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Opinión

OPINIÓN

Mejor dinero al espionaje que a obra social

Son casi 800 millones de pesos los que se han ido ahí del presupuesto público en apenas tres años. 413.2 de ellos entregados sin licitación ninguna a una sola empresa para un plan 'hiperconvergente de conectividad'

LA COLUMNA
de El Diario

miércoles, 15 julio 2020 | 06:00

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-Mejor dinero al espionaje que a obra social

-No cuidan del virus al secretario

-Avanza Quintana con ‘Poncho’ Ramírez

-De la ultraderecha al equipo de Espino

Recorrer el oscuro mundo de la ‘política digital’ nos conduce inequívocamente a números telefónicos intervenidos, a páginas periodísticas y de todo tipo hackeadas, a cuentas de correo y redes sociales espiadas...

Todo ello requiere de tecnología moderna cara y recurso humano para operarla con honorarios por millones de pesos.

Esa es realmente la razón de existir de la llamada Coordinación de Política Digital creada en un régimen panista que se vendió ante el electorado en 2016 como defensor de la vida privada y de la democracia.

Son casi 800 millones de pesos los que se han ido ahí del presupuesto público en apenas tres años. 413.2 de ellos entregados sin licitación ninguna a una sola empresa para un plan “hiperconvergente de conectividad”.

En teoría, según el gobernador Javier Corral, el plan era hace un par de años dotar de internet gratuito a las poblaciones más apartadas del estado, allá donde una comunicación oportuna salva una o muchas vidas. Habría wifi gratuito en plazas, parques y transporte público también de las grandes ciudades.

Si todo eso no existe ni siquiera en Palacio de Gobierno donde con frecuencia se cae el internet, el dinero se ha gastado de cualquier forma. Son múltiples las señales de que el gobierno de Corral ha fortalecido sus tecnologías de espionaje peor que en tiempos del PRIato.

Significa que el derroche es absurdo por no llamarlo criminal en tiempos de severa crisis sanitaria y afectación como nunca a los ingresos de las familias chihuahuenses.

Ese dinero pudo haberse ido íntegro a equipar hospitales y el Gobierno estatal habría seguido funcionando mejor; o para entregar insumos a los héroes de la salud, o se hubieran cubierto muchos kilómetros de pavimento, o hubieran evitado la quiebra de cientos de negocios.

Es dinero de los chihuahuenses completamente desperdiciado. Además para nada, espiando Corral a sus enemigos políticos, a sus colaboradores o armando estadísticas locas de carácter electoral no recuperará la confianza de sus gobernados cuya aprobación sigue sin pasar de tres. Lugar del 22 hacia abajo entre los 32 gobernadores del país, en sondeos no pagados

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El exsecretario de Desarrollo Social del régimen corralista, Víctor Quintana Silveyra, afianzó el pasado fin de semana su relación con el dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar.

Platicó por horas en la Ciudad de México con él, acompañado del jefe parlamentario moreno en el Congreso del Estado, Miguel Colunga.

Desde luego Quintana tuvo el objetivo de refrescar su antigua amistad con “Poncho” y también de patentar su firma entre quienes buscan la candidatura a gobernador en el 2021 por el partido guinda.

El exfuncionario corralista ha llegado con voces morenas en contra porque su nombre aparece como expulsado de las filas del partido fundado por AMLO. Él sostiene que mantiene legalita su militancia y así va por la postulación y después por la gubernatura.

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El manejo público del caso del doctor Jesús Enrique Grajeda, secretario de Salud del Gobierno del Estado, internado por coronavirus desde hace ocho días, da muestras de una delicada falta de coordinación al interior de la dependencia.

Apenas algunas llamadas a la clínica privada donde se encuentra el funcionario han salido de la Secretaría de Salud para preguntar por las condiciones en que se encuentra el urólogo; de ahí que haya una nube de desinformación sobre las afectaciones que padece.

Apenas ayer el vocero del avance epidemiológico, Arturo Valenzuela, lo reportó estable, pero por días tanto él como los otros directivos de Salud habían negado información de Grajeda por la sencilla razón de que ni siquiera estaban enterados del tratamiento al que ha sido sometido.

El hijo de Grajeda, también médico, es quien ha estado al pendiente con sus colegas de la evolución de su padre. Tiene la ventaja de ser socio del hospital Christus Muguerza del Parque en la capital del estado, lo que le garantiza atención de primera, contrario a lo que ocurre en el sistema público de salud.

