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Opinión

Propuestas incluyentes en estas elecciones

No solamente se trata de que esa o ese aspirante a candidato sea conocida. Los procesos electorales no son concursos de popularidad

Mayra Chávez
Abogada

martes, 19 enero 2021 | 06:00

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El estado de Chihuahua se encuentra en la antesala para celebrar comicios electorales que renueven el Congreso del Estado, la Cámara de Diputados, los 67 ayuntamientos, las sindicaturas y desde luego la gubernatura del Estado. 

Si bien el proceso electoral dio inicio en el 1 de octubre del año pasado, fue con el arranque de las precampañas que el ambiente local se va inundando de ánimo electoral, que se traduce en la diversidad de las perspectivas desde las que se pueden apreciar la época de campañas políticas.

Por un lado, se encuentra una pequeña parte de la población que da seguimiento a la construcción de los escenarios en los que las y los actores políticos participan. Por lo general, estas personas se encuentran inmersas dentro de algún rubro específico en el que por su actividad laboral, social, académica o política deben estar enteradas del acontecer diario. A este reducido grupo, en comparación al grueso de la población de una determinada ciudad, normalmente se le identifica como círculo rojo.

El actuar de aquellas personas que en los procesos electorales tomarán el papel de candidatas o candidatos, es generalmente bien conocido por quienes integran este círculo. Se conocen cargos, tiempos, propuestas y en ocasiones hasta agenda. De tal suerte que es común escuchar en las pláticas que se desarrollan entre ellas y ellos algún análisis sobre lo que se considera se pueda estar haciendo bien o mal, o sobre lo realizable de alguna propuesta.

Muy diferente es el acercamiento que se puede llegar a tener con aquel rubro de la población que no tiene ese interés individual (pues el interés colectivo, todas y todos debemos tenerlo)  por la política. 

Imaginemos el día de una mujer que trabaja en una maquiladora como operadora de producción; se levanta por la madrugada, probablemente a hacer la comida de la que sus hijxs se alimentarán, se alista para acudir a su lugar de trabajo, luego se traslada en transporte público, llega a su lugar de trabajo y atiende su jornada laboral, sale a las cuatro de la tarde, se vuelve a trasladar hasta su casa donde comienza con su segunda jornada de trabajo ahora en el hogar. Si le alcanza la energía para ver algún medio de comunicación, antes de dormir, posiblemente verá algún anuncio sobre alguna propuesta de algún candidato o candidata. Si es el caso de que esta propuesta no le represente algún beneficio a lo cansado que es su día a día, posiblemente la pasará de largo.

El reto, para todas aquellas personas que tienen considerado acceder a alguna representación popular, radica en acercarse a todas aquellas personas que se encuentran en una posición similar a la de esta trabajadora, cuyo día acabamos de describir.

No solamente se trata de que esa o ese aspirante a candidato sea conocida. Los procesos electorales no son concursos de popularidad. Aun cuando así fuera ¿qué tantas personas pueden llegar a conocer alguna o algún individuo en su día a día? Por muy apretada que sea su agenda social, nunca serían las suficientes para ganar una elección.

Es solamente con acercamiento a las causas sociales como se puede lograr el involucramiento de cada vez más ciudadanas y ciudadanos en el actuar político. Que ejerzan su derecho a la democracia, pero también a una mejor ciudad. 

El trabajo territorial, para este cometido, es clave. Desde un escritorio no se pueden identificar las realidades que se afrontan diariamente por una comunidad, menos cuando ese escritorio a veces está en la Ciudad de México y no tienen siquiera idea de lo que es vivir en una frontera como la nuestra. 

Aquellas personas que tengan la intención de contender, deberán enfrentar el reto con entereza. Hablando menos y escuchando más. Generando propuestas que no solo emanen de las ideas que puedan surgirle a una persona, por muy inteligente que pueda llegar a ser, sino acercándose a la propia comunidad.

Hoy nos encontramos en etapa de precampaña que son dirigidas a militantes y simpatizantes del partido por el que buscan una candidatura, pero esas y esos militantes y simpatizantes son también ciudadanas y ciudadanos que saben, que viven problemáticas que ni desde el más lujoso escritorio se alcanzarían a percibir. Con una visión de inclusión y consultando lo que en realidad la ciudadanía identifica como soluciones, es la única manera en que las propuestas, en que la política va a dejar de llamar la atención solo de algunes y se va a convertir en el medio para que todas y todos participemos. 

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