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Opinión

OPINIÓN

PDF: Un muerto y el puente que se desmorona

Hay en curso una investigación de la Fiscalía General de Justicia Zona Norte por la muerte de Javier Iván Moreno, de apenas 36 años de edad

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 11 abril 2021 | 06:00

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Hay en curso una investigación de la Fiscalía General de Justicia Zona Norte por la muerte de Javier Iván Moreno, de apenas 36 años de edad.

Perdió la vida inesperadamente el 1 de abril en un accidente vehicular al cruzar de oriente a poniente la Gaza Juan Pablo II y Francisco Villarreal.

Serán deslindadas las responsabilidades de los conductores participantes en el accidente, pero necesariamente revisadas las condiciones técnicas de las vialidades del sector tanto en el flujo continuo del Juan Pablo II, como en el puente gaza que lo circunda por encima y en los dos carriles laterales que son convertidos en uno al bajar la peligrosa rampa del puente.

Ahí perdió la vida Moreno. La señalización es prácticamente nula y hay un amplio punto ciego para cambiar del carril lateral al primero donde baja la rampa de la gaza. Las fotos que presentamos en edición impresa y digital de La Columna dan cuenta de los frecuentes golpes ocurridos ahí. Ahora incluye la corona y el mensaje “te amo flaco” dejado como recuerdo en el lugar por la familia del fallecido.

Esa obra debe ser objeto de la más profunda fiscalización por parte de las autoridades periciales correspondientes tanto en materia técnica, de ingeniería civil, como en el aspecto financiero.

Esa obra, y también la construcción del puente de Arizona y Juan Pablo II ubicado un poco más al poniente de la gaza. Recién construido ha sido objeto ya de dos reparaciones importantes, una de ellas esta misma semana.

No fueron detalles menores los arreglos. “El concreto se está desmoronando. Hay fallas en la junta de dilación mecánica... A menos de un año de haberse puesto en servicio el puente presentó fallas en la junta de dilatación mecánica, lo que estaba provocando con el paso de vehículos y el movimiento ocasionado se estuviera como desmoronando el concreto... Se trata indudablemente de una mala calidad del cemento”, concluyó un especialistas de obras públicas del Gobierno estatal.

Presentamos en versión digital de La Columna las fotos con imágenes crudas al momento de la reparación. Fueron auténticas zanjas las abiertas sobre el lomo del puente para llenarlas de cemento; ahora sí, suponemos de calidad.

Ambas obras, la Gaza y el Arizona (al que se ha denominado puente chueco desde que fue “entregado”) están a cargo el Gobierno estatal, igual que el corredor multimodal llevado a cabo por el Francisco Villarreal y avenida Las Torres, igual que los paraderos del Vivebus reconstruidos por el bulevar Zaragoza, igual que la patéticamente triste ruta troncal desarrollada por distintos puntos de la ciudad, todos con múltiples irregularidades.

Igual que el puente Arizona, también fue objeto de noticia esta semana el tramo troncal de Américas por la avenida 16 de Septiembre hacia el Centro de la ciudad.

Más a fuerza que con auténticas ganas, el Cabildo votó por inmensa mayoría el jueves para exhortar al gobernador del estado, Javier Corral, a reconsiderar seguir esa obra debido a múltiples impedimentos técnicos.

De inmediato la respuesta por parte de la autoridad estatal fue en sentido negativo. Rechazan atender el “exhorto” emitido desde el corazón de la representación social juarense en el Gobierno municipal, el Cabildo. Así ha sido en toda esa batería de obras construidas con dinero de los juarenses, pero sin consultar a los juarenses.

Particularmente el tramo de la 16 representa abuso, irresponsabilidad y desconsideración extraordinaria por parte del Gobierno del Estado. Su pavimento fue abierto hace 80 días, pero la obra quedó abandonada por la constructora que la inició virtud a que el proyecto ejecutivo no contemplaba la existencia de viejos drenajes por abajo del pavimento que colapsarían al colocarles encima varias pulgadas de concreto.

Ahí permanece la calle estrangulada a un carril con todo lo que implica en estrés y enojo para los conductores.

***

Volvemos a la gaza y al Arizona.

En ambas obras la incompetencia partió desde la elaboración de los proyectos ejecutivos.

