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Opinión

¿Quién dijo que nadie visualizó el problema del agua?

El Estado mexicano está divorciado de la ciudadanía y hasta la fecha no habrá ningún político que pueda solucionarlo

Francisco Bribiescas
Politólogo

sábado, 26 septiembre 2020 | 06:00

Tal es el caso del 31 de mayo de 2019, donde expresé mi opinión política durante un noticiero local para que nuestros gobiernos tomaran en cuenta el tema de los sistemas acuíferos, ya que para nosotros los chihuahuenses el agua es de carácter lateral, su repartición se fundamenta en decisiones de dos: la estadounidense basada en leyes públicas estatales, científicas y tecnológicas, con respaldo de actas de mediciones y la mexicana basada en decisión única por parte del Gobierno de la República, sin injerencia estatal, ni presencia científica o tecnológica y sin leyes estatales que puedan ser presentadas, pero sí con obligación al intercambio de información hidrogeológica federal pero con deficiencias en la medición científica, lo que convierte a México vulnerable ante cualquier decisión de tratados internacionales, acuerdos diplomáticos con actas estadounidenses y sin duda de gobernabilidad. Teniendo en cuenta que las regulaciones laterales entre México y EU cada vez aumentarán ya que la presión hídrica será cada vez mayor, es aquí donde logré visualizar que en cualquier momento resaltaría la demanda social, tal como el caso de La Boquilla, sin embargo, yo logré ubicar el problema, la pregunta es ¿por qué los gobiernos no lo hicieron? Lo que me lleva a comprender que los problemas públicos hacen fila para presentarse en cualquier momento, para evitarlos es necesario tener un aparato de gobierno que visualice y prediga los problemas por medio de la gobernanza, políticas públicas efectivas y gobiernos con jóvenes profesionales. 

El agua transfronteriza, se mide por medio de los Sistemas Acuíferos Transfronterizos, cuentan con metodología y presencia en los estados mexicanos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en los estadounidenses de California, Arizona, Nuevo México y Texas, a lo ancho de la frontera México-estadounidense representamos más de 30 millones de residentes, nuestro crecimiento poblacional avanza con gran velocidad, sin control, sin prevención, lo que provoca que la presión hídrica aumente considerablemente sobre todo en nuestra frontera de Ciudad Juárez con El Paso. Por tanto, e insisto que debemos estar preocupados como ciudadanos, como comunidad, pero sobre todo como gobierno, por las aguas subterráneas, estas representan casi el 98 por ciento del agua disponible para todo el mundo y representadas en los acuíferos. En el caso del problema actual, la Federación defiende el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, en la que México asigna a EU la tercera parte del agua del Río Bravo. 

Como ya se mencionó el gobierno estadounidense envió una nota diplomática para fijar plazos para que nuestro país libere el agua correspondiente. El Gobierno estatal fija una postura de respetar el recurso, sin embrago, a pesar de que apoyo dicha postura, son los desconocidos representantes del Congreso quienes debieron actuar a tiempo y también visualizar el problema. Un gobierno progresista debe de poner atención fundamental para cuidar el agua por medio de leyes estatales, crearlas en caso de su inexistencia e invertir en mediciones metodológicas por parte de Gobierno federal para que los tratados puedan modernizarse, principalmente para que la información intercambiada pueda ser medible. Estoy completamente seguro de que contratar servidores públicos metodológicos tendrán la capacidad de visualizar los problemas públicos, disminuirlos y ser ejemplo internacional. ¿Qué debemos hacer? Debemos ser federalistas y que sea el Poder Legislativo mexicano quien en base a dicho federalismo utilice su poder para diseñar programas (políticas públicas) efectivos para lubricar el tema del agua, creando leyes especificas basada en las mediciones de los Sistemas Acuíferos Transfronterizos, que tengan carácter vinculatorio, que la Comisión Internacional de Limites y Aguas (CILA) tenga material internacional para poder intercambiar información relevante y también nuevos instrumentos para obligar a renovar tratados para el beneficio del agua y de la población fronteriza por igual. 

No es ningún secreto que los problemas esenciales de nosotros los ciudadanos son utilizados estratégicamente para hacer campañas políticas por parte de todos los gobiernos en turno, es normal, nuestros representantes lo hacen siempre, estos actúan con rapidez ante dichos problemas, muestran al pueblo que están presentes, pero no muestran la capacidad de solucionar o detener el problema, el pueblo lo requiere, está harto, los partidos se posicionan, la sociedad lo demanda y la comunidad no es escuchada. Esto sucede por la ausencia de comunicación entre sociedad y gobierno, la razón es simple, la gobernanza no está estipulada. Lo explicaba en opiniones anteriores, desde 1993, el Estado mexicano está divorciado de la ciudadanía y hasta la fecha no habrá ningún político que pueda solucionarlo, pero sí habrá políticos que lograrán tejerlo, midiendo los actores estratégicos, impulsando leyes progresistas y sobre todo para que nuestro país rejuvenezca.

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