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Opinión

¿Por qué es importante la consulta popular?

Para cualquier juarense, recordar la época de Felipe Calderón es un acto de valor muy difícil de llevar a cabo

Bertha Caraveo
Senadora

miércoles, 21 julio 2021 | 06:00

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Para cualquier juarense, recordar la época de Felipe Calderón es un acto de valor muy difícil de llevar a cabo. Como si de una zona del Medio Oriente se tratara, quienes amamos y crecimos en esta ciudad vimos la seguridad desaparecer frente a nuestros ojos. Era la guerra contra el narco de Felipe Calderón. Misma que usó para legitimar un descarado fraude electoral.

Ciudad Juárez y Chihuahua no olvidarán los agravios que se cometieron en contra del pueblo. No olvidamos el 31 de enero de 2010, cuando un comando armado asesinó a 17 jóvenes que celebraban una fiesta en Villas de Salvárcar. 

No olvidamos que el presidente espurio acusó a las víctimas de ser pandilleros, pero después se dio a conocer que se trataba de estudiantes. No olvidamos que revictimizó a las familias que de por sí ya estaban agraviadas. 

Hoy tenemos una oportunidad inédita de reconciliarnos con nuestro pasado y emprender un acto de memoria histórica. La consulta popular que se llevará a cabo el próximo 1 de agosto es una demanda social de México y especialmente, de Ciudad Juárez. 

Nuestro país requiere caminar hacia la justicia transicional que honre la memoria de quienes ya no están y que fueron asesinados por la soberbia y el egocentrismo de un individuo como Felipe Calderón.

La democracia participativa está en su auge en México. Tras siglos de ser olvidado, el pueblo por fin se ve involucrado de nuevo en el ejercicio de la vida pública. El olvido de la democracia participativa fue tal que si comparamos los 664 referéndums que ha realizado Suiza desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los 28 que hemos realizado en México se quedan muy atrás. La vieja élite que podía gobernar sin aval popular, y ahí está el resultado: perdieron 11 de las 15 gubernaturas en disputa. 

Tomar como referencia a Suiza podría parecer descabellado, sin embargo, la altura de la transformación no puede simplemente simular que está construyendo democracia. 

La participación del pueblo es elemental en cualquier proceso democrático. Sobre todo, uno que busca cambiar el régimen político de un país. Los procesos de democracia directa no deben ser una particularidad, deben en todo momento, ser un acto de cotidianidad para tomar decisiones desde el imaginario colectivo. 

No olvidar no es solo una consigna. Es un acto de justicia social para subsanar los agravios sufridos por millones de mexicanas y mexicanos en los escenarios más terroríficos que vivió nuestro país.  

No promover este tipo de mecanismos de justicia transicional sería darle la espalda a los millones que confían en la Cuarta Transformación. 

La democracia participativa es el medio mediante el que sin perdón ni olvido podemos construir una democracia más justa, equitativa y plural.  

Con ella, podemos construir la ansiada paz para México y Chihuahua. 

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