Tenemos en versión digital de La Columna los PDFs (PDF1 - PDF2) íntegros que contienen los convenios modificatorios “adicionales 2” a los contratos respectivos. Exhiben esos documentos que sus autores obedecieron más a intereses por obtener dinero rápido y fácil, que por tomar en cuenta todos los detalles que enfrentarían los ingenieros, arquitectos y obreros al momento de desarrollar las construcciones.

Esa es justo la razón por la que esas obras, y todas las descritas, representan un serio riesgo para los conductores. Adolecen de serias fallas tanto en calidad del cemento como estructurales y de ingeniería vial. Un muerto y múltiples accidentes, el saldo hasta el momento.

Son tantas las fallas que el municipio sigue sin recibir ninguno de los dos puentes porque continúan sin ser terminados por completo aunque hayan sido “inaugurados” ya por Javier Corral.

En las “declaraciones” del convenio adicional número dos sobre la construcción de la gaza, puede verse en el punto número uno, inciso f, letra a, un texto que puede servir a la Fiscalía de Justicia y a la familia del fallecido en el accidente.

“Modificaciones en el proyecto, particularmente sobre la avenida Juan Pablo II en el sentido oriente-poniente, donde el proyecto original contemplaba solamente un carril de circulación de cuatro metros de ancho, siendo la Secretaría de Desarrollo Urbano del Estado, la cual según estudios de tráfico consideró insuficiente un carril, solicitando que se modifique el proyecto incluyendo un carril adicional quedando en total dos carriles de circulación con  un ancho de siete metros”.

Pero... la letra b señala: “así mismo la coordinación de Seguridad Vial de Ciudad Juárez solicitó se incrementara la longitud de transición para cerrar de dos carriles a uno en el sentido oriente-poniente”.

Tendrán que probar esos dichos con los oficios correspondientes. Las imágenes sobre los incidentes en el lugar son inobjetables. Repetimos, pueden ser observadas tanto en fotos como en los “convenios modificatorios”.

La gaza arrancó el 24 de julio del 2019 con un costo pactado de casi 46 millones de pesos entre Gustavo Elizondo, Arturo Fuentes Vélez y José Antonio Lerma, por el gobierno del estado; y Jorge Quiñones Verduzco, de la Constructora Koraachi en asociación con la Constructora Rascón.

Debieron finalizar en 247 días. Sorprendentemente, por imprevisión de quienes elaboraron el proyecto ejecutivo, de sus jefes hasta mero arriba y obvia complicidad con las constructoras, hubo una gran cantidad de movimientos en las fechas de conclusión.

Terminarían en marzo del 2020, pero luego difirieron a abril del 2020, después al 31 de mayo del 2020, luego al 20 de junio del mismo año (por problemas en el montaje de trabes), después al 31 de mayo, después al 10 de junio, luego al 5 de julio, posteriormente al 31 de julio, pero “terminaron” hasta el 31 de octubre del 2020.

Ocho meses donde no daban pie con bola. A tontas y a locas. Sin duda este es material para la Secretaría de Función Pública, para la Auditoría Superior del Estado y para los diputados locales y federales que representan a distritos de Juárez.

No es nada menor la gravedad.

El convenio modificatorio número dos para el caso del puente Arizona fue firmado por Arturo Fuentes Vélez y Gustavo Elizondo, por parte del gobierno del estado; y por el ingeniero José Carrasco Gómez, de la constructora Teporaca.

El monto pactado fue por arriba de 31 millones de pesos, pero luego sumó casi cuatro millones y medio de pesos por un par de “imprevistos”, uno de ellos tampoco pequeño: no fue tomada en cuenta una torre de la CFE que obstaculizaba la obra y que al final dejó chueco el puente.

Tardó para ser terminada aproximadamente un año, de 240 días que habían sido planteados originalmente.

Fue tanto el retraso que Gustavo Elizondo anunció en algún momento que sería presentada una denuncia contra la constructora ante la Secretaría de la Función Pública, pero no pasó del amago verbal para calmar las críticas sociales.

Ahora que se ha empezado a desmoronar el cemento no ha ofrecido ninguna explicación; ni él, ni su representación en Juárez, ni tampoco la representación de la constructora.

Para la eventualidad de nuevos incidentes viales aventarán la culpa fácil a la “imprudencia” de los conductores aunque por todas partes aparezcan las huellas de la ineptitud y necesariamente de la corrupción, esta última comprobada en la inacción frente al cúmulo de anomalías no tocadas ni con el pétalo de una rosa.

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