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Opinión

Tanto va el cántaro…

Y el tiempo finalmente llegó. La pregunta no era si algún día iba a llegar, el real cuestionamiento era cuándo iba a suceder y si habíamos aprendido algo de la primera etapa de largo confinamiento

Carlos Irigoyen
Analista

viernes, 23 octubre 2020 | 06:00

Y el tiempo finalmente llegó. La pregunta no era si algún día iba a llegar, el real cuestionamiento era cuándo iba a suceder y si habíamos aprendido algo de la primera etapa de largo confinamiento; nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.

Arturo Damn, reconocido economista nacional expuso en su cuenta de Twitter que el más grave de los problemas de esta pandemia era que, de darse otro confinamiento la crisis económica entraría en una fase de severa preocupación. Bajo este punto de vista, ¿dónde quedan las más de 87 mil 400 personas que han fallecido a nivel nacional, casi mil 700 personas fallecidas en el estado y en Juárez más de mil 50? No concuerdo con el Dr. Damn, más bien el reto es aliviar la enorme presión que se siente por el acecho de la emergencia sanitaria a la par del reto económico. 

Seguimos con graves problemas, el Covid nos tiene con muchos problemas en cuanto a la estrategia sanitaria. Si bien hay muchas fallas en la estrategia gubernamental, la preocupación más grande es el comportamiento de los integrantes de la sociedad; muchos de ellos de manera irresponsable han determinado saltarse las trancas y no cumplir con las especificaciones requeridas por las autoridades para afrontar esta situación.

¿Por qué será tan difícil para las personas acatar tres sencillas prácticas que pueden auxiliar tremendamente a atenuar el riesgo de los contagios? Esas prácticas son el uso de cubrebocas, el lavado de manos constante y la aplicación de gel. Teníamos una gran oportunidad de salir adelante de forma ordenada de este grave reto, lamentablemente el habernos puesto en semáforo amarillo aunado con la mala interpretación de la población de lo que implicaba cambiar de color y hacer cuentas alegres de que ya podían “retomar” su anterior vida.

Gracias a esta malinterpretación es que lamentablemente volveremos a estar de nueva cuenta en semáforo rojo, como sociedad habremos de pagar un alto costo el haberse permitido irse a las fiestas, reunirse con los amigos, ir a los antros, ir a lugares con altos niveles de concentración de personas. Es increíble cómo hay personas que el cubrebocas lo traen de adorno, colgando, sin taparse la nariz e incluso, no respetar en las filas el concepto de la sana distancia. Hemos sido el modelo perfecto de indisciplina que nos va a llevar de vuelta al confinamiento.

Tenemos como sociedad que repensar las cosas que hemos hecho mal, no se enoje si le piden que por favor hagan espacio para guardar la sana distancia, hacer la aplicación de gel y de cuidarnos los unos a los otros respecto al uso correcto del cubrebocas. Por favor hay que respetar, es por el bien de todos, de ahí depende nuestra recuperación; si no lo hacemos bien esta vez será muy difícil la recuperación de la economía, el tejido social, la convivencia como sociedad y entre otras actividades, el regreso a la escuela, a los centros de trabajo, a lugares de convivencia social.

Hoy también es momento de que el gobierno voltee de forma más inmediata a ver cómo nos facilita la vida; urge la asociación de los tres niveles de gobierno para generar las condiciones que le dé la oportunidad a nuestra sociedad para sanar de forma paulatina.

Hay que activar los fondos económicos que sean necesarios para proteger a las miles de empresas que estarán más vulnerables en este momento. No es momento de poses políticas, es tiempo de estar aplicando el sentido común para afrontar de manera práctica la extrema situación que viviremos lo que resta del 2020, al igual que la violencia este es un problema multifactorial que no debe ser atacada de forma lineal, como si solo hubiera una directriz para poderlo resolver.

Hay que enfatizar y ser claro, no hay que poner los dedos de fuego para buscar los culpables, es importante y trascendental que empecemos a crear alianzas entre la diversidad de sectores para apoyarnos los unos a los otros, los juarenses somos entrones y luchones; hoy más que nunca la unión deberá de hacer la fuerza para salir adelante de esta pandemia y sobre todo, llenar de esperanza un 2021 porque 2020 ha sido un auténtico dolor de cabeza.

La clave de la prevención es la sana distancia, el uso de cubrebocas, no tocarse el rostro, lavarse constantemente las manos y la limpieza de lo que esté a nuestro alrededor junto con el uso de gel. Ayudarnos mutuamente para hacer respetar las medidas de prevención, crear y reafirmar la conciencia de que no hemos vencido a la pandemia.

No seamos parte del problema, seamos la solución y sigamos con mucha dedicación todas las medidas que sean necesarias. 

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