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Opinión

Pesos, contrapesos y elecciones

Estamos como municipio, estado y país, entrando en un período de tiempo donde la disputa político-electoral ocupará la atención de los medios y con ellos de sectores amplios

Sergio Pacheco González
Analista

martes, 20 octubre 2020 | 06:00

Estamos como municipio, estado y país, entrando en un período de tiempo donde la disputa político-electoral ocupará la atención de los medios y con ellos de sectores amplios, se espera, de la ciudadanía.

El robo de medicamentos y equipos médicos, la detención del exsecretario de la Defensa Nacional, la negativa de registro a la aspiración de partido político del expresidente que inició los operativos conjuntos en diversos estados del país, la violencia homicida persistente, como persistente es la contingencia sanitaria que no termina y amenaza con volver a paralizar las actividades económicas, en conjunto con la toma de casetas de peaje, la obstrucción de vías férreas, las manifestaciones feministas, la desaparición de fideicomisos, los conflictos por el agua, las críticas a las obras del gobierno federal en proceso (Aeropuerto Felipe Ángeles, Refinería de Dos Bocas, Tren Maya, Tren Interurbano México Toluca y Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec) y al manejo de la pandemia, ofrecen numerosos insumos discursivos a las partes contendientes.

Uno de los argumentos insistirá en la necesidad de contrapesos al Ejecutivo Federal. Se arguye que el predominio de un partido político en el congreso, así como algunas decisiones de la Suprema Corte de Justicia o del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ilustran su carencia.

En el mismo sentido, se puede decir que faltan contrapesos en la configuración del cabildo local, el que posee una clara representación mayoritaria de la planilla integrada entorno al entonces candidato independiente y hoy presidente municipal reelecto. No obstante, su composición corresponde al resultado electoral en conformidad con la legislación aplicable, por lo que se ha planteado la necesidad de que la elección de las regidurías sea por voto directo y no por planilla, de manera tal que su responsabilidad y compromiso sean en primer lugar con la ciudadanía que las/los eligió, no con quien ocupe la alcaldía en una clara relación de dependencia y subordinación. 

En este sentido, es pertinente aclarar el contenido del término. Al respecto, Amparo Casar, crítica de la llamada Cuarta Transformación, identifica tres fuentes en las que se sustenta el sistema de pesos y contrapesos del Poder Ejecutivo: la institucional, la política y la social.

En la primera, se inscriben aquellos límites que definen “los títulos segundo, tercero y quinto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. El título segundo, De la Soberanía Nacional y de la Forma de Gobierno, precisa, entre otros, que la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante elecciones libres, auténticas y periódicas”. Los procesos electorales se desarrollan en los tiempos establecidos, siguen a cargo del INE y los partidos continúan recibiendo los recursos públicos para el financiamiento de sus actividades y campañas. 

Está por confirmarse si “El presidente de México dejó de ser el jefe del partido hegemónico, perdió el control sobre las elecciones y el poder para designar a su sucesor, dejó de tener los instrumentos que le permitían dominar políticamente a los gobernadores y presidentes municipales, el de seleccionar a los legisladores y designar a los líderes del congreso o el de definir la composición de la Suprema Corte de Justicia”. 

Los contrapesos políticos están relacionados con la representación que logran los partidos políticos en el Congreso y la que poseen los Ejecutivos Estatales. Ambos son resultado de los procesos electorales y expresión de la voluntad ciudadana. Con relación al Senado y las gubernaturas, se requiere tomar en consideración nuestro régimen federalista. Al respecto Casar recuerda que “Con el advenimiento de la democracia electoral el presidente perdió la hegemonía en los órganos de representación federal pero también en los de representación local —tanto en el ámbito ejecutivo como en el legislativo—, que hoy en día se encuentran poblados por los diferentes partidos y que están en condiciones de ejercer su poder sin el yugo de la presidencia”.

Con respecto a los contrapesos sociales, el juicio es categórico. Son los poderes fácticos: “Esos que han crecido al amparo y con el beneplácito, cuando no con el contubernio, de las autoridades pero que han ganado autonomía y poder”.

Los discursos político-electorales harán constante referencia a la necesidad de contrapesos durante el proceso electoral en el que se habrán de elegir 21 mil 368 cargos y 15 gubernaturas, el 6 de junio de 2021.

Referencia: Casar, Ma. Amparo. (2009). Los frenos y contrapesos a las facultades del Ejecutivo; la función de los Partidos Políticos, el Judicial, el Legislativo y la Administración Pública.

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