Opinión

Sábado negro

'El animal posee agresividad, pero no ejerce actos de violencia propiamente dicha'

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 11 agosto 2019 | 06:00

“El animal posee agresividad, pero no ejerce actos de violencia propiamente dicha. Y su agresividad está limitada a hacerse con su presa para el sustento, a la defensa de su territorio y, dentro de la especie, al establecimiento de una jerarquización u orden de relación para el apareamiento. Violencia propiamente dicha, no hay si no es en el hombre.” José Luis López Aranguren, filósofo y ensayista español (1909-1996).

Inicio con la reflexión anterior a propósito de los lamentables hechos del pasado sábado 3 de agosto en Cielo Vista Mall de El Paso, Texas. Sin duda un tema del que los fronterizos hablaremos por mucho tiempo, y más nos vale que así sea porque sólo ventilando nuestros problemas es como se logra llegar a las soluciones.

Un joven de 21 años de edad, Patrick Crusius, irrumpió en una tienda de autoservicio disparando su arma AK-47 contra blancos específicos. Él mismo confesó a la Policía, renunciando a sus derechos de la Ley Miranda, que quería matar más mexicanos. El saldo: 22 muertos y más de 25 personas lesionadas. 

Pero tratemos de entender un poco, al menos, qué fue lo que realmente ocurrió ese día. De acuerdo con el estudio "La predicción de la violencia" realizado por los doctores en psicología Santiago Redondo Illescas y Antonio Andrés Pueyo (el cual pongo a disposición a través de mi correo electrónico), existen cinco factores que predisponen a un ser humano a la violencia y a la agresión: 1. La delincuencia se aprende; 2. Existen rasgos y características individuales que predisponen al delito; 3. Los delitos constituyen reacciones a vivencias individuales de estrés y tensión; 4. La implicación en actividades delictivas es el resultado de la ruptura de los vínculos sociales; 5. El inicio y mantenimiento de la carrera delictiva se relacionan con el desarrollo del individuo, especialmente en la infancia y la adolescencia.

Considerando estos elementos, sobre todo el 1 y el 5, a lo largo de la historia en EU se concentran altas cargas ideológicas sobre violencia y racismo que se convierten en caldo de cultivo ideal para formar asesinos en serie, magnicidas y genocidas. Podemos identificar claramente dos: un discurso y una política racista claramente antiinmigrante, y un muy nutrido historial de ataques violentos masivos, masacres pues. Revisemos.

Concierto en Las Vegas (2017): un hombre de 64 años disparó contra los asistentes. El saldo: 58 muertos y cerca de 500 heridos. Club gay en Orlando (junio de 2016): un anglosajón reclutado por el Estado Islámico asesinó a 49 personas. Escuela Sandy Hook (diciembre 2012): un joven de 20 años mató a 26 personas, 20 de ellas menores de entre 6 y 7 años.

Iglesia de Sutherland, Texas (noviembre 2017): un hombre disparó al interior del templo asesinando a 25 personas y dejando heridas a otras 20. Secundaria en Parkland, Florida (febrero 2018): Un joven de 19 años de edad asesinó a 17 personas entre alumnos y personal de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas. Fiesta en San Bernardino (diciembre 2015): una pareja de inmigrantes musulmanes irrumpió en la celebración dejando 14 muertos y 22 heridos. 

Cine en Denver (julio 2012): un joven de 22 años de edad, fuertemente armado entró a un cine en Aurora, Colorado, disparando contra los asistentes, matando a 12 personas y dejando lesionadas a otras 70. Thousand Oaks (noviembre 2018): 12 muertos. Virginia Beach (mayo 2019): 12 muertos. Sinagoga en Pittsburgh (octubre 2018): 11 muertos. Escuela de Santa Fe (mayo 2018): un joven de 17 años asesinó a 10 personas.

El denominador común en todos estos ataques es que, en su mayoría, fueron perpetrados por jóvenes entre 17 y 24 años de edad, fuertemente influenciados por doctrinas políticas y/o religiosas, lo que confirma la teoría del estudio que mencionamos líneas arriba. Y aquí viene la parte preocupante, porque en un país en el que su presidente mantiene un discurso y unas política xenofóbicas y cada vez más racistas, se convierte en combustible que puede avivar de manera muy peligrosa esta clase de ataques.

Trump tiene un largo historial de declaraciones y acusaciones públicas que acreditan su racismo y xenofobia, todas bien documentadas.

