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Opinión

No ven colapso del Banco del Bienestar

Entre funcionarios y empleados federales de todos los niveles dan por un hecho el abandono de sus cuentas de nómina en los bancos privados para irse a cuentas del Banco del Bienestar, según instrucciones y circulares que se han emitido los últimos meses desde Palacio Nacional

LA COLUMNA
de El Diario

martes, 21 marzo 2023 | 06:00

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-No ven colapso del Banco del Bienestar

-Cruz acuerda con Sheinbaum y Ariadna  

-Le sale lo sindicalista a Cuauhtémoc  

-En amena charla con #esClaudia

Entre funcionarios y empleados federales de todos los niveles dan por un hecho el abandono de sus cuentas de nómina en los bancos privados para irse a cuentas del Banco del Bienestar, según instrucciones y circulares que se han emitido los últimos meses desde Palacio Nacional.

Para algunas cuentas, de hecho, el límite para emigrar de la banca privada a la social que representa el Ban-Bienestar es del último día de marzo de este año, por lo que ya no hay vuelta atrás en el proceso de transformación en las erogaciones del Gobierno federal.

Para los progobiernistas es algo de ensueño que el mismo banco público maneje la nómina, los programas sociales, el gasto de inversión y todos los recursos fiscales federales. Teóricamente, abarataría todos los costos y representaría grandes ahorros de comisiones que cobran los servicios privados.

Sin embargo, la historia ha demostrado que si un gobierno de cualquier corriente es puesto a administrar un desierto, en cuestión de años comienza la escasez de arena. Así que la centralización absoluta en el Ban-Bienestar conlleva ese riesgo y el de la eterna corrupción, combatida únicamente con discursos, pero no con hechos.  

Por un lado, el control del dinero puesto en manos de burócratas no sólo fluye de forma más lenta, sino que puede ser desviado con mayor facilidad. De pura nómina pública federal el monto es de un billón de pesos al año. Un billón, más otros tantos de cuentas de gastos diversos.

Por otro lado, la concentración excesiva de servicios, en un banco que no acaba de nacer y que sigue colapsado sólo con el tránsito de las pensiones a los adultos mayores y otras becas federales, es un gran riesgo para la seguridad de la operación del mismo.

Desde los ataques cibernéticos hasta los robos de cajeros, de esos cajeros donde se forman cientos de personas al día para trámites lentísimos, entran en el catálogo de riesgos que no ven quienes obedecen ciegamente las órdenes que dicta Andrés Manuel López Obrador.

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Pasó a segundo plano la megamarcha convocada por el presidente López Obrador el pasado sábado, al menos para la comitiva juarense que fue a la Ciudad de México, con Cruz Pérez Cuéllar a la cabeza, a una gira de varios días con muchas más intenciones políticas de fondo.

El alcalde juarense sostuvo, entre otros, dos encuentros prioritarios que arrojan muchas lecturas a los morenistas desatados por amarrar la continuidad del proyecto presidencial.

El primero de esos encuentros fue con la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, con quien acordó la revisión de varios programas sociales aplicados en la capital del país para ser adoptados por la administración juarense, en especial por el DIF Municipal.

La colaboración con Sheinbaum ha tomado el nivel suficiente para que el juarense sea visto con mayor seriedad en Morena, no sólo por los votos que representa la frontera, una plaza electoral importante, sino por el oficio político y capacidad de operación de Pérez Cuéllar, que sin duda está para darles clases a muchos morenistas.

El segundo encuentro fue con la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, hasta hace poco aliada incondicional del superdelegado federal Juan Carlos Loera; la relación entre ella y el funcionario ahora está en estatus de pendiente, no por nada la secretaria tiende hilos y puentes a todos los equipos guindas de Chihuahua, a los que conoce muy bien.

Por razones obvias, el acuerdo Montiel-Cruz es el que más expectativa causó entre los liderazgos del partido de la 4T a nivel estatal, pues tendrá sus repercusiones políticas en breve. Así se espera, cuando menos, un posible reacomodo con miras al 2024.  

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No fue todo lo de Cruz en México. Debe haber despertado el celo de Adán Augusto y Marcelo Ebrard, mínimo de sus operadores, ese encuentro sostenido por Pérez Cuellar con #esClaudia, en la Ciudad de México.

No es cualquier alcalde. Juárez, junto con Tijuana, son los principales municipios fronterizos. Gobierna más de un millón y medio de almas, apetecible mercado electoral, mayormente pintado de guinda.

El periplo de Pérez Cuéllar incluyó presídium con Claudia Sheinbaum, en una reunión con alcaldes de distintos partidos, donde el munícipe juarense ha construido liderazgo.

Acaban de estar por estas tierras esos alcaldes que desde o local tratan de generar sinergia y planes de gobierno aterrizados en la solución de los problemas que enfrentan las complicadas ciudades que gobiernan.

Más de veinte alcaldes pisaron estas tierras y ahora fueron invitados con la anfitrionía del gobierno de la Ciudad de México, para continuar construyendo proyecto político, ahora con la consentida del presidente AMLO.

Sheinbaum reconoció ahí en corto el liderazgo que trae el alcalde de este importante municipio juarense con el resto de sus homólogos. No fue casualidad que los sentaran juntos. Le brillaron los ojitos a la suspirante a la Presidencia de la República.

La foto que generó el celo es aquella en la cual se les ve precisamente a ambos, Cruz y Claudia, platicando en el presídium.

Cruz ha sabido construir desde la pluralidad, atendiendo a las corcholatas de la mejor manera, para que no digan que hay cargada hacia un solo lado.

Por eso no es extraño que el alcalde esté teniendo cercanías con la gente que está llevando la campaña de Claudia, entre ellos la propia Ariadna Montiel quien coordina en Chihuahua de facto el camino hacia el 2024, sin descuidar a quienes laboran de cerca con Marcelo y el mismo Adán Augusto.

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Toda la semana pasada, el coordinador de los diputados de Morena, Cuauhtémoc Estrada, anduvo metido en chismes debido a que, por extrañas razones, le nació repentinamente el espíritu sindicalista.

Sin explicación alguna, Estrada trató de meter las manos por una empleada administrativa de la Secretaría de Salud que fue despedida por el Gobierno estatal; pidió varios favores para intervenir por ella, sin encontrar mucho eco en la estructura oficial.

Intentó luego por el Sindicato Único de Trabajadores del Instituto Chihuahuense de la Salud (Sutichisal), pero al toparse con pared con la dirigente, Carla Cancino Chávez, el legislador lanzó amenazas en el sentido de que el organismo gremial podría perder su registro.

Con eso se echó encima a la dirigencia sindical y perdió la batalla que había emprendido por la reinstalación de una trabajadora, cuyo despido, intereses e intentos de que la vuelvan a emplear, quedaron envueltos en un halo de misterio y sospechas.

El legislador quiso abusar de su poder al tratar, primero, de forzar la reinstalación de la funcionaria despedida; luego, al querer doblarle las manos al sindicato, que previamente le había dado una licencia a la funcionaria en mención, sin que ella se acercara siquiera a conocer su estatus laboral-sindical.

Al final nomás se exhibieron tanto el diputado como la trabajadora, más con las amenazas de desaparecer a un sindicato que cumple con todos los requisitos de ley para existir y operar.

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