Pistola usada en crimen con vínculos en Palacio

-Pistola usada en crimen con vínculos en Palacio

-Otra lección del PAN contra Corral

-Cargan la culpa a secretario de Hacienda

-Graciela rescató capacidad de convocatoria

Bastante escondido en el expediente sobre el asesinato de la periodista, Miroslava Breach Velducea, aparece una estremecedora liga hacia Javier Corral más delicada aún que su evidente acuerpamiento con el profesor Hugo Schultz, apresado en diciembre como facilitador del crimen.

Se trata de la maniobra llevada a cabo con el arma que privó de la vida a la periodista, una Colt 38, dejada en el cuerpo de un hombre llamado Gabriel Ochoa Cárdenas junto con una cartulina que lo responsabilizaba del asesinato por supuestas órdenes de un líder del Cartel de Juárez, Arturo Quintana, “El 80”. (Imagen de la cartulina en versión digital de La Columna).

Esa pistola fue utilizada por los asesinos de Miroslava, pertenecientes a una facción del Cartel de Sinaloa, Los Salazar, identificados por todas las autoridades como operadores en una región entre Chihuahua y Sonora (Chínipas, Navojoa, Agua Prieta, etc.), enemigos a muerte de “El 80”.

Según el dato escondido en el expediente, la maniobra con el arma habría corrido a cargo de un “funcionario de inteligencia” de la Fiscalía General del Estado, de nombre Roberto Hernández, en aquel tiempo, -abril del 2017 cuando ocurrió la muerte de Ochoa- con derecho de picaporte en la oficina de Corral Jurado.

Era “el ingeniero” en ese tiempo operador de “comunicaciones e inteligencia” de Palacio, función que venía desarrollando desde la administración de Patricio Martínez. Tuvo a su cargo la dirección para instalar 20 antenas de comunicación aportadas por el gobierno norteamericano con el Plan Mérida, cada una con un costo de un millón de dólares. Espionaje telefónico, el principal objetivo.

Aparentemente “el ingeniero” fue sacado de Palacio aproximadamente en 2018 porque Corral fue enterado de “manejos financieros” que operaba en los penales del estado, pero ha seguido cerca de su mundo “la inteligencia”.

Igual que explotó el tema Schultz, seguro también saldrá el relacionado con el arma ejecutora y la maniobra correspondiente con liga directa hacia el gobernador.

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Hasta el martes pasado los dos diputados operadores de la precandidata panista Maru Campos, Jorge Soto y Carmen González, estaban casi convencidos de votar a favor de la solicitud de crédito que mandó Javier Corral al Congreso del Estado.

Los hechos del miércoles, cuando sacó de su artillería el gobernador al testigo protegido y exsecretario de Hacienda de César Duarte, Jaime Herrera Corral, cambiaron el curso del acuerdo que había tejido a duras penas el coordinador de los diputados panistas, Fernando Álvarez Monje.

Fueron esos dos votos -sumados a los de Morena, al de Marisela Sáenz y sorpresivamente al del diputado de la Yukon, Misael Máynez- los que dieron el revés a la propuesta corralista, que apenas a principios de la semana ya se daba por aprobada con 22 o 23 sufragios de los legisladores.

Los panistas Soto y González, así como otras tres que están a medias proyecto de Campos Galván -Marisela Terrazas (con marido qué defender en la nómina corralista), Georgina Bujanda y Patricia Jurado- habían sido presionados con la idea de que si ganaba su precandidata recibiría las finanzas estatales en la ruina.

Con esa amenaza lanzada desde Palacio de Gobierno y repetida sistemáticamente por Álvarez Monje fue que se alinearon. Las tres permanecieron firmes a favor, pero no los dos de la capital, que son a la vez coordinadores en el equipo de la alcaldesa con licencia.

Maru y el PAN le dieron con esto otra lección a Corral Jurado, quien fue doblegado por segunda ocasión en el Legislativo; la primera fue con su pretendida reforma electoral de junio del año pasado, en la que juntó una mayoría de 22 votos, pero en su contra.

Por otra parte queda el papel del pastor de la Yukon, al que la mayoría panista desechó después de años de tenerlo rentado. Y desde luego el refrendo como oposición más sólida de los morenistas que coordina Miguel Ángel Colunga. Ellos se sostuvieron en contra hasta el final.