Hace algunas semanas, en sus acostumbradas escaramuzas tuiteras, Trump le dijo a cuatro congresistas de color: “¿Por qué no regresan y ayudan a reparar los lugares totalmente quebrados e infestados por el crimen en los países de los que vinieron?” Las cuatro congresistas demócratas, Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, Rashida Tlaib e Ilhan Omar, son ciudadanas estadounidenses y todas, salvo Omar, nacieron en EU. Arrasa con las personas, con sus países y cualquier rasgo de dignidad que pudieran tener.

Pero mucho antes de eso, la aparición de Trump en el escenario político se da mediante tronantes declaraciones con las que promovió dudas sobre la nacionalidad del primer presidente negro de la historia de EU, Barack Obama, mencionando por primera vez el tema en una entrevista en marzo de 2011, cuando dijo que “estaba escéptico” sobre la ciudadanía del entonces presidente. Una clara descalificación racista.

Después, hasta noviembre de 2016, durante su campaña a la Presidencia reconoció la nacionalidad de Obama pero culpó de la “conspiración” a Hillary Clinton, su contrincante en la elección, en una clara movida estratégica de desprestigio a la exprimera dama. Pero hagamos un recuento, textual, de las frases más representativas de la personalidad de Trump: 

- “... cuando México envía su gente, no envían a los mejores. Envían gente que tienen muchos problemas (…) traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”.

- “Yo podría estar parado en medio de la Quinta Avenida y disparar contra alguien, y no perdería ningún votante, ¿bien?”, Lo dijo en un discurso luego de la matanza de San Bernardino, ocasionando que la venta de armas se disparara.

- “Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa”.

-“Este es un país en el que hablamos inglés, no español”.

Sin embargo, aún hay hechos más graves. Luego del mortal atentado del “Sábado Negro” el presidente estadounidense viajó a El Paso. Y las fotografías de la visita que circularon en redes sociales causaron una gran polémica.

Analicemos las fotografías de la polémica. El presidente Donald Trump llegó a El Paso, Texas, a bordo del Air Force One, descendió las escalinatas de la aeronave del brazo de su esposa Melania, y esbozó una amplia sonrisa. No llegaba a una celebración, ni a un festivo evento político o social, no. Llegaba a un gran velorio, a un enorme funeral... Y Trump sonrió alegremente.

Más tarde, visitó el University Medical Center de la vecina ciudad. La intención era reunirse con los heridos que sobrevivieron al ataque de Walmart, y que eran atendidos en ese lugar pero, de acuerdo con diversas fuentes cercanas, tanto del hospital como familiares de los sobrevivientes, ninguno aceptó recibir la visita de Donald Trump. Ninguno. Increíble.

Sin embargo, el pequeño sobreviviente de una de las historias más conmovedoras de ese fatídico sábado 3 de agosto, no pudo negarse. Quizá porque tiene apenas dos meses de edad y aunque le hubiesen preguntado no habría podido responder. Así que el presidente norteamericano y su esposa, posaron para la foto con Paul.

En la imagen Melania Trump, primera dama de EU, carga en brazos al pequeño Paul y esboza la mejor de sus sonrisas mientras que su esposo, el presidente Trump, no sólo trata de opacar la radiante sonrisa de su mujer, sino que también levanta el pulgar de la mano derecha en la clásica señal de “ok”, todo bien. Señal que es ícono del “like” o “me gusta” de Facebook.

¿Qué es lo que dice esa fotografía? Quienes la vean sin conocer todo el contexto, bien podrían pensar que se trata del alegre festejo por algún cumpleaños o por el bautizo de Paul, o quizá su presentación en sociedad porque sus familiares lo vistieron como si esa fuera la ocasión. Por cierto, en la imagen se aprecia claramente la férula azul en su mano derecha, por la lesión que sufrió cuando su madre, Jordan, le cayó encima al cubrirlo con su cuerpo para que no recibiera las balas del múltiple asesino.

Alguna otra mente, un poco más perversa, podría pensar al ver la imagen que la sonrisa y la señal del presidente son un mensaje a Patrick, donde le dice: ¡Buen trabajo Patrick! Es inconcebible que el mandatario estadounidense y su esposa hayan posado así para esa foto. 

Discursos de odio, llevan a crímenes de odio. ¡Paremos ya las confrontaciones y la violencia! Nadie es mejor o peor por su color de piel, su raza, ni credo religioso o político, ni por su posición social o económica, ¡nadie!

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