras variables que dependen de los recursos fiscales, han tenido caídas generalizadas sobre todo en el último año, el año de la pandemia.

La permisividad en el derroche que aun en tiempos de crisis y emergencia sanitaria como la actual no se detiene, seguirá encareciendo la democracia si no hay reforma alguna para detener la espiral. Es urgente, pasado el proceso electoral, poner la austeridad real en la agenda, al menos en este aspecto.

***

El sector médico de Juárez, al menos el que dice representar el director de la Secretaría de Salud en la frontera, Arturo Valenzuela, apostaba más al regreso en el semáforo de amarillo a naranja, por la posibilidad de una nueva escalada de casos de Covid.

Pero nada, el no médico titular de la dependencia, Eduardo Fernández Herrera, se aferró a mantener la semaforización en amarillo, lo que podría retrasar el avance al verde. Es al menos la visión que tienen los doctores, más preocupados de otro eventual colapso del sistema de salud que otra cosa.

Al interior de las instancias de Salud, Fernández pidió paciencia y dos semanas de prueba para ver si el estado y principalmente Juárez, logran avanzar en el semáforo de riesgo o se hace necesario el retroceso al naranja, sino es que al rojo.

La falta de consenso al interior del sistema de salud no es nueva. La verdad es que no se han alcanzado los equilibrios entre lo que demandan los doctores, cuyo gremio contabiliza más de 100 fallecidos y alrededor de cinco mil contagios, y lo que requieren los sectores productivos.

Vendrán pues dos semanas más de experimentación en el amarillo, que permite una apertura mayor a la que se había previsto en ese color originalmente, y a mediados de marzo se hará la nueva valoración. Según el avance de la pandemia, pues, será el cambio hacia adelante o hacia atrás.

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Lejos, remotamente lejos, quedó el turco Avni Yildirim de sus ancestros guerreros que inspiraron la celebrada como maratónica serie televisiva Resurrección, aun actual en la cartelera de Netflix. ¡Más de 400 episodios!.

Nada qué ver aquellos espíritus sufridos, ultramusulmanes e indomables con el bulto que le fue presentado al mexicano “Canelo” Alvarez el sábado en el estadio de los Delfines, de Miami.

Fueron suficientes tres rounds para que el tapatío despachara sin sudar al “otomano” y dejara sin aliento a su fanaticada mexicana y estadounidense, más por la sorpresa de la facilísima victoria que por la emoción de un encuentro que era esperado con las hieleras repletas de cervezas bien frías y botanas al menos para un par de horas.

No hubo negocio ni para los negocios. Miles de millones de pesos desperdiciados en publicidad y un Consejo Mundial de Boxeo acribillado a señalamientos por colocar a una bola de harina frente al mejor libra por libra del mundo. 

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