Los priistas se cuecen aparte. Después de un periodo opositor fuerte, con la llegada a la dirigencia de Alejandro Domínguez quedó claro que el tricolor jugará desde ahora con Palacio por intereses que se antojan inconfesable.

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Sin plan B en puerta, el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, fue el más sorprendido de todos con la decisión del Congreso del Estado sobre la negativa del crédito que prácticamente ya tenía gastado.

Los diputados Fernando Álvarez Monje y Jesús Valenciano, así como el mismo Corral, le habían hecho creer que ya estaba amarrado el nuevo financiamiento que le daría mayor margen de maniobra para concluir el quinquenio.

Ya se hacía el secretario con algo de liquidez y de paso tal vez con una plurinominal en la bolsa para la siguiente administración.

Ayer, para colmo, los legisladores panistas y hasta gente del gobernador culparon al titular de las finanzas estatales por no haber sabido convencer a los diputados propios y a los ajenos. Sí fue su culpa, en efecto, pero también de todos los demás, que desde diciembre no pudieron demostrar la viabilidad del nuevo endeudamiento y tampoco medir el factor político.

La sacudida que le dieron a Fuentes Vélez tuvo sus repercusiones, pues también ayer mismo puso a su equipo a analizar alternativas de financiamiento, así como formas de enfrentar la quiebra técnica gubernamental que habrá de llevar a la cancelación de obras en proceso.

El problema va más allá de lo financiero o lo político, pues jurídicamente también hay responsabilidades en la cancelación de gasto público programado sin sustento o su reasignación sin la debida justificación.

Así, la crisis que pretendían pasar a la siguiente administración la tienen ahora mismo en el Palacio de Gobierno y el edificio Héroes de la Reforma.

Colérico Corral contra El Diario por su fracaso. Un reportero de este matutino le cuestionó si renunciará al cargo frente a tantísimas dificultades creadas por él mismo. “Nunca”, respondió. Y en lugar de ofrecer explicaciones se siguió de frente atacando El Diario y cortó de tajo la conferencia de prensa que tenía como objetivo principal culpar al dirigente nacional de Morena por la derrota en el Congreso.

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La priista Graciela Ortiz González quedó instalada el miércoles formalmente como precandidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura. Desconocemos cómo vengan las negocias en las semanas siguientes con otras fuerzas partidarias, en particular con el PAN, pero por lo pronto quedó establecido que la nominada abonará de manera importante a cualquier aliado o subirá la fuerza de su partido si va sola hasta el seis de junio, día de la elección.

Tuvo en su evento llevado a cabo en la ciudad de Chihuahua a importantes figurones del tricolor estatal como el exgobernador, Patricio Martínez, quien la presentó; también a los exmandatarios Reyes Baeza y Fernando Baeza (por Zoom), a los empresarios Luis Corral y Víctor Silva; y también por Zoom al candidato del PRI la gubernatura de Sonora, Ernesto “El Borrego” Gándara.

Y tan relevante como lo anterior, Graciela tuvo también el apoyo de comitivas numerosas provenientes de los casi 20 municipios que gobierna el PRI en la zona serrana y que significan por ahora parte de su principal plataforma de operación electoral. Es herencia esa sin duda esta del expresidente priista y actual diputado local, Omar Bazán.

Finalmente los Baeza fueron arrancados de las manos del “loco de Palacio”, como llaman algunos sectores priistas a Javier Corral, y han comprometido su capital político a su partido y a su candidata. La suma, entonces, es importante.

Anda muy abajo el PRI en las encuestas por la gubernatura. Los punteros son el PAN (con Maru Campos como eventual candidata) y Morena; pero si en dichos partidos ocurren cambios drásticos en las siguientes semanas, ahí está Graciela metiéndose entre todos, aunque con la amenaza de ser controlada por Corral por motivos que desconocemos.

El voto ayer de sus diputados en el Congreso del Estado a favor del ofensivo crédito por casi dos mil millones y pagar con ellos a los proveedores a modo, habla mucho de ese peligro.

La intentona de esa aprobación debió ser frenada inclusive por diputados del PAN, más desmarcados ahora que el PRI del inepto gobernante surgido del propio blanquiazul.