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Opinión

Obra pública sin obra social, no es obra pública

Los gobernantes deben de ponerse las pilas con lo cívico. Si queremos realmente empoderar a los jóvenes de la mano de los vecinos, no es necesario la disposición política

Francisco Bribiescas
Politólogo

sábado, 10 abril 2021 | 06:00

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Los gobernantes deben de ponerse las pilas con lo cívico. Si queremos realmente empoderar a los jóvenes de la mano de los vecinos, no es necesario la disposición política, se necesita conocimiento técnico. Está en ellos poner a disposición las herramientas indispensables para que la movilidad sea perfecta, pero sucede todo lo contrario y es triste convivir con las obras públicas que no tienen un fin social, esas que realmente no ayudan a la gran mayoría de la población, aquellas que al observar nula la conexión con las necesidades actuales de los propios vecinos sin importar el sector, pero también es sorprendente cuando no cuadra lo prometido políticamente con la ingeniería presupuestal. Es aquí cuando los que pertenecemos a la academia logramos entender que los representantes del pueblo no tienen la capacidad científica para impulsar la modernidad legislativa, inclusive tienen el cinismo de colgarse las medallas por hacer su trabajo a medias, pero la realidad es que muchas de las veces no entienden el proceso de evaluación de las políticas públicas, de sus reformas, o el diseño de estas, porque si esto fuera funcional tendríamos otra forma de vivir y el apoyo por parte de la ciudadanía en general.

En Viena, Austria, la ciudad con más calidad de vida en el mundo, la convergencia política fue profunda, con un proceso muy sencillo e inclusivo. Como todo país ha pasado por problemas de corrupción y por un sistema autoritario, pero la solución está en su gente, en la participación ciudadana sin ser controlada por los gobiernos, ni por asociaciones civiles patrocinadas e inclinadas a una vertiente política como sucede en nuestro país. La herramienta principal es la inclusión y el debate, en ellas está la democracia inclusive para que un gobierno pueda tener combinaciones partidistas y que estas sean votadas por la ciudadanía. 

En nuestro país, en nuestro estado y principalmente en nuestra ciudad, los partidos políticos han acostumbrado a la ciudadanía a que ellos en las elecciones ganan todo o nada, mucho menos se sientan en una mesa después de una dura contienda electoral a formar un gobierno de todos los colores y sabores, pero sí se sientan en mesa redonda a poner amistades y compromisos en la administración pública. 

¿Qué hacer? Empoderar a los jóvenes de la mano de los vecinos, ¿cómo? Fue precisamente en Viena, donde los vecinos, con la ideología diferente a los partidos, cuentan con las necesidades de cada colonia, con presupuestos, folios y hasta firmas para que sean ellos los que gestionen los problemas esenciales de la gente, así, los políticos son medidos para saber si tienen capacidad de negociación y académica de hacer las cosas públicas. Principalmente para que la juventud esté en el gobierno y atienda a los adultos mayores, esos que les dieron la oportunidad de llegar al poder y ayuden a que las pensiones sean suficientes, ser un país de policías bien pagados y que obras públicas tengan por profesionales y ciudadanos la aprobación científica y no política. Es decir, los parques públicos tienen caducidad y renovación presupuestal sin importar los gobiernos, los árboles tienen su ciclo con cuidado entre la ciudadanía y el gobierno, inclusive con opción a multa vecinal. Las campañas son tecnológicas y no políticas como estamos acostumbrados, es aquí donde la tristeza me llega al corazón, ya que vemos a los jóvenes políticos imitando a los viejos, sin tener tiempo de la investigación metodológica para sus proyectos. Ya lo decía el gran Agustín Montaño en su “Manual de administración municipal” una obra que reclute de libros que regalaba la Universidad Autónoma de Chihuahua, en ella explica perfectamente cómo entender los procedimientos y tecnicismos con los que se opera un gobierno municipal junto su administración pública, también quiénes deben de ser los actores basados en la toma de decisiones legislativas administrativas.

Con un grupo de jóvenes estudiantes de la universidad, realizamos recorridos como ciudadanos para poner atención en lo que nuestra realidad nos afecta, la ansiedad, la violencia y el desempleo, por lo que hacemos deporte junto con ellos para ser parte de la solución principalmente en la salud mental y salud física, al mismo tiempo les decimos cómo usar la ley para que puedan junto con el gobierno cuidar el parque y de la experiencia de los adultos mayores que se evalúe, con esto empoderamos a los ciudadanos de la mano de los vecinos, de esta forma, cuando los políticos lleguen a pedir su voto, cada tres años, tengan ya listas las características y los costos de solución de los problemas, pero insisto, los actuales, así veremos de qué están hechos y principalmente si tienen la capacidad. De lo contrario llegan políticos sin ninguna experiencia educativa, laboral, cívica y moral, peor aún que no los conozcan, hagamos algo al respecto, nosotros lo hacemos, debemos entender que los ciudadanos somos los que tenemos así nuestra ciudad y somos los que podemos exigirle a los que lleguen a gobernarnos y a representarnos. ¡Si se puede!

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