Pelean ‘a muerte’ los millonetas de Hacienda

• Pelean ‘a muerte’ los millonetas de Hacienda

• Aparicio no quiere tener jefe

• Hierve en su estómago UACH por renovación

• Mujeres en alerta en el Congreso estatal

En la Secretaría de Hacienda siguen los conflictos intestinales igual que en la gran mayoría de las dependencias del Gobierno estatal, ya veremos líneas adelante lo que quiere hacer Óscar Aparicio para sacudirse a su jefe directo, César Augusto Peniche Espejel.

Andan por diversos rumbos de Palacio los funcionarios golpeándose con todo lo que encuentran a la mano. Lo hacen porque carecen de rienda y de la autoridad interna que debiera ejercer el gobernador, Javier Corral Jurado.

En Hacienda pelean su titular, el ingeniero Arturo Fuentes Vélez y su subordinado, el director de Egresos, Eduardo Fernández Herrera. 

Fernández ordenó el desmantelamiento directivo del Departamento de Sistemas, controlado por su jefe Fuentes; este respondió de manera contundente haciendo lo propio en el área de Pagos, dirigida por Mario Sánchez. Lo despidió junto con varios miembros de su equipo.

Existen entre ellos diferencias personales, institucionales y hasta de intereses económicos. Todo entremezclado. Queda claro que hay millones y millones de pesos de por medio.

Juega papel importante en el pleito aquel famoso software adquirido a principios del 2017 por la Secretaría de Hacienda para “modernizar” y hacer más “eficiente” las recaudaciones de rentas en todo el estado. Se fueron ahí por lo menos 20 milloncitos de pesos.

Varias fuentes adjudicaron el negociazo al senador panista, exjefe del gabinete, Gustavo Madero, a través de la empresa Electronic Publishing. Un ingeniero León en el área de sistemas, su operador (de los ahora despedidos).

Obviamente la bronca entre los principales funcionarios de Hacienda ha repercutido en todo el Gobierno estatal por todos los rumbos de la entidad. órdenes y contraórdenes. Pésimas decisiones en pago de la deuda pública. Retrasos en pagos a proveedores, aplazamientos inexplicables y hasta broncas como esa de la Secretaría de Desarrollo Social a la que desde hace cinco meses le estuvieron regateando el dinero autorizado por Corral para las estancias infantiles.

No hay esperanza que la situación alcance remedio mientras siga el desinterés del gobernador Corral en poner orden. Igual que César Jáuregui en la Secretaría General, Fuentes Vélez en Hacienda debió dejar el cargo hace tiempo pero simple y sencillamente no lo ha hecho. Fernández está listo para el relevo. Muy perjudicial para los chihuahuenses el duelo de vencidas.

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En la Fiscalía General del Estado ocurre algo muy semejante a lo que pasa en Hacienda.

Funcionarios y comandantes policiacos consideran que el jefe de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), Óscar Alberto Aparicio Avendaño, no se ha quedado satisfecho con su nuevo estatus de hombre de residencias, autos de lujo, guaruras y mucho dinero. Sigue esperanzado, sueña con la autonomía, la emancipación de su incómodo jefe inmediato, el fiscal general César Peniche Espejel.

El nuevo hombre rico de Palacio (observemos tan sólo su indumentaria, foto en versión digital de La Columna, al momento de participar con Corral en la inauguración de las fiestas de Santa Rita en Chihuahua) busca convertir a la CES en independiente de la Fiscalía.

No la lleva mal Aparicio con Peniche, tienen algunas diferencias de forma fuertes aunque en el fondo los sórdidos intereses les unen. Casi ha convencido al gobernador Corral de que funcionaría mejor la CES fuera de la subordinación de la Fiscalía.

No es nueva esa postura de Aparicio. Prácticamente la ha asumido desde que tomó el control de la corporación policiaca estatal y la ha mantenido a pesar del tremendo fracaso del régimen corralista en materia de seguridad.

Necesita cambios, en efecto, el esquema manejado por el gobernador en ese tema pero debe empezar por deshacerse precisamente de quienes no le han servido para maldita la cosa; al contrario, y el primero en la fila es justo el comisionado jefe de la CES.

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Con independencia de lo que haya ocurrido ayer por la noche en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde el rector Luis Fierro trató de aplacar los ánimos caldeados por la renovación universitaria, académica y administrativa, hay en los reclamos y movimientos de los abogados detalles que llaman la atención.

