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Opinión

Ustedes las electas

Todas ustedes han ganado por sus propios méritos, nadie se los regatea

Clara Scherer
Analista

sábado, 12 junio 2021 | 06:00

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Ciudad de México.- Todas ustedes han ganado por sus propios méritos, nadie se los regatea. Pero para quienes conocen la historia desde la otra orilla, desde la visión de las mujeres feministas, esos triunfos no serían tales sin la lucha cotidiana durante más de 60 años, por poner como fecha 1953, cuando gracias a la presión de las mexicanas y sus aliadas internacionales el gobierno de aquel entonces se vio obligado a reconocer nuestros derechos políticos.

A lo largo de esos años, muy pocas fueron las que pudieron abrirse paso para alcanzar cargos de elección popular, así como de designación. Las mujeres, nos decían: no deben participar, su misión es atender a la familia. Es decir, ni son tan humanas, no tienen derechos políticos ni su vida es digna, pues “nacieron para servir”, para obedecer. Romper mitos y estereotipos ha sido hasta doloroso, pero finalmente aquí estamos: seis gubernaturas, varias decenas de diputadas, muchas alcaldías.

Importa conocer esta historia porque está claro que hay una fuerza que viene de hace siglos y que cada generación ha cumplido con su parte. Ustedes, las electas, deben cumplir la suya. Por ustedes, por nosotras y por todas las otras que vienen detrás: niñas y adolescentes, a quienes debemos quitar obstáculos para que su vida sea en igualdad de derechos.

Cada una de ustedes, desde su posición, puede impulsar ese sistema de cuidados, indispensable para tirar esos muros de prejuicios que aún cargamos sobre nuestras espaldas. Sabemos, y nos lo ha dejado clarísimo la experiencia recién vivida de la pandemia, que el cuidado es primordial. Cuidado, en primer lugar, con nosotras mismas, con nuestro cuerpo y nuestra salud mental. 

Como dice, y dice bien Marta Ferreyra: “Tanto el trabajo doméstico como los cuidados tienen que ver con el sostenimiento de la vida, por tanto, con el funcionamiento social y de los mercados, no sólo con lo que pasa dentro de un hogar. Estas labores son fundamentales para todo lo que sucede en el planeta y, además, contribuyen al desarrollo humano, la producción económica, la innovación científica y muchas otras áreas. Esto es, para que grandes escritores, científicos, economistas o deportistas alcanzaran sus niveles de éxito fue necesario y central recibir cuidados, que la mayoría de las veces son realizados por mujeres. Los cuidados mantienen la vida y también mantienen el mercado”.

Por esas extrañas cosas de la vida, eso tan indispensable, el cuidado, no se valora y, por eso, no tiene retribución. Quienes se benefician de ese trabajo son muy románticos. Dicen que se hace por amor. La realidad, nada empalagosa, es el cansancio, el hastío y a veces, el dolor de pasar toda la vida sin poder desarrollar las propias capacidades por atender y cuidar ya sea a hijas, hijos, padres, personas con discapacidad, etcétera, etcétera. No olvidemos que todas y todos requerimos que nos procuren cuidados cuando enfermamos y envejecemos.

“Hacer que las personas reciban los cuidados adecuados, que los cuidadores tengan derechos y que estas labores no quiten a las mujeres el derecho al desarrollo y al tiempo libre es una tarea de orden público más que privado, entonces hay que responsabilizarnos todos”. 

Las estancias para infantes son urgentes. Atender a personas mayores, que, según estimaciones demográficas, cada vez somos más. Más hospitales y centros de salud con calidad y calidez; programas muy diversos, adecuados y dignos para personas con discapacidad. Corresponsabilidad en los hogares. Es decir, todo lo que se ha dejado a las mujeres. Es hora de construir un mundo distinto, donde el cuidado ocupe un lugar prioritario en presupuestos y políticas públicas. Y, entre otras muy diversas razones, por eso votamos por ustedes.

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