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Opinión

Loera: la esperanza de Chihuahua

Durante los últimos cinco años en Chihuahua, hemos sido testigos de las acciones absurdas y arbitrarias de un Gobierno del Estado que prefirió ignorar y soslayar al pueblo que juró representar

Bertha Caraveo Académica
Analista política

lunes, 03 mayo 2021 | 06:00

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Durante los últimos cinco años en Chihuahua, hemos sido testigos de las acciones absurdas y arbitrarias de un Gobierno del Estado que prefirió ignorar y soslayar al pueblo que juró representar.

Al día de hoy, en Ciudad Juárez, que concentra a más del 40% de la población total del estado, padecemos de un caos vial ocasionado por obras públicas mal planeadas, e impuestas a mansalva, sin importar el descontento social.

¿Cómo pueden gobernar sin sentir los agravios de los sectores mayoritarios? ¿Cómo gobernar sin ser empáticos con el sentir popular? 

Ante un panorama desolador en temas de seguridad, carencias sociales graves, persecuciones judiciales simuladas, moches, corrupción y un vergonzoso ‘año de Hidalgo’, nuestra entidad se encuentra hoy, en la trastienda de un momento histórico: la llegada de la Cuarta Transformación a Chihuahua.

Nuestro compañero Juan Carlos Loera de la Rosa, es el único contendiente a la gubernatura del ‘Estado Grande’, que representa los valores de lucha social, y que puede garantizar una verdadera justicia con bienestar y dignidad para el pueblo chihuahuense.

“Sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación”, nos decía el compañero presidente en 2013, de esa misma manera es que hoy refrendamos, en la candidatura de Juan Carlos, que sólo el pueblo organizado puede salvar a Chihuahua.

Ya basta de gobernantes simuladores, que sólo encargan la sonrisa en tiempos de campaña, y que una vez iniciada la acción de gobierno nos muestran su verdadero talante autoritario, y su desdén por la voluntad del pueblo.

La esencia de la auténtica democracia es un gobierno que manda obedeciendo, o lo que es lo mismo, un pueblo que expresa su voluntad popular tanto en las urnas como en las consultas ciudadanas.

Por eso es que Juan Carlos Loera se ha preocupado por consultar al pueblo, para conocer cuáles son sus principales necesidades, qué servicios públicos necesitan, cuáles son sus propuestas para que Chihuahua salga adelante.

Ahí, en las colonias, en los hogares, en los barrios y en los poblados más alejados del estado, Juan Carlos pide consejos para gobernar. No me cabe la menor duda de que será un gran gobernador.

Nuestro estado necesita con apremio un gobierno que proteja los apoyos sociales, que los entregue directo a la gente y sin intermediarios y que combata a la corrupción. En Chihuahua requerimos con urgencia reforzar la infraestructura de salud, recuperar la educación de nuestros niños y jóvenes, y mejorar la seguridad pública. 

Sólo con Morena se garantiza un gobierno que escucha primero a la gente. Que gobierna obedeciendo y anteponiendo el interés popular del pueblo, un pueblo que hoy sufre de pobreza y de condiciones de desigualdad social.

Es tiempo de tener el gobierno que nos merecemos, necesitamos un ejecutivo estatal coherente y justo, a la medida del gran pueblo chihuahuense. Necesitamos un gobernante que escuche, y que gobierne con el pueblo y para el pueblo.

Deben terminarse los moches, la corrupción, las simulaciones, las obras públicas mal planeadas y las actitudes autoritarias. Llegó la hora, llegó Loera para acabar con la corrupción y con los malos gobiernos. 

Corren tiempos de esperanza y se respiran vientos de un cambio verdadero para Chihuahua. ¡Sonrían, con unidad y movilización vamos a ganar! 

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