Primero, nos dicen que andan muy activos algunos abogados de color azul, uno de ellos incluso fue dirigente del partido en el poder, en una jugada que no se ve nada lógica, atendiendo que se supone el proyecto de reforma está avalado por el mismo gobernador.

Más aun, nos llega información de que dentro de la tenebra para generar camorra por la reforma se encuentran algunos personajes muy de derecha enquistados en la misma rectoría, y que se supone son del primer círculo del rector. De la reunión el miércoles pasado aún hay otros resabios, por ejemplo, que mucha de la grilla está también alentada por los abogados de mayor antigüedad, quienes tienen resistencia al cambio, porque tienen miedo de perder su hegemonía en los espacios de poder.

Ayer, en el mismo auditorio Rodolfo Cruz Miramontes, el doctor Eduardo Roldán, embajador emérito de México, alertaba la necesidad de romper paradigmas ante una obsolescencia natural de currículas universitarias que dejan a las instituciones de educación superior y a sus egresados marginados de la competencia nacional e internacional.

El jueves por la noche el rector cerró filas con operadores políticos dentro de la Facultad de Derecho, así como con directores de diversas facultades, para preparar la reunión celebrada anoche, cuyo resultado es de pronóstico reservado, y por ello dejamos el tema para el próximo lunes.

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Después de semanas de regateos, el Congreso del Estado pidió al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Néstor Armendáriz, iniciar el procedimiento para solicitar la que formalmente se denomina Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres. Fueron 28 votos a favor, cero en contra y una abstención de una diputada mujer.

Inexplicablemente la legisladora que aún se dice priista, Anna Elizabeth Chávez, optó por no votar el dictamen de la Comisión de Derechos Humanos del Legislativo, presentado por el diputado de Morena Román Alcántar Alvídrez.

Los demás que no votaron el exhorto fue porque estaban fuera de la sesión, pero de la mujer del tricolor —vista como una especie de troyano en la bancada que Rosa Isela Gaytán y Omar Bazán Flores— sí llamó la atención su abstención, sobre todo en las legisladoras de las diferentes fuerzas partidistas.

¿Mero despiste, como acostumbra por no leer los asuntos que se tratan en las sesiones? ¿De plano lo hizo por desinterés en el tema, especialmente sensible para las mujeres? ¿O a poco le tuvo miedo al Palacio de Gobierno y optó por actuar de oficio como defensora del Estado?

Como haya sido, la Alerta de Género, así se conoce normalmente, pasó con la votación necesaria y además obvia. Aunque las mujeres se pusieron en alerta por el marcado desgano de Chávez Mata.

A partir de ahora toca el turno a Armendáriz Loya de la CEDH y a las organizaciones sociales, pues según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Chihuahua se encuentra dentro de los primeros cinco estados con mayores crímenes contra las mujeres, a tal grado que cinco municipios figuran entre los primeros 50 del país que padecen este fenómeno.

La Secretaría de Gobernación reporta que existen 13 entidades en el país en las que se ha declarado la Alerta de Violencia Género y hay nueve procedimientos en trámite; la entidad es el último carro de este tren que ya partió.

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El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Franco Fabbri Vázquez, ha incumplido con el compromiso de visitar la entidad, especialmente Juárez, para encabezar reuniones de análisis y acuerdos para el delicado renglón a su cargo.

Seguramente es porque el titular del SNSP llegó a la dependencia proveniente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, pero con la Cuarta Transformación se convirtió en “todólogo”, así que apenas comienza a entenderle al nuevo changarro a su cargo.

En su lugar mandó a Chihuahua a su adjunta, Eunice Rendón Cárdenas, quien sólo sirvió de adorno en la reunión del Consejo Estatal de Seguridad que encabezaron el gobernador Javier Corral, el fiscal César Augusto Peniche y el comisionado Óscar Alberto Aparicio.

La funcionaria sólo llegó a la ciudad de Chihuahua. Asistió a la reunión de mero trámite, en la que se entregaron las cuentas alegres del nuevo amanecer en materia de seguridad; luego comió y se fue.

Eso fue hace dos días. Se esperaba que se diera una vuelta por Juárez, donde tiene varias invitaciones pendientes de responder, pero no, ni por error. Desde el Secretariado Ejecutivo del SNSP dicen que hay estados como Chihuahua y municipios como Juárez en los que la atención es sólo de dientes para fuera. Nomás hay que ver la distribución de recursos de los subsidios que maneja y el interés que muestran los titulares para atender los problemas de cada lugar.