Con Grajeda fuera de combate, la subsecretaria o “comandanta” de la lucha contra el Covid, Mirna Beltrán Arzaga, es quien ha llevado las riendas de una dependencia que le fue entregada en medio de la crisis.

Ni el hecho que haya resultado infectado el titular formal de Salud ha provocado que se tomen medidas en las áreas administrativas que ya comienzan a registrar casos de contagios.

El virus ha llenado los hospitales Covid y ha llegado a las oficinas, sin que haya medidas de contención. La psicosis alcanza a trabajadores administrativos y funcionarios que ni de lejos se motivan al ver no hay interés siquiera en el Secretario, menos en el resto de los empleados.

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Nadia Siqueiros -exdiputada panista de la capital que se hizo famosa por no haber logrado que el PAN la postulara para su reelección en 2018- ha sido presentada en los últimos días como coordinadora de un sector en el proyecto de Rafael Espino.

En las filas morenistas aseguran que Siqueiros tiene encomiendas con organizaciones sociales en Juárez, Chihuahua y Delicias, pues mantiene su presencia en esos grupos que desde el sexenio anterior pugnaban por eliminar los gasolinazos mensuales.

La mujer arribó a Morena por invitación del excandidato Fernando Tiscareño; luego fue haciendo amarres hasta aterrizar en el equipo del consejero de Petróleos Mexicanos, quien busca ser el candidato a gobernador en 2021. El acuerdo sería una candidatura a diputada para ella, que no deja de soñar con volver a una curul. En la foto que presentamos en La Columna pueden verse muy contentos ambos.

Pero tanto Siqueiros como la jugada de Espino no han sido bien vista entre la militancia morenista. No es gratis, es conocido que la exdiputada está muy lejos de las causas de la izquierda. De hecho la califican como enviada de la ultraderecha.

Su expulsión de facto del PAN fue porque se enfrentó con la influyente Luz Estela Castro, que no es panista pero es asesora fiel de Javier Corral. “Lucha” se encargó de cerrarle las puertas del albiazul por criticar precisamente causas de izquierda.

Siqueiros promovió, por ejemplo, la visita a Chihuahua de la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez en 2018, quien entonces hacía campaña contra Andrés Manuel López Obrador. Antes defendió el uso del Congreso del Estado para la presentación de “El libro negro de la nueva izquierda”, de los argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez.

Su actividad contra la izquierda le valió el veto de “Lucha” en un PAN extrañamente sumido a la voluntad de la exconsejera de la Judicatura. Ahora aparece en un proyecto que se dice de izquierda, aunque en realidad es un revoltijo de intereses cada vez más inexplicables.

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Se supone que si ahora logran ponerse de acuerdo los diputados que coordina Miguel Ángel Colunga, la Presidencia del Congreso del Estado será para Morena en el tercer año de la legislatura.

Es en el mes de septiembre cuando termina el segundo año de ejercicio constitucional y por lo tanto deja las riendas el diputado René Frías Bencomo, quien hábilmente con la representación de una minoría olvidada, la del Partido Nueva Alianza, logró quedarse al frente del Legislativo.

La llegada del profesor, exdirigente de la Sección 42 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, se dio por el choque interno de Morena, que comenzó hace justamente un año; además fue aderezado por la operación del líder de la mayoría albiazul, Fernando Álvarez Monje, quien buscó y buscó hasta que sacó una alternativa a los morenistas.

En aquel entonces se dijo que hubo chanchullo del PAN para madrugar a Morena. Lo hubo, en efecto, pero los mismos morenistas ayudaron a madrugarse solos. No aprovecharon el hecho de que eran la segunda fuerza política y se les coló Frías Bencomo hasta la cocina, con la ayuda de los panistas y de otras fuerzas políticas.

Ahora el escenario es diferente porque hay elecciones en 2021, pero se mantienen algunas similitudes que llevaron a la sorpresa del año pasado.

En la normalidad democrática le toca a Morena presidir la Mesa Directiva, pero hay visos de que el PAN pretende descarrilar nuevamente a la primera minoría. Los morenos no ayudan porque en la lejana posibilidad de que logren las riendas del Congreso, dicen que al menos cinco de los ocho integrantes quieren la Presidencia y van a pelearse entre ellos para lograrla.

A ver qué tal conduce Colunga en ese camino y si se saben moderar los demás integrantes de la bancada. Es la duda que existe a estas alturas del partido porque está muy claro que los morenistas no saben muy bien eso de administrar el éxito.

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