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Opinión

Omisiones que matan

En 2017 mi jefa, mi madre como yo solía llamarla, fue secuestrada y asesinada. Mi familia tuvo que enfrentarse a la espera de 72 horas que las autoridades señalan que se debe esperar para considerar a una persona como desaparecida

Lilia Aguilar Gil
Política

miércoles, 15 marzo 2023 | 06:00

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La omisión es una conducta que consiste en la abstención de una actuación que constituye un deber legal y no cumplirla, puede constituir un delito o una falta, es decir. Cuando se es autoridad, esta omisión tiene consecuencias, pues desde dejar pasar una falta administrativa, hasta contribuir al asesinato de una persona, de ese tamaño puede ser la gravedad. Desgraciadamente, esta última la viví en carne propia y quiero contribuir a que esto no vuelva a pasar. 

En 2017 mi jefa, mi madre como yo solía llamarla, fue secuestrada y asesinada. Mi familia tuvo que enfrentarse a la espera de 72 horas que las autoridades señalan que se debe esperar para considerar a una persona como desaparecida; después, ante la lentitud, ineficacia y negación de buscar a mi jefa y nosotros aportamos las pruebas que señalaban claramente al autor intelectual y material del feminicidio de Matilde. 

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¡Les “pusimos” a este individuo tres veces! Y fueron las mismas veces que lo dejaron en libertad en una primera franca omisión, cuando era más que claro que, al menos, cometía perjurio pues cambió su declaración las mismas veces que acudió a declarar por las pruebas que aportamos. 

No satisfechos con eso, las autoridades, desde el exgobernador Javier Corral, pasando por el exfiscal César Peniche, y hasta el encargado de la “investigación” de mi mamá, todos ellos, negaron el secuestro, pues decían, vaya, aseguraban que Matilde se había “ido con el novio” y que muy seguramente estaba tomándose una piña colada en alguna playa, así, con esas palabras explicaban la desaparición de mi jefa. 

Todo esto significó una pérdida de tiempo valioso que usaron las autoridades para investigar a mi madre y no a los sospechosos, para validar lo que siempre nos dijeron y no para buscarla. Todo eso lo cuento en el documental “Matilde: una historia de muerte y omisión”, que pretende ser un homenaje a la vida de mi jefa, maestra de miles de alumnas y alumnos a los que educó, cuidó y llevó por buen camino. Pero también busca encontrar la sororidad que nunca tuvimos por parte de las autoridades; también busca que esto no vuelva a pasar a través de una reforma que busca que las víctimas de delitos sean reconocidas y que los servidores públicos no dañen su dignidad y derechos al negar su calidad de víctimas, además, instituir una agravante cuando los servidores públicos incurran en los supuestos planteados, motivados por discriminación de género.

Para justificar por qué es tan importante esta reforma, podría decirte que, de 2018 a la fecha, se reportan tres mil 985 feminicidios; un millón 103 mil 359 de llamadas de emergencia y 10 mil 688 mujeres desaparecidas, esto, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Sin embargo, pienso y creo que no hace falta, porque desgraciadamente, en Juárez, en todo el país, obviamente, pero en Juárez especialmente, todas y todos hemos perdido a una madre, hermana, esposa, amiga, novia o conocida en estas lamentables circunstancias. 

Y todas ellas tienen un nombre, una historia que no ha sido contada, por eso poder haber contado la historia de Matilde ha sido un paso importante que estoy segura no se quedará ahí, sino que se convertirá en una reforma legal que obligará a las autoridades a hacer su trabajo. 

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