Opinión

Las cábalas del presidente

Luis Miguel acostumbra pedir flores muy coloridas en sus camerinos; Jennifer Anniston...

Carlos Irigoyen/
Analista

viernes, 20 marzo 2020 | 06:00

Luis Miguel acostumbra pedir flores muy coloridas en sus camerinos; Jennifer Anniston antes de entrar a un avión “lo palmea” y entra con el pie derecho; Tom Cruise actúa con un pañuelo amarrado en la bolsa. Messi no entra al campo hasta que lo hacen todos sus compañeros; Cristiano entra al terreno con el pie derecho, besa un crucifijo –regalo de su madre– y luego besa la pelota. Nadal, la gran estrella del tenis, lleva siempre seis raquetas a la cancha, una de ellas en la mano; 6 botellas de agua y si la bola no está en juego, no pisa las líneas. De mexicanos, el vendaje en la mano derecha de Raúl Jiménez; el acariciar del pasto con la mano derecha por el “Chicharito” o la banda roja que utilizaba el legendario Julio Cesar Chávez. Entre políticos es común el uso de una prenda para la “suerte” en las elecciones, tener rituales que les ayuden a favorecer una u otra imagen ante el electorado, pero… ¿qué clase de cábalas/ocurrencias despliega el Lic. López Obrador todos los días en su “maromera”? Raya en el misticismo y poco aporta a la agenda y desarrollo nacional, los temas que aborda están fuera del contexto en el cual se están moviendo los problemas que usted y yo como ciudadanos enfrentamos todos los días y ante los cuales –más de uno– hemos sentido un profundo abandono de quien debería estar coordinando con esfuerzo y determinación las acciones para llevarnos a superar esta enorme problemática de salud que junto con la económica y la social están tronando el actual modelo mexicano de calidad de vida el entorno es muy complejo; factor extra el poco liderazgo mostrado desde lo más alto de la esfera política hace pensar el esfuerzo político va a desembocar en una real transformación o será la crónica de un retroceso anunciado. 

Por cierto, un punto que llamó la atención ayer fue que mientras el país se debate entre las acciones por enfrentar la pandemia, en el Congreso se estaban dando a la tarea de votar para modificar leyes que les permitan a los actuales personajes que legislan la oportunidad de reelegirse hasta 2030; no hay necesidad de ponerle tantas rayas al tigre en el mismo día, o ¿será que la ambición es realmente cegadora que no permite ver claramente las necesidades que enfrenta en este momento nuestra nación? 

Pero volviendo a lo que realmente importa, y en particular para Ciudad Juárez, la imagen del presidente durante la “mitotera”, quedándose por unos segundos viendo sobre su lado derecho una imagen que parecía una “estampita”, me hizo recordar a los estudiantes que no saben prepararse para un examen y creen que con llevar sus “cábalas” pueden “adivinar” o tener las respuestas por una iluminación o de plano un golpe de suerte que les ayude a pensar y reflexionar. Esos momentos representan lo que no queremos ver en México, al ciudadano mal preparado a la espera de un golpe de suerte que le ayude a sacar adelante a su familia, su vida personal, su trabajo; las cábalas en este momento no quedan como la principal herramienta para afrontar la grave situación de la pandemia y sus efectos colaterales. Contra números no hay argumentos, dólar a $24.00, cerca de 240 mil casos de coronavirus en 169 países, nuestro metroplex (Juarez, El Paso y Las Cruces) con al menos seis casos registrados y algunos más bajo sospecha, una violencia galopante que en marzo ya supera los 100 decesos en nuestra ciudad. Una respuesta ciudadana que ha rebasado los esfuerzos municipales y estatales. El gran deudor de los liderazgos es el Gobierno federal, en especial la figura presidencial al pretender convencer de que sin una estrategia social, económica y de salud podemos enfrentar y matizar los daños de un problema que pone en riesgo la estrategia de desarrollo y crecimiento de toda una nación.

Es momento de concentrarse a resolver la pandemia. Si suspendiera las “mañaneras” no pasaría nada, el enfoque y estructura de las mismas son una pasarela de personalidades y justificaciones que en este momento no aportan al estado de urgencia en el que vivimos los mexicanos. Hoy se requiere de informes concisos, precisos, medidas concretas, acciones inmediatas, visión de medio y largo plazo para saber cómo adecuar el andamiaje y protegerse de los daños que serán sentidos a lo largo –por lo menos– de este año y el que sigue. Si el miércoles sacó su estampita del “detente” y luego el jueves el trébol, no quiero pensar que la reflexión sea escondámonos en un falso misticismo para que con suerte podamos aspirar a algo mejor. La mejor cábala es la preparación obsesiva y el estudio disciplinado de las acciones que nos lleven a tener la mejor oportunidad de un control de daños a nuestra sociedad, es todo un reto para el desarrollo de las estrategias en todos su sentidos. La adversidad, no cabe duda, sigue siendo un maestro implacable, frío, punzante y determinante. 

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