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Opinión

No se relaje

Ciertamente el actuar paternalista de la esfera estatal va más allá de interesarse por la vida o la integridad de sus gobernados

Daniela González Lara
Analista

jueves, 13 agosto 2020 | 06:00

Las campañas de concientización para que la gente use el cinturón mientras manejan, se ponga casco cuando conduce bicicleta o utilice condón al tener encuentros sexuales, históricamente han significado un reto para las autoridades, ya que existen personas que no están de acuerdo en sacrificar la comodidad personal o la conveniencia propia por el beneficio colectivo o bien común.

Ciertamente el actuar paternalista de la esfera estatal va más allá de interesarse por la vida o la integridad de sus gobernados al imponer el uso de dichos objetos para salvaguardar la salud, y aunque no pongo en duda la buena fe de dichas medidas, la realidad es que este ente gubernamental también está pensando en ahorrarse algunos pesos de seguridad social si resulta que usted, por evitar el uso de los mismos, va a dar al hospital público y haya que procurarle tratamientos largos y costosos que con haber llevado a cabo recomendaciones simples, se pudieron haber evitado.

Lo mismo pasa con el uso de cubrebocas en lugares públicos, cada quien es libre de elegir usar un barbijo para protegerse a sí mismo y a los demás del virus que anda suelto en el país desde principios de año, sin embargo, existe un interés del Estado a que sea utilizado y sobretodo de la mayoría ciudadana que escoge creer en los estudios que afirman que portar el cubrebocas, acompañado de otras medidas como tomar sana distancia y lavarse las manos continuamente nos mantiene a todos a salvo. Además, el uso cotidiano de esta protección se ha convertido en un símbolo de empatía con los otros, un estandarte y un compromiso de salir delante de esta pandemia mundial, es una nueva forma de demostrar que no somos egoístas, de decirle al otro que nos preocupa lo mismo, que así seamos ricos o pobres nos reconocemos igualmente vulnerables y que con nuestro actuar no vamos a contribuir a que esta pesadilla continúe.

La omisión del uso de la mascarilla en lugares públicos demuestra todo lo contrario a lo expuesto, incluso he visto a personas que pecan de necias cuando se molestan porque alguien más les pide que porten protección o que la usen correctamente pues se encuentran en un lugar público donde cualquiera puede ser contagiado, no entienden que estamos hablando de un virus mortal del cual no se conoce aún ni remedio, ni vacuna. Estas personas actúan como si fueran inmunes al Covid-19 cuando podrían ser asintomáticos o estar infectados sin saberlo y desarrollar síntomas posteriormente. Se comportan como si su vida valiera más que la de los demás sin terminar de comprender que necesitamos hacer un esfuerzo conjunto, aunque “no creamos” que nosotros o las personas que nos rodean estén infectadas de coronavirus. 

Para estas fechas ya usted sabrá que dentro de la población vulnerable se encuentra quien tiene algún padecimiento crónico, por lo que otro buen motivo para usar tapabocas son las cifras en Juárez donde desde enero de 2016 a junio de 2020 ha habido un total de 24 mil 768 enfermos de diabetes tipo II, así como 36 mil 867 de hipertensión y 46 mil 623 de obesidad, padecimientos lamentablemente van en aumento cada año, es decir, es evidente la falta de atención que los mexicanos hemos dado a nuestra salud y mas que culpar al gobierno de nuestros problemas, es tiempo de hacernos responsables y seguir las recomendaciones de las autoridades, pues que hoy exista la estrategia del semáforo para reincorporarnos a las labores cotidianas no significa que la pandemia se haya terminado, solo significa que estamos tratando de organizarnos para vivir con el virus entre nosotros sin que nos afecte mucho.

La mejor forma de predicar es el ejemplo y esa debe ser nuestra estrategia contra las personas que se niegan a contribuir para que pronto salgamos de este problema, nuestra tarea ciudadana debe ser el cumplir con las recomendaciones: portar cubrebocas en lugares públicos, usar gel o lavarnos las manos continuamente, tomar sana distancia y de ser posible, quedarnos el mayor tiempo en casa. Normalizar suficientemente tales conductas en nuestra comunidad de tal forma que, quien no se cuide a si mismo y a los demás, sea la excepción.

Lo que hemos aprendido sobre el éxito de las campañas que implican cuidar de nosotros mismos, es que el enfoque de la campaña debe hacer que suficientes personas se protejan a sí mismas (usando cubrebocas) para que las personas que no los usen, parezcan inadaptados. No relaje las medidas, cuide su vida, el virus sigue estando entre nosotros. Gracias por leer, yo soy Daniela González Lara.

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