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Opinión

OPINIÓN

Ni agua en cuarteles de la Guardia Nacional

La docena de cuarteles que la Guardia Nacional construiría en Chihuahua, de los cuales apenas hay cuatro a medias, parece que quedaron en el puro anuncio

LA COLUMNA
de El Diario

jueves, 06 mayo 2021 | 06:00

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-Ni agua en cuarteles de la Guardia Nacional

-Los asientos vacíos en el presídium

-Conduce jefe del SNTE su relevo

-Un segundón tiene en ascuas a diputados

La docena de cuarteles que la Guardia Nacional construiría en Chihuahua, de los cuales apenas hay cuatro a medias, parece que quedaron en el puro anuncio. Igual los refuerzos prometidos, unos 500 elementos, tras la supuesta reconciliación Estado-Federación.

El supuesto de que llegarían refuerzos lo hizo público, fiel a su costumbre de hablar sin tener todos los datos corroborados, el secretario de Seguridad Pública estatal, Emilio García Ruiz, luego de alguna reunión hace más de un mes con mandos militares y federales.

Supuestamente ya había un compromiso establecido de enviar a la entidad varios centenares de elementos para cubrir Juárez y una parte de la conflictiva región serrana. Hasta la fecha nada.

Entre los mandos de la Guardia Nacional asentados en Chihuahua se dice que saben lo mismo que el secretario García Ruiz, o sea nada. Nada de que llegarán refuerzos y mucho menos de la fecha en que podría ocurrir. Tal vez cuando se vayan los estorbos del estado.

Al alto mando de la GN no ha girado instrucciones de prepararse para la llegada de más elementos y tampoco ha notificado de algún cambio en la estrategia de vigilancia o de presencia en los puntos más problemáticos del estado.

Peor aún, ni siquiera han atendido la dependencia federal ni las autoridades estatales el problema con los servicios que tienen los nuevos cuarteles, donde les falla la luz, el drenaje y hasta el agua. Esa responsabilidad de ambos niveles de gobierno ha quedado desatendida.

La infraestructura es vital para recibir más agentes, si no dónde los van a meter. Porque en los cuarteles militares no caben, como tampoco en las escasas estaciones actuales de lo que era hasta hace unos meses la Policía Federal. Así las cosas. Pinta para quedar en el aire la supuesta promesa de refuerzos.

***

Dicho en términos de convivio familiar, José Mario Sánchez Soledad dejó a los anfitriones con el plato servido en la mesa. Hizo lo mismo Álvaro Bustillos Fuentes.

Ambos son líderes empresariales de Coparmex y Desarrollo Económico en Juárez, respectivamente. Hasta el lunes formaron parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) hartos que la presidencia de dicho órgano pase de compadrito en compadrito y de que “no haya voluntad en hacer cambios de fondo”.

Tenemos en versión digital la foto con el “plato” desairado por José Mario; es decir, su presentador con su nombre y el logo de Coparmex. Su silla vacía. También quedó vacío el asiento del presidente del titular de Desarrollo Económico.

Los hombres ni siquiera se molestaron en pedir a sus secretarias que avisaran ya ni siquiera sobre su ausencia de ese día, sino sobre la aventada de arpa al Consejo Empresarial.

Ofrecieron versión oficial y algo de explicaciones en “declaración” conjunta a través de redes sociales... Después de la sesión del CCE.

Así, con esa decisión tomada en completo secreto, renegaron de los compadritos González, Ramos, Salayandía, principalmente, que un día duermen en un bando y al amanecer andan ya en otro. Negocio es negocio.

Ayer al abordar aquí el tema hablamos de los múltiples intereses existentes al interior del CCE. Esta vez a los propios intereses individuales y a los gremiales se suman acaso los más estresantes, los político-electorales.

Algunos ya juraron bandera con candidatos (as) y otros se resisten esperando resultados de encuestas más cercanas al seis de junio.

En ese contexto general se presentó la estrujada del lunes, positiva para Juárez si la vemos desde el punto de vista social. Urgen los contrapesos por todas partes. Uno de ellos esencialmente lo constituye el gremio empresarial.

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Con pincitas porque los maestros son un gremio muy grillo, el secretario General de la Sección 42 del SNTE, Ever Avitia, conduce su propia sucesión en coordinación con la dirigencia nacional.

