PUBLICIDAD

Opinión

Mocken es Corral

El candidato del PAN, Javier González Mocken es el mejor ejemplo, traicionó al PRI para brincar como chapulín de la política a Morena

Carlos Murillo
Abogado

domingo, 09 mayo 2021 | 06:00

PUBLICIDAD

El que traiciona una vez, traiciona siempre. El candidato del PAN, Javier González Mocken es el mejor ejemplo, traicionó al PRI para brincar como chapulín de la política a Morena; después traicionó a Morena para volver a brincar al PAN; y, ahora, Mocken está por traicionar a Maru Campos, para seguir las órdenes de Javier Corral.

Hagamos un poco de historia. Javier González Mocken fue maestro de Javier Corral en la década de los ochenta, pero no solo eso, Mocken fue su protector. Desde entonces tienen una amistad que ambos se reconocen en público y en privado sin empacho.

Previo a las aventuras de Javier, hay una larga carrera política familiar en el PRI, donde Héctor, el hermano de Javier, llegó a ser presidente del PRI en Juárez, así como regidor, diputado federal y precandidato a Presidente Municipal en 1995; pero, seis años más tarde, tras varios intentos fallidos por alcanzar la alcaldía, en 2001 Héctor González Mocken traicionó al PRI y se fue candidato del PT y el Partido Verde, después sería candidato del PAN.

Como podemos ver, la traición viene de familia. En 2010, Javier González Mocken estaba retirado de la política en su despacho, pero César Duarte le perdonó sus traiciones al partido y lo invita a ser el primer subsecretario de Educación en la Zona Norte, durante el periodo 2010-2013, luego, por azares del destino, el mismo César Duarte lo impuso como candidato suplente, en fórmula con Enrique Serrano, quien ganó de calle la elección del 2013 y lo nombró coordinador de direcciones, una posición estratégica en el gobierno municipal. Si alguien es hechura de Duarte, ese es Javier G. Mocken.

A pocos priístas les agradaba ver a los González Mocken mandando en el PRI, después de haber sido protagonistas de las derrotas en 2015, 2018 y 2001. Pero el control político de César Duarte era tan fuerte que nadie se opuso a sus órdenes. 

En diciembre de 2015, Enrique Serrano se fue a la campaña por el sueño de la gubernatura y se quedó Javier González Mocken como presidente suplente. Es conocido por todos que Mocken se levanta tarde y es flojo para trabajar (una característica que comparte con Javier Corral). 

Enrique Serrano se sentía muy seguro de los votos de casa, pensaba que inclusive podría ganar el Estado solamente con los votos de Juárez (tal como ahora Maru Campos piensa que puede ganar la gubernatura con los votos de Chihuahua capital, donde piensa arrasar en la elección).

Pero el cálculo de los votos estaba mal hecho. Según la liturgia del PRI, el responsable político es el gobernante en turno, entonces, Mocken era el responsable de los votos de Juárez para Serrano, sin embargo, soltó el control y se desentendió de la elección. Astutamente, el ex priísta y ex tetista Polo Canizales comenzó a operarle en las colonias a Armando Cabada, quien resultó ganador en la elección de 2016, contra todos los pronósticos. 

En política no hay casualidades. Una vez que perdió Enrique Serrano la gubernatura, Mocken reveló en reuniones privadas que Javier Corral era su amigo; no es fortuito que a Mocken no lo hayan mencionado, ni por error, en la Operación Justicia para Chihuahua, a pesar de ser el delfín de César Duarte en Juárez.

Tras acumular capital político -gracias a los seis años del sexenio de Duarte-, Mocken olfateó el poder y decidió traicionar al PRI para irse con Morena en 2018, en esa elección obtuvo 175 mil votos (60 mil votos menos que AMLO). Esto lo puso en un empate técnico con Armando Cabada. Esto demuestra que Mocken es un mal candidato.

La Asamblea Electoral le entregó a Mocken la constancia de mayoría por menos de quinientos votos, según versiones, le levantaron la mano por órdenes de Javier Corral, su amigo el gobernador. Como Jaimito “El Cartero”, Mocken prefirió evitar la fatiga de defender jurídicamente el triunfo de los votos y se fueron a celebrar anticipadamente el triunfo en el papel.

Como era previsible, la elección se judicializó, Cabada fue más astuto y sus abogados impugnaron la elección. El final todos lo conocemos, le ganaron en la mesa a Mocken; le sacaron la presidencia de la bolsa mientras estaba dormido en sus laureles.

Pasaron tres largos años tras aquel descalabro y Mocken se refugió con el senador Cruz Pérez Cuéllar, donde incorporó a la nómina de la 4T a sus familiares y a algunos operadores que le sobrevivían. Sin embargo, la inconformidad de Mocken contra Morena iba creciendo, porque no le dieron los espacios de poder que quería. Pero los fatales resultados de Mocken en 2018 no tenían contentos a los santones de Morena.

Mocken se desespera y decide explorar otras opciones políticas, esta vez, su camino natural era con el viejo aliado y pupilo Javier Corral. Al fragor de la negociación salieron los nombres de posibles candidatos y ¿cómo estaría de flaca la caballada en el PAN de Juárez que Mocken era el más competitivo?

Pero Mocken no puede ser panista, no tiene ninguna de las características importantes: no es profamilia, no es empresario, ni siquiera es católico, su religión es bautista, no representa nada de la ideología de Gómez Morín. Los panistas tradicionales deben estar decepcionados por el pragmatismo con el que eligieron a Mocken.

En Chihuahua hay dos PAN´s, el PAN de Corral y el PAN de Maru, polarizados y antagónicos, pero al final de cuentas son dos corrientes que van por el mismo río. A pesar de las diferencias, en la candidatura de Mocken Maru y Corral se pusieron de acuerdo. Maru pensó que había impuesto a un externo ajeno a Corral, pero esto era falso. 

A Maru le favorece aparentemente Mocken, para supuestamente tapar el bache electoral que hay en Juárez (su tirada es reducir la desventaja y sacrificar Juárez, no quieren ganar aquí porque saben que Morena va muy adelante en todas las encuestas). 

Pero le conviene más a Javier Corral, porque Mocken es de los pocos amigos que pueden hacerlo fuerte al salir, así podrá regresarle el favor de 2016, cuando no lo tocaron ni con el pétalo de una rosa.

Ahora, en una elección que tiende a cerrarse por la gubernatura entre PAN y Morena, es el momento de la verdad, Maru dijo que le tenía miedo a Corral; pues debe comenzar a ver que “duerme con el enemigo”, porque Mocken es capaz de volver a traicionar para ganar la presidencia -que se ha convertido en su obsesión en el ocaso de su carrera-. Debe temerle a Mocken.

Una alerta más, dijo Maru Campos en la entrevista al Diario de Juárez, que el Caballo Lozoya y Juan Carlos Loera tienen consigna en su contra, de quien llama “Ya sabes quién de Palacio”, pues a Maru y a los panistas, no se les debe olvidar que Mocken también está en ese Corral.

PUBLICIDAD

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

close
search