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Opinión

No es oleada, es un tsunami de violencia

Para muchos juarenses esto que ocurre no es una oleada, es un tsunami de violencia que inunda las calles de esta metrópoli fronteriza

José Ignacio Gallardo
Analista

miércoles, 19 enero 2022 | 06:00

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Para muchos juarenses esto que ocurre no es una oleada, es un tsunami de violencia que inunda las calles de esta metrópoli fronteriza. De nuevo Ciudad Juárez en los titulares nacionales por los hechos acontecidos la semana pasada. Se vivieron situaciones que se pensaban ya superadas por los habitantes de esta comunidad. De inicio, el ataque del domingo 9 de enero perpetrado a las 9 de la noche en el bar El Viejo Oeste revivió la pesadilla que Ciudad Juárez padeció en los años del 2008 al 2011. En esa época proliferaban los ataques a restaurantes, bares y cantinas contra parroquianos. Ingresaban a los establecimientos y disparaban a diestra y siniestra contra todos los presentes. Ese tipo de acribillamientos ya no se veían.

La masacre del céntrico bar Viejo Oeste fue como aquellas que ocurrieron en una de las peores épocas vividas en Juárez y que fueron noticia a nivel internacional. Se vio como esos crímenes realizados con toda la intensión de mandar un mensaje a rivales y a las autoridades.

En aquellos tiempos como ahora, se vivieron momentos de terror que terminaron por ahuyentar a muchos clientes de estos centros de diversión. Pero luego vinieron los incendios de una decena de vehículos y una tienda de conveniencia y una estación de policía abandonada. Fue un jueves de pesadilla para muchos juarenses y para las autoridades que no atinaban a entender lo que estaba ocurriendo. Camiones de transporte de personal incendiados por miembros del crimen organizado en distintas partes de la ciudad. Pudiera tratarse de la respuesta de alguno de los cárteles ante operativos conjuntos llevados a cabo por la zona del Valle de Juárez. Todo este caos propiciado por la violencia provocó que se reunieran los miembros de la mesa de seguridad con carácter de urgente. Se analizaron las cifras de asesinatos y las estrategias hasta entonces implementadas. El 2021 cerró con 1422 asesinatos en Ciudad Juárez. 

Por parte de las autoridades municipales fue puesto en marcha un operativo de máxima alerta desde los primeros minutos posteriores a los incendios provocados. También la Guardia Nacional reaccionó con el envío de un contingente de elementos. Sin embargo, la salida de más de dos mil miembros de esta violenta frontera no ha sido subsanada. La Policía Estatal también ha hecho más presencia en Ciudad Juárez posterior a los ataques. La propia gobernadora ha encabezado reuniones vía Zoom de las que empiezan a surgir nuevas estrategias. El sobrevuelo de un helicóptero de la Policía Estatal es una muestra clara de que nuevas medidas se comenzarán a ver para intentar frenar este incremento en los niveles de violencia que experimenta la ciudad.

La respuesta de la gobernadora Maru Campos y del alcalde Cruz Pérez Cuéllar ha sido la adecuada ante las circunstancias heredadas de administraciones anteriores. Falta ver por parte de las autoridades federales el apoyo y la coordinación necesaria para que estos nuevos operativos rindan frutos en el corto plazo. No es menor el reto para el alcalde y la gobernadora. Porque la violencia se tiene que detener forzosamente. La pandemia, la crisis económica junto con la inflación y ahora la violencia, están provocando serios estragos a la economía juarense. Por eso es urgente que implementen estrategias serias y eficaces para recuperar el desarrollo. La inseguridad es asignatura pendiente. Algo es seguro, las estrategias deben ser permanentes y no únicamente cuando se recrudece la violencia. No se trata de solo estar apagando fuegos.

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