Opinión

Si no fue confusión, ¿cuál es el mensaje?

'No fue un ataque hacia nosotros, pero no hay confusión, a alguien le están queriendo lanzar un mensaje y utilizaron a nuestra familia'

Nicolás jJuárez Caraveo
Analista

domingo, 10 noviembre 2019 | 06:00

‘Ojalá que no se nos haga costumbre oír y hablar de ejecuciones y muerte, es necesario que no perdamos la capacidad de asombro y como sociedad rechacemos esas formas de vida…’

“No fue un ataque hacia nosotros, pero no hay confusión, a alguien le están queriendo lanzar un mensaje y utilizaron a nuestra familia”, fueron las palabras desgarradoras de Adrián LeBaron durante el sepelio de su familia… una muerte que marcó para siempre el grave problema del narcotráfico y la violencia en nuestro país, en nuestro estado.

Indignación, coraje, impotencia, rabia… miles de sentimientos se desprenden de ese aberrante crimen que se cometió contra mujeres y niños de la comunidad LeBaron; definitivamente no hay palabras para calificar este crimen que enluta a la comunidad chihuahuense y a todo México.

Lamentablemente, en el noroeste de Chihuahua como en gran parte de la entidad, el crimen parece ser quien manda, y hoy nos recuerda cómo actúa, contra inocentes e indefensos; no le importa.

¿Cómo se puede hablar de una confusión si en el artero crimen a plena luz del día se utilizaron más de 200 balas? Y lo más importante: ¿para quién es el mensaje? Definitivamente no fue para la banda contraria, ellos saben perfectamente a lo que se enfrentan.

Sin duda este mensaje no se puede desligar de lo ocurrido hace pocos días en Culiacán, donde las redes sociales dieron cuenta del poderío que tiene el narcotráfico en esa entidad que obligó al Gobierno federal a soltar a uno de los principales cabecillas del crimen organizado, Ovidio Guzmán, y que esta acción marca la nueva forma de negociar.

Como se ha referido en este espacio, el fracaso en la operación Culiacán, en la cual se pensaba salir airoso con la detención de Ovidio Guzmán, ha mutado a la crisis más fuerte de credibilidad que ha tenido el Gobierno actual, y simplemente ya no hay forma de cómo mantener a las actuales cabezas encargadas de la seguridad en el país.

Quienes pensaron en este horrendo mensaje sin duda conocían la problemática por la que han atravesado esta comunidad, la colonia LeBaron, que durante muchos años ha estado rodeada de tragedias y sufrimientos.

En el 2009 Eric LeBaron, de 16 años, fue secuestrado por narcotraficantes y su familia presionó exitosamente al Gobierno en busca de ayuda y aseguró su liberación, pero un poco después, en el 2011, un cártel mató al hermano de Eric, Benjamín, y a su cuñado Luis Widmaren, en una acción sin precedentes en aquella comunidad de cómo actúa el crimen.

El secuestro del adolescente y la presión del crimen a esta comunidad llevó a Julián LeBaron a unirse al movimiento de paz nacional fundado por el poeta Javier Sicilia. Un Javier Sicilia que una vez más lo apoya en su dolor.

“En ese entonces, Julián querido, pensábamos que podíamos detener el horror. No fue así. El poder, con otros rostros, con otros nombres, con otras maneras, continúa mintiendo, encubriendo la realidad, consintiendo la barbarie que, como lo dijimos entonces, está enquistada en el Estado como un repugnante lodo”. Escribe nuevamente Sicilia, palabras con las que trata de enviar su apoyo y solidaridad.

Quienes tenemos la oportunidad de conocer nuestro enorme estado, sabemos que esta comunidad, la LeBaron es un ejemplo de progreso, organización y solidaridad entre sus habitantes, que le ha dado al municipio de Galeana un plus importante en la producción agrícola que la desarrollan con el apoyo de todos los integrantes de sus familias.

Este desarrollo importante, a base de esfuerzo y trabajo, también ha sido obstaculizado por las disputas territoriales, principalmente con integrantes de El Barzón, hoy protegidos y apoyados por el Gobierno del Estado; por ello ni un mensaje de apoyo o solidaridad por parte de la estructura estatal, que hasta el momento se ha visto al margen.

Sobre la tragedia, las redes sociales hicieron escarnio de los gobernadores de Chihuahua, Javier Corral y de Sonora, Claudia Pavlovich y, claro, del mismo presidente de México Andrés Manuel López Obrador, que “si no pueden, renuncien”.

Sólo la gobernadora de Sonora dejó de lado sus actividades y se hizo presente en los funerales en su estado, en Chihuahua ni el gobernador Javier Corral ni nadie de su gabinete estuvo con la familia LeBaron, así cada gobernante atendió la tragedia.

Por lo pronto el mensaje social es muy fuerte, el crimen organizado no tiene límites, no tiene compasión, no tiene quien le ponga un freno, y estamos en sus manos.

Mismos mensajes han repetido en las últimas horas en Ciudad Juárez, una ciudad que se encuentra en caos y el miedo se apodera de todos.

En Chihuahua hemos vivido momentos muy difíciles de inseguridad, misma que se ha recrudecido en los últimos dos años, no se puede caer de nuevo en la desesperanza y la zozobra.

En serio, ojalá que no se nos haga costumbre oír y hablar de ejecuciones y muerte, es necesario que no perdamos la capacidad de asombro y como sociedad rechacemos esas formas de vida; la violencia no puede ser parte de nuestra vida.

Notas de Interés

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