Opinión

Transporte público y sostenibilidad

El futuro de una ciudad más sostenible reside en mucha medida en la calidad de los sistemas de transporte público que se provee a la población

Alma Rodríguez
Académica

lunes, 12 agosto 2019 | 06:00

El futuro de una ciudad más sostenible reside en mucha medida en la calidad de los sistemas de transporte público que se provee a la población. Muchas ciudades, actualmente se enfrentan a los problemas originados por la dispersión urbana, la cual segrega a grandes cantidades de población en las periferias y, por tanto, lejos de la mayor cantidad de servicios y equipamientos. Esta dispersión en el territorio genera grandes distancias que la población debe recorrer diariamente para atender sus necesidades básicas, ocasionando que se perciba el uso del automóvil privado como la opción más viable.

Esta preferencia por el uso del automóvil privado, cuando es moderado, pareciera no generar demasiados problemas al menos en el corto plazo. Sin embargo, cuando la ciudad crece aun más, la población aumenta, y los sistemas de transporte público siguen sin mejorar, la cantidad de vehículos privados tiende a aumentar exponencialmente, es decir, los niveles de motorización de la ciudad se vuelven insostenibles. Esto se traduce en que el espacio vial se satura, provocando una congestión que alarga los tiempos de traslado para todos, este fenómeno lo podemos observar ya en nuestra ciudad sobre todo en horas pico. 

Ante tal saturación del sistema vial a causa del exceso de automóviles, suelen existir dos opciones para tratar de amortiguar el problema: la primera, que es la más usual y menos eficaz es la ampliación de la capacidad vial, con puentes, pasos a desnivel y segundos pisos; la segunda, es la creación o mejoramiento de otras opciones de movilidad que sean más eficientes y de buena calidad, propiciando con ello que menor cantidad de población opte por la opción privada, y más por los modos no motorizados o por los sistemas colectivos para distancias más largas.

La saturación vial, tiene la característica de que no es estática, es decir, la cantidad de vehículos circulando nunca será estable, ésta tiende a aumentar dependiendo las condiciones para hacerlo. Si se amplía la capacidad vial, aliviará por algún tiempo la congestión, sin embargo, en poco tiempo volverá a saturarse según la evidencia que muestra el análisis de numerosos casos (Estudios de Milam, R., 2017, y Litman, T., 2017), es por ello la importancia de ofertar opciones distintas para la movilidad de los ciudadanos. En el caso del transporte público, uno de los factores para su éxito, es que éste sea igual o más eficiente que el vehículo privado, y para ello, una de las estrategias más exitosas es que éste cuente con carriles exclusivos que le permitan disminuir los tiempos de traslado. 

Ésta es una de las características de los sistemas BRT (Bus Rapid Transit), la cual, se apoya en que la cantidad de personas que es capaz de movilizar (en promedio 80 personas en un solo autobús), respecto a las personas que se trasladan en vehículo privado (1.5 personas por vehículo) es mucho mayor. En palabras de un famoso alcalde de Bogotá, “una idea de equidad y de democracia implicaría que un autobús con 80 personas merece 80 veces más espacio que un automóvil con una persona”. Es una cuestión que debemos analizar y sobre la que deberíamos reflexionar más, si queremos realmente construir una ciudad más justa en todos los sentidos.

Este fin de semana salió en los medios la aprobación del recurso para la construcción del corredor troncal 2 “Tecnológico”, el cual incluye además la pretroncal Gómez Morín, desde la Av. Tecnológico hasta el centro de Zaragoza, según información de la Sedue. Su correcta socialización, implementación y supervisión pueden ser un parteaguas en la dinámica de la movilidad urbana en Cd. Juárez. Las naturales resistencias que surgirán debido a intereses particulares no deben prevalecer por encima del interés público y del gran beneficio que este proyecto puede traer a la ciudad, por ello, la forma en cómo se manejen estas resistencias será fundamental. Una famosa premisa dice que “un país desarrollado no es aquel dónde hasta el pobre tiene auto, sino en el que, hasta el rico, usa el transporte público”, por ello, la visión de ciudad que tengamos y la calidad de vida a la que aspiremos será en mucha medida, la que obtendremos. 

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