Opinión

Pascua y pueblo sabio

Jesús de Nazareth, un profeta o el mismo Dios, según desde la óptica religiosa que se le estudie

Sixto Duarte
Analista

martes, 23 abril 2019 | 06:00

Jesús de Nazareth, un profeta o el mismo Dios, según desde la óptica religiosa que se le estudie, fue llevado ante el Sanedrín a responder diversas acusaciones que se le hacían, y condenado por el mismo, según establece la narrativa bíblica. Posteriormente, y después de diversos conflictos competenciales entre el Gobierno romano y el Gobierno territorial, Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea decide preguntar al pueblo si se debe ejecutar a Jesús o a Barrabás, un homicida y ladrón que también estaba condenado. Poncio Pilatos asumió esa postura para no cargar con un costo político, a pesar de la profunda irresponsabilidad de su decisión de consultar a un pueblo fúrico y fácilmente manipulable por los integrantes del Sanedrín. El pueblo decidió indultar a Barrabás condenando de esa forma a Jesús. Después de casi dos mil años de este hecho, el mundo creyente estima que fue una mala decisión adoptada por lo que en ese entonces sería “el pueblo bueno y sabio”.

Es necesario hacer esta referencia bíblica para comparar nuestro entorno actual con aquél. Como ya hemos comentado en diversas ocasiones, el gobierno es elegido para adoptar decisiones en nombre de la colectividad. Preguntar al pueblo bueno y sabio sobre la viabilidad de un aeropuerto, la pertinencia de juzgar o no a expresidentes, lapidar a integrantes de la rama judicial, son decisiones profundamente irresponsables de un gobierno que no quiere asumir ningún costo; esto puede entenderse desde una óptica electorera, no así desde una perspectiva de responsabilidad política e histórica.

Es curioso que, en ese contexto de asumirse como un Gobierno popular, ése que consulta todo al pueblo “infinitamente sabio”, no se haya consultado la devolución de los bienes asegurados a Elba Esther Gordillo, noticia que trascendió el domingo pasado. En ese sentido, el Gobierno consulta lo que quiere consultar, y así encuentra “maromeros del régimen”, que justifican las decisiones oficiales bajo el argumento de que “el PRIAN robó más” entre otras barbaridades.

Cuando se gobierna con base en el resentimiento profundamente arraigado, apelando a que sus motivaciones son el sentir del “pueblo”, no puede haber resultados positivos. Se tiene que citar una situación sucedida hace dos mil años para que en la actualidad alcancemos a comprender lo peligroso que es disfrazarse del “pueblo” al momento de tomar decisiones.

Esta posición aparentemente “popular” y respetuosa del sentir de las mayorías ha llegado a generarle una popularidad muy sólida al actual régimen de gobierno. Es increíble como apelando a fibras sensibles de la colectividad, tales como insultar a los gobiernos anteriores, y polarizar más el ya polarizado ambiente político, se ha llegado a un punto en donde el Gobierno actual no es responsable de nada de lo malo que ocurre en el país, pues todo es responsabilidad de los gobiernos anteriores. Cuando la masacre de Villas de Salvárcar, acontecida aquí en nuestra ciudad, tanto el Gobierno de Calderón como el Gobierno de Reyes Baeza fueron señalados como incapaces de contener la violencia. Las víctimas se sumaron a las cifras de sus gobiernos. Cuando la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el Gobierno de Peña Nieto, como el de Ángel Aguirre en Guerrero fueron acusados de dicha tragedia, no así el alcalde de Iguala, quien había sido abanderado por la Coalición PRD-PT-Convergencia, en pocas palabras, lo que ahora sería Morena.

Hoy que una tragedia similar ocurre en Minatitlán, Veracruz, ciudad, entidad y federación que son gobernadas por Morena, hay quienes incluso señalan a gobiernos anteriores de la tragedia. Acusan golpeteo político y politización de la tragedia. Incluso se dice que fueron asesinadas por el PRIAN. Como si exigir resultados a un gobierno que en campaña dijo tener solución a todo, no fuera parte de vivir en democracia. Como si importara más la popularidad del presidente que la solución a la inseguridad que se vive.

Me parece ridículo que nada de lo que pasa en el país sea responsabilidad del Gobierno. Si con el control en el Congreso y en el Gobierno que ejerce Morena, se sigue responsabilizando de las tragedias a la oposición más débil que ha habido en años, no se evidencia la “perversidad” de ésta, sino la profunda incapacidad del gobierno actual. El presidente, lejos de generar empatía con las víctimas de Minatitlán, salió a repartir culpas a la derecha y a los gobiernos anteriores. ¿Hasta cuándo empezarán a hacerse responsables de sus omisiones?

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