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Opinión

Marcha de mujeres, ¿es necesaria la polarización?

La marcha del pasado 8 de marzo en Chihuahua y todo México, ¿fue distinta a la del año pasado, o al menos a los últimos cinco años atrás?...

Nicolás Juárez Caraveo
Analista

jueves, 16 marzo 2023 | 06:00

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La marcha del pasado 8 de marzo en Chihuahua y todo México, ¿fue distinta a la del año pasado, o al menos a los últimos cinco años atrás?... definitivamente no, si bien se pueden observar algunos elementos peculiares como el hecho de intentar quemar el Palacio de Gobierno por parte de algunos “infiltrados” como señalara el aparato oficial, no hay nada diferente.

Algunas y algunos pudiera decir que cada año sube de “tono” las manifestaciones, y claro, siempre está la justificación de que ningún edificio vale la vida de una mujer o el dolor de sus familiares, pero lo que nadie puede negar, es que se está originando una grave polarización entre el hombre y la mujer, una pelea de sexos que en nada ayuda en la construcción de una sociedad justa.

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¿Tienen derecho a manifestarse?, sin ninguna duda… ¿tienen derecho a protestar de manera violenta, poniendo en riesgo la integridad de otras personas y la suya misma?, creo que no, pero hoy la principal preocupación debería ser el grave daño social que está generado esta polarización de sexos.

No puedo dejar de repetir que las condiciones de las mujeres de hoy son muy, por muchísimo muy distintas; desde las medidas legales contra los que atenten contra la integridad de una mujer, desde el feminicidio, el acoso y la violencia familiar, hasta las condiciones para su participación laboral y política.

El marco legal actual sin duda es el ideal, aunque falten aterrizar políticas públicas que le den sustento y solidez, y claro, mientras exista una sola mujer violentada es importante exigirle a la sociedad que actúe, pero ahí debemos ir en conjunto, hombres y mujeres.

En una sociedad como la nuestra, con un alto nivel de descomposición social, donde la violencia pareciera ser un cáncer que poco a poco acabará con todo, sin duda hay mucho por hacer en beneficio de nuestras mujeres, pero lo repito, de la mano con la otra parte de la sociedad, esos hombres conscientes de su situación.

Nuestra casa editora publicó una desgarradora historia: “Mi hija ya está descansado; la vamos a extrañar mucho”, fueron las palabras de Concepción Silva, madre de Ximena S.S., quien en enero de este año denunció haber sido víctima de trata y quien fue encontrada sin vida el miércoles pasado en un hotel del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua.

En la publicación se señala que de acuerdo con la versión de la madre, su hija de 25 años fue regresada a su casa en un taxi, luego de estar sometida 150 días. “Mi hija llegó violentada; llegó con signos de violencia luego de estar secuestrada”, narró en aquella ocasión la señora Ximena Soto Silva.

Esas son las historias que nadie quiere vivir, que nadie quiere que se repitan, que nadie bien nacido puede estar de acuerdo en que sucedan.

La manifestación del pasado 8 de marzo se realizó en el medio de un panorama en el que la violencia contra la mujer parece estar normalizada en el país, donde mueren al menos 10 mujeres asesinadas cada día, y el 95 por ciento de los casos quedan impunes.

En menos de tres meses de este 2023, los feminicidios son imparables, y son los estados de Oaxaca, Estado de México, Veracruz, Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Chihuahua, Hidalgo y Sonora, donde se han registrado la muerte de mujeres por cuestión de género.

Desde el 2019, el Instituto Nacional de las Mujeres determinó admitir la solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en Chihuahua y con ello exigir a las autoridades de los tres niveles a que hagan algo para garantizar la seguridad de las mujeres chihuahuenses, pero alguien nos puede explicar de qué ha servido esta Alerta de Género.

La anterior administración estatal encabezada por Javier Corral hizo lo imposible por que se decretara esta Alerta de Género, porque pensó que podría manchar su gobierno, pero lo cierto es que con o sin alerta no hizo nada.

Es necesario reflexionar, ¿qué sigue?, porque muchas le apuestan al odio de la mujer al hombre y ese no es el camino, una guerra de sexos que no puede traer buenos resultados, aun reconociendo la violencia que se ha ejercido por siglos a la mujer.

¿Se podrá conmemorar este 8 de marzo evitando la confrontación y la violencia?, es una pregunta que deberán responder las manifestantes y desde luego las autoridades.

En un pensamiento utópico personal esta conmemoración debiéramos presentarnos todos, hombres y mujeres, no confrontados entre feministas y extremistas, muchos menos entre hombres y mujeres, porque en el tema de la violencia contra la mujer no todos los hombres participamos y lo peor que puede surgir con estos ejercicios sociales es fomentar la confrontación, el rechazo al sexo opuesto y la división social.

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