PUBLICIDAD

Opinión

NO se volverá a la completa normalidad

El pasado 14 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo en el que se anunció la estrategia de reactivación de funciones

Mayra Chávez
Abogada

martes, 26 mayo 2020 | 06:00

El pasado 14 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo en el que se anunció la estrategia de reactivación de funciones que, hasta el momento, permanecen detenidas en cumplimiento a la Jornada Nacional de la Sana Distancia. Con este acuerdo y el que lo modifica de fecha del 15 de mayo, se estableció un proceso gradual por el que la nueva normalidad debe ser observada.

En él se establece que se analizará la situación de cada Entidad Federativa de acuerdo a un sistema de semáforo que medirá el riesgo de contagio por cada región. Así se determinaron tres fases: la primera en la que el destinatario son los “Municipios de la Esperanza” como se les refiere a aquéllos municipios que en lo últimos 28 días no han tenido casos de coronavirus. Desde luego que Juárez no se encuentra en este supuesto que activó funciones el 18 de mayo.

En continuación a lo que menciona el acuerdo, llama “Etapa 2” justo al período en el que nos encontramos, es decir del 18 de mayo al 31 de mayo, tiempo en el que se deben de realizar los actos preparatorios para la reactivación de funciones.  Esta preparación no es cosa menor, pues fueron también publicados los lineamientos que serán base para el reinicio general -es decir, de las que no estaban catalogadas como esenciales- de actividades. En ellos se establecen desde la creación de protocolos sanitarios (con base en los lineamientos publicados), la contestación de un cuestionario y una autoevaluación cuya evidencia debe estar disponible para revisión de la autoridad,  así como la readecuación de espacios, filtros de ingreso, entre algunas otras medidas que no deben tomarse a la ligera pues la sanción a la reapertura sin estas consideraciones es el riesgo a la salud y desde luego la clausura del establecimiento.

Juárez, desgraciadamente, ha sido uno de los municipios con mayor cantidad de casos confirmados y sospechosos. En ocasiones pareciera que este dato que ha sido publicado por todos los medios de información, no es del conocimiento público. Se puede observar en el día a día, cómo es que un sin número de actividades poco necesarias se realizan, no me refiero a esto con la indispensabilidad de trabajar (que no deja de ser peligrosa por el simple contacto social, pero que en la mayoría de las ocasiones es de carácter obligatorio), sino a la recreación y  la convivencia.

Los juarenses nos hemos caracterizado históricamente por la calidez de nuestro trato, la facilidad para hacer amistades, las demostraciones fraternas de afecto y la convivencia social, que aún en diferentes escenarios y medidas, un factor común pudiera llegar a ser el alcohol. De ahí que gran parte de los espacios de entretenimiento en este municipio sean bares y cantinas. Esa realidad se ha ido transformando poco a poco con mayor diversidad, pero aún es un distinción de nuestra ciudad a nivel nacional y podría ser una explicación a las largas filas que se hacen para adquirir cerveza.

Inclusive en las mayores épocas de violencia que como sociedad hemos enfrentado, eran pocas y muy específicas las fechas en las que disminuía la interacción social. La violencia, la inseguridad, el descontrolado crecimiento poblacional, entre muchos otros indicadores, nos formaron como una comunidad resiliente, que aunque teme al peligro, no le observa como un obstáculo para realizar su vida recreativa regular. Desde luego que esa es una cualidad importante en una sociedad tan cambiante como la nuestra, pero que lamentablemente no nos ha ayudado en mucho a la hora de cumplir con las medidas preventivas que se han dictado por parte de la autoridad.

Las voces que suenan con las frases “ya el lunes regresa todo a la normalidad” o “ya pasó lo peor” son muchas y no podrían estar más equivocadas. Recordemos que se trata de un virus novedoso y que nadie sabía cómo manejarlo, cuál era el tratamiento a seguir o inclusive los síntomas no quedaban completamente claros. El aislamiento fue una medida preventiva para que los sistemas públicos y privados de salud pudieran prepararse, para que todas y todos los ciudadanos pudiéramos aprender las medidas que la sana distancia indica, inclusive hasta para que aprendiéramos a lavarnos las manos.

El virus no ha dejado de ser contagioso, aún no hay una vacuna suministrable y el tratamiento no está al alcance de todxs. ¿Estamos listos (as) para salir a combatirlo? La respuesta es no; sin embargo hoy somos conocedores de las acciones que tenemos que realizar para evitar el contagio, eso no nos exime de la posibilidad de contraerlo, pero al menos nos permite intentar generar conciencia solidaria en cada uno de nosotros. ¿Es suficiente? Definitivamente NO. Lo único que podemos hacer es intentar seguir estas medidas al pie de la letra mientras salimos a buscar el sustento de nuestras familias y que, al menos, nuestro actuar diario sea guiado por la responsabilidad.

 

PUBLICIDAD

Notas de Interés

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

Te puede interesar

close
search