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Opinión

Relaciones peligrosas

La acusación contra el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca adoptará, a lo largo de este mes, distintas formas, pero definitivamente no terminará, como se ha dicho

Jorge Fernández Menéndez
Analista

martes, 02 marzo 2021 | 06:00

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Ciudad de México.- La acusación contra el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca adoptará, a lo largo de este mes, distintas formas, pero definitivamente no terminará, como se ha dicho, archivada en el congreso local para que éste decida si puede o no ser desaforado. La fiscalía está convencida de que los suyos son delitos federales y que en ese ámbito deben ser juzgados. Y que en caso de que se vaya a una controversia constitucional sobre el tema, ninguna legislación local puede estar por encima de la federal. Ya veremos cómo evoluciona el caso.

Lo que sí es un hecho es que entre esos presuntos delitos federales investigados está incluida la relación que mantuvo el entonces candidato Cabeza de Vaca con organizaciones consideradas como una extensión del Cártel del Golfo, como la llamada Columna Armada Pedro J. Méndez, que apoyó a Cabeza de Vaca abiertamente en su campaña en 2016, incluso intimidando, para que renunciaran a sus aspiraciones, a distintos candidatos locales opositores al ahora gobernador.

El 27 de abril del 2016, hace casi cinco años, hablamos por primera vez aquí de la Columna Armada Pedro Méndez. Decíamos que ese grupo “no es una organización civil, es un órgano del Cártel del Golfo, su esquema de operación y su discurso son muy similares al que manifestaron en su momento La Familia, Los Templarios y algunos de los grupos de autodefensa en Michoacán y Guerrero, ligados, en realidad, a distintos cárteles, sobre todo al de Jalisco Nueva Generación”.

“Aparecieron, —continuaba aquel texto— en 2014 en los municipios de Hidalgo, Villagrán y Mainero, en el centro-sur de Tamaulipas, y los organismos de inteligencia desde entonces los reportan como un grupo del Cártel del Golfo, utilizado para propaganda política y para confrontarse con Los Zetas, cuyos asesinatos se han atribuido públicamente en varias ocasiones. Así, en 2015 informaron en un comunicado que ‘Silverio Zúñiga fue ejecutado ayer por la mañana en el ejido Cruz y Carmen de Hidalgo, Tamaulipas, por La Columna Armada Gral. Pedro José Méndez, porque participaba apoyando a la delincuencia zeta en asaltos carreteros y secuestros en la región’. Antes, el 19 de mayo del 2014, fueron asesinadas nueve personas en el municipio de Hidalgo, cinco hombres y cuatro mujeres, después de que ese grupo armado ingresó al poblado e incendió varias casas. Los de la columna los acusaron de ser zetas”.

En un comunicado divulgado en 2014 y dirigido a “los pueblos de Hidalgo, Villagrán y Mainero”, así como “a las tropas del Ejército mexicano” dicen que (respetamos la ortografía y sintaxis original): “la violencia que los politicos y funcionarios corruptos han engendrado al ser parte de los criminales les está alcanzando... La Columna está en contra de romper el estado de Derecho, pero a los criminales se les somete a sangre y fuego... Hemos fusilado sin violentar nuestros escrupulos ni torturar nuestra conciencia religiosa pués lo hemos hecho en defensa de la vida y de el destino de nuestro pueblo hombres de convicciones no de fortuna urgen a la patria”. En sus mantas aseguran que están “a Dios rezando, pero con la 45 dando”.

Estos grupos apoyaron abiertamente a Cabeza de Vaca durante su campaña y lo han hecho durante su administración y serán uno de los temas que se integrarán en la denuncia contra el gobernador de Tamaulipas.

El problema (o la contradicción) se presenta porque estos mismos grupos son los que en 2019 fueron cobijados por la Secretaría de Gobernación y a los que visitó, les propuso una amnistía e incluso mantuvo un mitin con ellos, el exsubsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta. Esos mismos grupos, con ese apoyo institucional, le organizaron un mitin, en el municipio de Hidalgo, en Tamaulipas, al ahora fallecido José Manuel Mireles, uno de los fundadores de las autodefensas michoacanas, en ese entonces subdirector médico del ISSSTE en Michoacán y al que estos grupos (y me imagino que sus apoyos institucionales) proponían nada más y nada menos que como nuevo jefe de la entonces naciente Guardia Nacional.

Mireles, que falleció meses atrás, había estado detenido en México y en EU acusado de narcotráfico, comenzó formando sus autodefensas con respaldo del CJNG (asociado a su vez con los grupos de lo que queda del Cártel del Golfo quienes impulsan a su vez a la columna Pedro Méndez).

La política debe ser clara. Soy de los que cree que existen elementos suficientes como para que Cabeza de Vaca sea, por lo menos, investigado por los hechos que hemos divulgado aquí desde años atrás en torno a su presunta relación con el crimen organizado, incluyendo su relación con la columna Pedro J. Méndez, pero lo que resulta incomprensible es que estos mismos grupos terminen siendo considerados por algunos, dentro del propio gobierno, interlocutores legítimos.

Insistimos, son los mismos a los que hace algunos meses visitó el subsecretario Ricardo Peralta para ofrecerles amnistía y para impulsar, créalo o no, nada menos que a Mireles como jefe de la Guardia Nacional. Con esos amigos, quién necesita enemigos.

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