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Opinión

Producción para el autoconsumo

Juárez, nuevamente, tiene un papel trascendental en la seguridad alimentaria, pues en su condición de frontera las tensiones inflacionarias se sienten con mayor intensidad

Mayra Chávez
Abogada

sábado, 21 mayo 2022 | 06:00

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Nuestro país enfrenta un serio desafío: evitar que la inflación alimentaria se convierta en el enemigo número uno de las familias mexicanas, lo que a su vez representa no solamente un problema económico, sino también una de las posibles causas de una crisis de seguridad social. Una sociedad que percibe incertidumbre en la alimentación, trata de darle solución de la manera que tiene a su alcance; de ahí la importancia de generar una política pública de combate nacional.

La dimensión de este reto es producto de desvíos internos en el curso del desarrollo del sector primario que, sumado un mercado internacional de alimentos que ha sido gravemente perjudicado por conflictos que no pueden ser apreciados desde una única arista y que tampoco obedecen a la responsabilidad de un solo ente, llámese Estado, virus, guerra, etc. Pero que en su conjunto han ocasionado grandes reducciones de los volúmenes de alimentos enviados al comercio por, además, pocos países exportadores.

La solución podría ser sencilla de descifrar, aunque no de implementar ¡México debe producir lo que consuma! La propia Constitución en su Art. 4º  señala que “toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará” es en cumplimiento a este precepto que cada gobierno ha echado a andar diferentes programas que intentan garantizarla. 

En este contexto, el Gobierno de México desde el inicio ha partido desde la base rural para posteriormente trascender a la movilización local y nacional. Un ejemplo de ello es el programa Sembrando Vida que genera un apoyo mensual para que las y los sembradores que se inscriban en el programa puedan sembrar, pero también les provee de la planta y el acompañamiento técnico necesario para que su siembra llegue a buenos resultados. De ahí que sea un programa galardonado a nivel internacional por los logros multifacéticos que consolida y que no recaen en una sola persona beneficiaria, sino que favorece a la cohesión social de una determinada comunidad mediante la inclusión productiva, financiera y desde luego detona la economía, considerando las particularidades agroclimáticas de cada región. Como este varios programas de diferentes Secretarías como las del Medio Ambiente, de Agricultura y Desarrollo Rural, el propio Segalmex (Seguridad Alimentaria Mexicana), realizan esfuerzos para combatir la problemática alimentaria que no han sido suficientes para producir lo que el país debe producir; por lo que, en fechas recientes se ensambló una Estrategia Nacional, que se vio traducida en el llamado del presidente de la República a todas aquellas instituciones, que tienen estas importantes atribuciones y lograr una efectiva sinergia de intervención interinstitucional a través de más y mejor canalización de apoyos para el campo en un claro combate a la inflación.

De los 7.7 puntos porcentuales de inflación, 3.6 es por alimentos en nuestro país. Desde luego la apuesta es por la producción de los básicos en la alimentación de la población mexicana: maíz, frijol, arroz, etc., pues de nada servirán los incrementos en el salario mínimo si no alcanza para cubrir lo necesario y, dentro de ese necesario, lo primordial es la alimentación.

Juárez, nuevamente, tiene un papel trascendental en la seguridad alimentaria, pues en su condición de frontera las tensiones inflacionarias se sienten con mayor intensidad. Aún y cuando no somos un municipio que se caracterice por la producción de alimentos, si somos un municipio que siembra, produce y autoconsume. Desde luego que con grandes sacrificios de incertidumbre que son enfrentados por quienes se dedican a esta actividad, seguidos de necesarias intervenciones de organización comunitaria y apoyo gubernamental para poder posicionar los productos que, en muchas ocasiones, son vendidos a precios que de ningún modo son equiparables al esfuerzo que implica sembrar. 

Como Juárez, ¿cuántos municipios o comunidades se encontrarán en esa misma situación? Es por eso tan esperanzador el lanzamiento de esta estrategia integral que tiene precisamente el objetivo de ayudar a solucionar los conflictos que las y los productores viven en el desarrollo de su actividad. Sin duda, debemos permanecer pendientes de dar seguimiento a estas acciones de fomento a la economía rural y campesina, cuyo éxito, representará la tranquilidad de todas y todos.

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