Opinión

OPINIÓN

Un informe que cruzó por senda pantanosa

Inclusive la ausencia de Juan Carlos Loera hizo lucir políticamente al informe del independiente, Armando Cabada Alvídrez

LA COLUMNA
de El Diario

miércoles, 11 septiembre 2019 | 06:00

• Un informe que cruzó por senda pantanosa

• Ojos llameantes Quique-Amparo, Joob-Raúl

• Miedo a que Marcelo se vuelva soplón

• La mitad de los militantes no existen

Inclusive la ausencia de Juan Carlos Loera hizo lucir políticamente al informe del independiente Armando Cabada Alvídrez. 

No estuvo ahí el morenista porque no haya querido; ha demostrado su amistad a Cabada y también al gobernador, Javier Corral. Simuló algo de distancia en su Face cuestionando el trato de la alcaldía a la síndica de su partido, Leticia Ortega, pero en realidad estuvo el lunes agobiado por las críticas atómicas lanzadas en su contra por su lideresa nacional partidaria, Yeidckol Polevnsky, desde Chihuahua y Cuauhtémoc, a donde acudió al informe de su alcalde, Carlos Tena.

Manejó Cabada con habilidad esa ausencia, y también la fuerte presencia que hicieron sentir desde su arribo al sofocado salón del Real Inn, los invitados especiales, ediles y precandidatos a la gubernatura, Maru Campos y Alfredo “El Caballo” Lozoya. Les dio ampliamente su lugar sin ceder un centímetro el propio.

Lo mismo hizo con el gobernador del estado. Cimbró de morbo y turbación a los presentes al iniciar su discurso agradeciendo específicamente la asistencia de representantes de medios de comunicación, El Diario por delante, pero lo ubicó al lado de sus padres doña Martha y don Arnoldo... e inexplicablemente también enseguida del cuestionado jefe de la Policía Estatal, Óscar Aparicio Avendaño.

Le agradeció ampliamente a Corral la nueva etapa en sus relaciones interinstitucionales, se comprometió a seguir trabajando con su administración y reveló que lo consultó para el nombramiento del nuevo jefe de la Policía Municipal, Raúl Ávila.

Supo maniobrar adecuadamente también el momento embarazoso cuando la maestra de ceremonias creyó terminado el evento porque los asistentes empezaron a ponerse de pie al concluir Cabada su presentación. Regresó corriendo el edil al podio para dar la palabra al gobernador.

Fue un evento igualmente largo. Casi tres horas; algo de retraso por la infaltable impuntualidad de Corral, pero compensado con la exposición innovadora de la presidenta del DIF municipal, Alejandra Cabada. 

Ella entregó su respectivo informe en un tono fluido, claro, de buen gusto. Exhibió un documento profuso en cifras, acciones y testimonios que pudieron ser la envidia de cualquier candidato.

Ella se desenvolvió de manera natural sin tomar en cuenta justo que era observada con detenimiento, en vivo y en pantalla, por los buscadores de talentos político-electorales... los serios y los oficiosos.

***

Otros dos hechos pudieron dar al traste con el escenario y el bien elaborado informe del presidente municipal. Los manejó en pleno evento sin más rasguño que el indudable reproche contenido, inconfesable, de los afectados.

A esas horas primeras de la noche, quizá las ocho, confirmó la separación de su secretario de Seguridad Pública Municipal, Ricardo Realivázquez. Ni poniéndose de pie el aludido era ubicado por Cabada con la vista entre el sillerío de medio salón para agradecer su trabajo y notificar que tendrá Riberas del Bravo para su rescate. Apechugó el “chaparrito” la tortura de los murmuradores y el “pobrecito” lanzado a voz tapada por los carentes de malicia.

Incluyó igualmente el cambio en Desarrollo Social. Retiró a su antigua aliada Marisela Vega de la titularidad para colocar ahí a la maestra de la inquina, Laura Domínguez. Sin consecuencias.

Fue evidente que la innovación de dar la palabra a cuatro representantes de sectores de la sociedad fue previamente acordado pero no por ello implicaba grandes riesgos al momento que los susodichos y susodichas hicieran sus planteamientos en medio del gentío o las respuestas del presidente no fueran ya precisas y específicas sino titubeantes. Cruzó sin problemas.

Rogelio González, presidente de Canaco; Eduardo Ramos, de Coparmex; Rosalinda Guadalajara, de la comunidad rarámuri asentada en Juárez, e Isabel Sánchez, de la Mesa de Seguridad, fueron los valientes en exponer inquietudes sobre el alumbrado público, economía, bacheo, inseguridad pública y hasta la búsqueda de un espacio de Rosalinda para su comunidad en el Cabildo.

Ahí estuvieron los regidores y ahí mismo fue tomada nota de unos y otros temas. Amparo Beltrán y Enrique “Quique” Torres, del PAN, asintieron para dar seguimiento a todos.

También tomaron parte en espacios privilegiados del evento los jefes partidarios de ambos ediles, el presidente del comité municipal panista, Joob Quintín; y su secretario, Raúl García Ruiz, quienes traen diferencias internas que rayan en lo irreconciliable pero externamente caminan por un misma vía. Salen chispas entre ellos pero no tendrán problema para concretar acuerdos.

