Se multiplica consumo de drogas en menores

Habrá quienes ya dimensionaron la grave problemática que crece día con día entre la población juvenil de México, como lo es el consumo de sustancias dañinas para su salud, en este caso las drogas, el cigarro y el alcohol.

La reciente encuesta nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes (Conadic), reflejan que en nuestro país el 17.2 por ciento de los muchachos de secundaria y bachillerato, ya consumieron drogas. De ellos, el 18.6 por ciento son hombres y, alármese, el 15.9 por ciento son mujeres.

Las adicciones se han convertido en una sentida preocupación social, ya que cada día son más las personas que las prueban y luego terminan buscándolas para saciar su ansiedad, sin mediar las graves consecuencias que en breve enfrentarán dados sus peligrosos componentes químicos.

Llama la atención que durante el año 2022, de acuerdo a un interesante reportaje publicado por el periódico El Economista, que 275 millones de personas en el mundo consumieron drogas por primera ocasión, pero, fíjense bien, de ellas, 36 millones adquirieron trastornos mentales.

Se lee también, que desde la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), sostienen que para el año 2030, habrá 25 millones de personas más en el mundo que engrosarán las estadísticas al haber probado drogas por primera vez.

En el sondeo realizado, la UNODC afirma que entre la población de 15 a 24 años de edad, el 15 por ciento de ellos consume drogas duras; el 17 por ciento mariguana; un 14 por ciento ingieren alcohol. De este grupo, los potenciales consumidores de drogas y alcohol pertenecen a un nivel socioeconómico alto.

En Chihuahua y durante la guerra que inició en el año 2006 el Gobierno de la República contra los grupos delincuenciales, fueron alarmantes los jóvenes y adolescentes que perdieron la vida, y es que de acuerdo a los mismos reportes periodísticos, miles se involucraron en el consumo y venta de drogas como una manera de tener un “trabajo fácil que les redituara en insoñables ganancias”.

La problemática es seria. Los gobiernos de los tres niveles saben que el reto se sigue prolongando año con año dado su crecimiento.

Con preocupación nos enteramos que cada vez son más los involucrados en adquirir estos insanos insumos. En el Informe Anual sobre alcohol y salud, así como la Encuesta Nacional de Adicciones (2020), difunden que el consumo de sustancias embriagantes ha crecido entre adolescentes de 12 a 17 años de edad. En un corto lapso pasó de 35.6 a 42.9 por ciento en cuanto a consumidores se refiere. Tome nota estimado lector: la prevalencia por el consumo del alcohol aumentó en el último año de 26 al 78.4 por ciento, sobre todo en estudiantes de bachillerato.

Y aún hay más: el consumo de las bebidas embriagantes llevaron a que aumentara en un cuatro por ciento el grupo de jóvenes de 12 años de edad; para los muchachos de 17 años de edad, subieron en un 28.8 por ciento. El aumento mayor de los tomadores, fue de mujeres, las cuales crecieron de 2.7 a 11.6 por ciento.

Basta recordar que hace no más de tres meses, fue angustiante la noticia que trascendió cuando un grupo de alrededor de 30 adolescentes de una secundaria federal ubicada al sur de la ciudad de Chihuahua, fueron encontrados en estados inconvenientes una vez que consumieron drogas convertidas en dulces. Para esas mismas fechas, otro grupo de estudiantes de un plantel del Colegio de Bachilleres, también al sur y ubicado a pocas cuadras de la referida secundaria, también fueron detectados drogados una vez que comieron burritos “alterados”.

Y es que desafortunadamente el estado de Chihuahua forma parte del top 5 de las entidades federativas con mayor consumo de drogas entre los jóvenes. En primer lugar está la Ciudad de México con un 25 por ciento; le sigue Quintana Roo con un 22; en tercera posición está el Estados de México con un 21.1 por ciento; Jalisco con el 20.1 y Chihuahua con el 19.8 por ciento.

Muchos pudieran resultar los factores que han propiciado y siguen provocando que cada vez sean más los jóvenes y adolescentes que se involucran en el consumo de alcohol, drogas y cigarros. De los varios artículos que se encuentran en el ciberespacio, justifican los entrevistados, es por la ausencia a la autoestima; la mala comunicación y relación entre padres e hijos; la influencia de compañeros de escuela.

Resulta interesante un informe que en diciembre de 2022 presentó El Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana, Ficosec, en donde revelaron datos con respecto al crecimiento de prevalencias por consumo de sustancias psicoadictivas, donde los números son preocupantes, sobre todo en la población de 12 a 17 años de edad.

Para nadie es ajeno, el hecho de involucrarse en digerir estas sustancias dañinas para el organismo humano, es también contraer, en la gran mayoría de los casos, un contrato para cometer actos delictivos y de violencia.

En resumen, la información que se genera desde las diversas instancias, organismos, organizaciones, asociaciones e institutos de la salud, debiera resultar una prioridad para los gobiernos federal, estatales y municipales, ya que el combatir los altos consumos, sería como apostarle también a la reducción de delitos.

Ciertamente, hay quienes le apuestan a una estrategia tecnológica para inhibir y combatir los delitos, sin embargo también deberían tomarse en cuenta la aplicación de metodologías preventivas.

Entre menos consumidores de drogas, menor será la delincuencia y mayor será la armonía de la sociedad.