El líder de los maestros estatales agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tiene la encomienda de preparar el relevo que deberá darse en los próximos meses. Debido a la pandemia su período debió extenderse más de un año, pero ya es un hecho que la ampliación terminó.

En ese marco, Avitia Estrada ha tenido que desactivar movimientos de maestros, la mayoría de unos cuantos acelerados que igual se apuntan en una campaña por la gubernatura que en otra, prometiéndoles a los candidatos cientos o miles de votos del magisterio.

Desde Juárez hasta Parral, con sus respectivos operadores en cada plaza, el dirigente sindical ha dado muestras de que democracia no lo asusta. Ha pedido que el gremio participe activamente en política, como debe ser, pero que los maestros no se olviden de ser, antes que nada, leales al SNTE.

Esa apertura es la que lo ha fortalecido para llevar prácticamente todos los hilos de su próximo relevo, que deberá darse una vez que la dirigencia nacional emita la convocatoria.

Sobre el proceso se sabe que ya lanzada la convocatoria, lo que puede ocurrir en unas semanas, no pasarán más de 15 días para que los maestros del subsistema estatal elijan al nuevo dirigente.

Será la primera ocasión en que el poderoso sindicato recurra a la votación directa de sus integrantes, lo que da mucho margen a la toma de decisiones. Incertidumbre democrática total será lo que vivan los maestros, no como antes que todo se hacía en alguna sorpresiva convención de delegados.

Más allá de algún grupo apoye a Morena o al PAN en la batalla por la gubernatura, la elección de dirigente de la Sección 42 marcará un antes y un después en la vida sindical. De ese proceso lleva las riendas Avitia, reto nada sencillo de enfrentar en tiempos polarización política.

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En un segundón de los diputados, el secretario de Asuntos Legislativos y Jurídicos, Luis Enrique Acosta, es en quien ha recaído la responsabilidad de dar respuesta a la justicia federal en el caso del magistrado destituido y desaforado, Jorge Ramírez.

Aunque es el encargado de representar al Legislativo en los pleitos legales, los jueces y magistrados federales han dirigido instrucciones a los diputados que deben acatar en todos sus términos, pero el intermediario ha sido quien justifica las negativas.

Así se mantiene el caso sin avances desde hace más de dos meses. No saben los legisladores si ya es urgente convocar a un extraordinario para atender el amparo del magistrado perseguido políticamente por Javier Corral, si debe responder la Comisión Jurisdiccional o si se deja todo como está.

La presidenta del Congreso, Blanca Gámez, pasa las respuestas de los legisladores por el filtro de Palacio de Gobierno. Su sumisión al gobernador es tal que en todos los incidentes relacionados con Ramírez hace consulta previa. Las respuestas legislativas se mandan desde el Ejecutivo.

Por otra parte la presidenta de la Comisión Jurisdiccional, Georgina Bujanda, también panista pero de otra ala diferente al corralismo, anda más preocupada por su reelección en el distrito 12 de la capital que por su trabajo de diputada. No tiene licencia, como muchos, y anda de candidata de nuevo.

En su comisión está una de las claves para destrabar el caso que mantiene al Congreso al borde del desacato, dada la clara instrucción de la justicia federal de regresar al magistrado a su cargo debido a que fue separado por una decisión tomada al margen de la Constitución del Estado.

La obsesión de Gámez por quedar bien en Palacio y la desatención de Bujanda pueden resultar muy costosas para el resto de los legisladores. El calendario judicial no va a perdonar a los diputados si en breve no ejecutan la sentencia de regresar a Ramírez al mismo estatus que tenía hace más de un año.

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Cuentan las lenguas tan ociosas como venenosas que en la oficina de la senadora morenista, Bertha Caraveo, ya no saben si van o vienen, y es que aparte de que la legisladora “no pela un chango a mordidas”, la recepcionista y también maestra de nivel básico, Macrina Soto, les da tremenda maltratada a propios y extraños, argumentado “que ella está ahí por orden directa de la senadora”.

De por sí no hay mucho trabajo legislativo por presumir y encima la gente que asiste a buscar ayuda o asesoría se lleva la sorpresa con los gritos y malos tratos. De ese pelo.

Caraveo apenas ha logrado que le aprueben una iniciativa  los tres años que lleva de gestión.

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