Montó AMLO azabache fifí de 400-500 mil dólares

• Montó AMLO azabache fifí de 400-500 mil dólares

• Graciela y Omar cerca del virtual jefe tricolor

• Tena amarra Guardia y beisbol con el presidente

• Norma anticorrupción frenó licitación

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, debió consultar a su malicia, a su desconfianza y a su característico recelo antes de trepar al caballón negro azabache que le pusieron en Camargo el domingo al concluir su gira de tres días por Chihuahua.

Así nomás de entrada los conocedores explican que se trata de una raza de caballos con origen genético holandés denominada frisón cuyo costo en este caso, a juzgar por el brillo, el control sobre sus movimientos y el porte, promedia entre los 400 y los 500 mil dólares.

Igual que todos los de su gen, ese caballo fue educado en escuela especial; quizá en Guadalajara o en el propio rancho de donde se presume el caballo fue llevado a Camargo. También ahí tienen entrenadores especiales.

Sin duda López Obrador quedó hipnotizado con el fenomenal animalón, y se confió además que haya sido conseguido por su buen amigo el presidente municipal de Rosales, José “Pepe” Ramírez Licón. Hasta fueron generadas sospechas de que sea el dueño.

Los cercanos a la Cuarta Transformación en la región de Rosales, Meoqui, Delicias, Camargo y hasta Jiménez (separados por dos horas de carretera cuando mucho) por supuesto negaron conocer al propietario o propietarios del saino fifí.

Aventuraron a conjeturar (repetido mil veces que fuera de libreta) que ese tipo de ejemplares sólo se han visto en un superrancho que se llamaba Los Alvídrez, pero que cambió de manos y desconocen ahora cómo se llama.

Más allá de los datos sobre la propiedad del frisón, que sin duda saldrán muy pronto, el tema de café ayer en la región centro del estado giró en torno a la “extrañeza” de que López Obrador haya caído en el encanto de treparse sobre 400 ó 500 mil dólares –más la montura a la que calcularon 10 mil dólares- cuando los cheques repartidos a los pobres por los acalorados servidores de la nación no pasan de dos mil pesitos... cuando su espíritu juarista no es otro en los carteles publicitarios que la austeridad republicana aunque hay espacio para paréntesis como este comentado hoy o  como aquella boda maximiliana de César Yáñez.

Únicamente como breviario cultural, el alcalde de Rosales logró hacerse de las confianzas de AMLO por su trayectoria laboral en los Estados Unidos; de hecho aseguran quienes le conocen que obtuvo la alcaldía sólo por las siglas de Morena y el nombre del presidente pero que ni campaña electoral requirió.

Pero no es Ramírez un mero migrante con el sueño americano restringido al envío de remesas de esas de 10 a 12 dólares por hora laborada; no, su estancia allá ha sido muchísimo más próspera porque ahora es conocido como dueño de innumerables propiedades en la región, algunas con antecedentes blancos, otras seguidas de leyendas negras. Nomás falta y sea el propietario del frisón.

Bajo tales características algo engañosonas, él y algunos morenos de la región consiguieron que AMLO tocara Camargo en su gira de tres días por Chihuahua y montara ese deslumbrante caballo nada chairo como los miles que mueren de hambre y de sed en la desértica zona, sino uno frisón... o fresón, si le colocamos algo de sinónimo a fifí... Y que además caracoleó sin mayor peligro para el presidente al son de tambora sinaloense con la tonada aquella de Las Escobitas, más conocida como La Segunda de Rosales...

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La desesperación en el discurso del doctor José Narro Robles quiere decir que difícilmente lo veremos registrado el sábado próximo como candidato formal a la dirigencia nacional del PRI.

Ya venía de bajada el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por la ausencia de priismo en sus venas y la falta de un cárdex tricolor para las actuales circunstancias políticas del país pero se echó encima a la dirigencia de su partido al señalar que “algunos” priistas “no tienen remedio” porque han sacado las “peores prácticas”.

La realidad es que el gobernador campechano con licencia, Alejandro Moreno, ya le lleva muchos cuerpos de ventaja y todo es cuestión de esperar a la correspondiente toma de protesta. Ha venido tomando el liderazgo de los gobernadores priistas, del grueso de los diputados, senadores y dirigencias estatales, que han sabido leer mejor que bien la relación de Alito, o Amlito, justo con el presidente López Obrador.

Y cerca de Alito hay dos chihuahuenses de peso, la exsenadora Graciela Ortiz González y el presidente del PRI en la entidad, Omar Bazán Flores, quien en adelante no andará solo capoteando a varios correligionarios de mucho peso que lo seguían considerando el mejor discípulo, “pero adolescente”, de Artemio Iglesias.

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La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador no fue tan inútil, al menos para Cuauhtémoc, según los que estuvieron cerca del diálogo que sostuvo con el alcalde morenista Carlos Tena.

En el encuentro en corto con el jefe del Ejecutivo federal logró amarrar algunos compromisos que previamente el presidente municipal había trabajado en algunas vueltas dadas al Palacio Nacional y a las secretarías de Estado.

Terminado el mitin de AMLO, el presidente recibió del alcalde un jersey y un bate de los Manzaneros de Cuauhtémoc. Con eso abrió el corazón del tabasqueño, aficionado al rey de los deportes.

Luego vino el acuerdo de una buena rebanada del pastel presupuestal para este Municipio, del programa de fomento al béisbol y a la actividad deportiva.

Nomás que se aterrice y en un descuido el equipo de Manzaneros debuta en las grandes ligas.

Pero más importante que el polémico proyecto beisbolero que tanto le han criticado al presidente por llevar su fanatismo personal al grado de política pública, fue el anuncio de la Guardia Nacional.

Dicen que ya le puso fecha a Tena Nevárez, nomás que le pidió discreción, al arribo de elementos que releven a las corporaciones policiacas que tienen convertido a el Municipio en epicentro de la violencia del estado.

Esto es lo que le urge a Cuauhtémoc y la región, pues los angelitos de las policías andan cada uno por su lado, en la nómina de un cártel o de otro, sin que nadie les pueda poner orden.

Así que en la desesperación, el Municipio está dispuesto a ser conejillo de indias del nuevo experimento en materia de seguridad que cocina la cuarta transformación.

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La cancelación de la licitación HCE/LP/01/2019 del Congreso del Estado, lanzada para la renovación de sus sistemas informáticos, no es una definitiva marcha atrás al proyecto.

El secretario de Administración del Legislativo, Jorge Issa González, debió meterle freno por un tecnicismo jurídico que obligaba a una licitación con mayores mecanismos de control que las tradicionales.

El atorón provino de nuevas disposiciones que impone el Sistema Estatal Anticorrupción. En el pasado, cualquier modificación a un proyecto de esta naturaleza podría hacerse sobre la marcha, pero ahora cada detalle debe quedar bien claro.

A cargo de este procedimiento, además, debe estar un nuevo comité administrativo, que hasta la fecha no ha sido instalado por el Congreso del Estado.

Esta es condición indispensable para la nueva licitación.

Por ello, la adquisición de servicios administrados de comunicaciones unificadas, infraestructura de red y centro de datos, debe hacerse mediante otro esquema, es decir con otra licitación diferente al común.

Eso habrá de retrasar una o dos semanas más el procedimiento, para apegarse a los nuevos lineamientos.

Pero las necesidades y los costos, de alrededor de 33 millones de pesos, se mantienen.

Aun con este contratiempo, la expectativa es tener listos los nuevos sistemas de voz y datos, almacenamiento y demás, protegidos de hackers y actualizados, antes de que comience el próximo período ordinario de sesiones.