Mejor no podía esperar Cabada que le resultara su informe. Capacidad de convocatoria como los mencionados; el cónsul de los Estados Unidos en Juárez, John Tavenner, magistrados judiciales, diputados, empresarios... una lección más para lo que viene.

***

Recientes contactos con abogados de la Ciudad de México y de la ciudad de Chihuahua vinculados al caso del exsecretario de Educación, Marcelo González Tachiquín, muestran que alguien está temeroso de que se convierta en soplón. Fue también secretario particular de César Duarte.

Vinculado a proceso en dos causas penales –sólo por una es mantenida la prisión preventiva– el también profesor de Leyes no estaría muy lejos de la libertad.

El exsecretario enfrenta una acusación por desvío de 1.4 millones de pesos, mismo proceso que se le sigue al exdirigente de la Sección 8 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Alejandro Villarreal.

Pero esa es la causa menos compleja contra Marcelo. Incluso tiene ganado el amparo para enfrentar el proceso en libertad, aunque lo mantiene en prisión otro cargo de peculado por 23 millones de pesos.

Y bueno, si Ricardo Yáñez la libró con un plan de pagos para regresar 240 millones de pesos, la causa vigente sobre González Tachiquín es un juego de niños en comparación.

El problema para él y para otros que sí gozan de la libertad es que el caso de Marcelo involucra a José Chimal Velasco, cuñado del expresidente Enrique Peña Nieto, en el cobro de un servicio que jamás se prestó al Gobierno del Estado, a través de la empresa Expo Clean. 

Era el negocio del esposo de Verónica Peña Nieto al que González Tachiquín desvió dinero para congraciarse con la familia presidencial del pasado sexenio, según la acusación que pesa en su contra.

En vista de que al duartista preso no le han funcionado las estrategias de declararse inocente, puro, blanco e impoluto, tiene a varios nerviosos por aquello de que comience a hablar.

Con las ganas que le traen en la Fiscalía del Estado a personeros del régimen anterior y con las pasiones que desata Marcelo, el cóctel de inestabilidad se vuelve políticamente muy atractivo.

La propia madre de Marcelo desarrolla algo de trabajo al respecto con mensajes a priistas, panistas, morenistas y todo quien pueda escucharla.

***

Otra joya de la simulación morenista: en Juárez el 48 por ciento de los militantes ya no existen. Sólo están en el padrón pero no en sus casas registradas ni son localizables por teléfono.

Según el registro oficialmente asentado en el archivo de Morena, del 100 por ciento de las mujeres y hombres dados de alta sólo un 25 por ciento está dispuesto a participar en la contienda por la dirigencia estatal o en trabajos de la “Cuarta Transformación”.

La otra cuarta parte es la desencantada, la que no quiere más Morena, ni López Obrador; es la que repudia a los Loera, los Chaparro, los De la Rosa, Silva, Guzmán y demás viejos y neomorenistas. Es la parte, pues, que ya se arrepintió de haber dado su apoyo para la llegada del adolescente régimen.

El que la mitad del padrón sea falso sólo confirma que quienes manejaron el partido en Juárez simularon que hicieron la tarea y se atuvieron a la imagen de Andrés Manuel, el factor clave del triunfo electoral de 2018.

Pero fuera de ese diagnóstico devastador para el partido en el poder, fuera de la gran simulación que vive, lo que está en puerta es la pelea por la dirigencia que deberá realizarse en esas circunstancias, con militancia fantasma o inconforme en su mayoría.

En ello no han reparado los candidatos que pretenden montarse en un tren que creen está en marcha y en su mejor momento.

Ante ello menos han ofrecido propuestas, alternativas, rumbo para el partido desmoronado que tiene un reflejo fiel en las constantes pugnas con las que se acostumbró a vivir.

***

De un jalón para no sentir dolor se sacó la espina el diputado local y eterno dirigente del Partido del Trabajo (PT), Rubén Aguilar Jiménez.

El petista se hizo de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado con una extraordinaria operación maniobrada por el diputado priista y líder del tricolor en el estado, Omar Bazán Flores, junto con los legisladores de Morena y el Partido Verde.

Sopa de su propio chocolate le dieron al coordinador de los diputados panistas, Fernando Álvarez, a quien en teoría correspondía esa posición. El revés lo volvió loco... políticamente.

Esa espina la traía clavada Aguilar desde hace 10 días que el PAN lo dejó fuera de las negocias en la elección para presidente del propio Congreso.

Ahora los blanquiazules se quedaron sin Juan y sin la gallina. Si bien mantienen la presidencia del Congreso, es negociada con el Panal y su diputado, René Frías. Serán las votaciones en el futuro tan complicadas como dolorosas, particularmente para el gobernador Javier Corral, que en octubre cumplirá su tercer año al frente del Ejecutivo y le quedarán menos de dos para hacer sus maletas e irse. Su período es de cuatro años once meses.

Notas de Interés

close
search