Opinión

La verdad no peca…

¡Ah pero cómo incomoda! Es uno de tantos refranes populares que encierran una enorme sabiduría

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 10 mayo 2020 | 06:00

¡Ah pero cómo incomoda! Es uno de tantos refranes populares que encierran una enorme sabiduría pero que, además, funcionan a la perfección para rematar brevemente, en pocas palabras, una extensa discusión o debate sobre cualquier tema.

En este caso particular, sobre las verdades que disgustan, no es sólo la sabiduría popular ya que existe además un sustento científico o al menos desde el enfoque de la psicología, que ha demostrado que, en general, a las personas no les gustan las verdades sobre todo cuando estas no les favorecen, o cuando una verdad descubre un engaño o mentira, llevándolos incluso a reaccionar con ira y hasta agresividad hacia quien los descubre y la razón es, de acuerdo con psicólogos, porque esta verdad o mentira descubierta los expone vulnerables y débiles, según el razonamiento particular de quien es expuesto, situación que a pocos agrada.

Así pues, la prensa de todo el mundo, en años recientes y hasta la actualidad, se ha visto severamente cuestionada y hasta linchada en redes sociales, a través de muy diversos mecanismos y métodos, por publicaciones que han afectado fuertes intereses políticos, económicos o sociales, de la más diversa índole.

Desde Putin hasta Trump, desde Maduro hasta López Obrador, han caído en la fácil tentación de descalificar a periodistas y medios de comunicación, tan sólo porque han publicado temas que les son incómodos o hasta adversos, no importa que lo que se publique sea verdad, no importa que sean notas periodísticas bien sustentadas, no importa que se realicen denuncias de actos de corrupción, nada importa, sólo salvar el pellejo descalificando al mensajero y no el mensaje.

Con un lenguaje que en ocasiones raya en lo vulgar, prosaico y ruin, gobernantes y políticos, principalmente, se han dedicado a someter a una muy fuerte presión a medios de comunicación y periodistas que les disgustan por sus publicaciones, tan sólo porque son exhibidos en alguna circunstancia o mentira que los desfavorece, o que los coloca en situaciones comprometidas ante sus gobernados o seguidores.

Ejemplos hay de sobra por todo el país. El pasado 8 de mayo, cuatro importantes medios de comunicación internacionales (New York Times, The Washington Post, Wall Street Journal y El País) publicaron sendos reportajes o notas cuestionando seriamente el manejo de las cifras que sobre el Covid-19 ha dado la autoridad mexicana de salud, manipulando cifras del modelo Centinela, ocultando fallecimientos por el virus, adecuando estadísticas y gráficas para hacer aparecer una realidad que no es, en fin, contrastando información oficial proporcionada por el mismo Gobierno de México, con datos y estudios internacionales sobre el tema.

Esos mismos señalamientos han sido publicados por casi todos medios de comunicación nacionales, pero tenían que aparecer en cuatro influyentes periódicos internacionales para que ameritara una respuesta del gobierno mexicano. Inmediata además.

Ese mismo día el doctor López-gatell, subsecretario de Prevención de la Salud de la Secretaría de Salud del Gobierno federal, grabó y subió un video a sus redes sociales en el que, en ocho minutos, responde a los señalamientos publicados en la prensa internacional.

Debo reconocer y señalar que el subsecretario es un hombre con una gran preparación y conocimiento en el tema de la epidemiología, pero también que es sumamente habilidoso para el manejo de los conceptos técnico-científicos utilizándolos como un verdadero mago del lenguaje, es un buen comunicador nato, porque nadie puede acusarlo que de no dice verdades o de que desconoce del tema, sólo que lo hace de un modo que al final de su exposición prevalece una afirmación o conclusión muy alejada de la realidad.

Para López Gatell, según lo afirmó en su video, lo que debe llamar la atención de las publicaciones en la prensa internacional no es lo que dicen dichas publicaciones, sino la “extraña sincronía” -le llamó él- de las cuatro notas el mismo día, y la también “extraña coincidencia” en los señalamientos publicados, casi como “si se hubieran puesto de acuerdo”, y luego deslizó la excusa maliciosa, “no es que estemos señalando nada en particular, sólo llama la atención ese hecho”, claro, ya habiendo soltado el veneno de la descalificación a los medios.

Recapitulemos pues. Para López Gatell no importa que el señalamiento unánime es sobre un manejo desaseado de las cifras, la coincidencia en los datos y estimaciones que hacen sobre los números reales en nuestro país, y los señalamientos sobre las irregularidades e inconsistencias en la estrategia mexicana para enfrentar la contingencia de salud, no, para él lo más importante, lo que hay que destacar, es cuestionarse por qué “coinciden” esos cuatro periódicos tanto en tema como en fecha de publicación. Otra vez, la errónea prevalencia del mensajero sobre el mensaje.

Ni qué decir del presidente López Obrador quien, un día sí y otro también, se la pasa descalificando a los periodistas y medios de comunicación, claro a los que publican temas que le desfavorecen, de chayoteros, corruptos, traidores, conservadores, neoliberales y una larga lista de epítetos y calificativos que han sido importante caldo de cultivo para generar un ambiente de linchamiento social, porque sus seguidores entienden esos mensajes como arengas de combate para destruir a los enemigos del régimen. Al menos eso es lo que priva en las redes sociales.

Pero no vayamos tan lejos al centro del país, aquí en Chihuahua tenemos en el gobernador del estado el mejor ejemplo de un político, gobernante, que violando todas las leyes y disposiciones al respecto, no sólo ataca y agrede a periodistas y medios de comunicación desde el poder, sino que se da el lujo de negarle el derecho al trabajo a reporteros tan sólo porque colaboran en tal o cual medio. Javier Corral Jurado le ha respondido a reporteros de esta casa editora y de otros medios: “A usted no le respondo porque trabaja en El Diario”, así con esa soberbia e impunidad de quien se siente todopoderoso, negando a esos reporteros su derecho al trabajo en su calidad de servidor público y de gobernador del estado.

No sólo eso, el mandatario estatal ha amenazado a El Diario, mediante un corporativo de abogados paseño, con supuestas denuncias por daño moral debido a las múltiples publicaciones que se han realizado sobre su deficiente gestión, todas bien sustentadas y rigurosamente construidas de acuerdo a los más altos cánones periodísticos, pasando completamente por alto que las autoridades norteamericanas no regulan los actos realizados en México, y que cada publicación realizada cuestiona al gobernador del estado, no al ciudadano Javier Corral Jurado, y en su calidad de gobernante no puede demandar a nadie ante la autoridad de otro país. A menos claro, que lo que quiera es hacer valer su condición de ciudadano norteamericano, para que su país vele por sus derechos en México.

Esta clase de gobernantes, tanto López Obrador como Corral Jurado, siembran el odio y el divisionismo entre la sociedad a través de un discurso cargado de descalificaciones y adjetivos hacia los que no piensan como ellos, propiciando así una muy peligrosa polarización de la sociedad, unos contra otros, que tarde que temprano se volverá en su contra.

A ellos y a quienes los siguen ciegamente, desde este espacio les recuerdo que un país sin prensa libre, tarde que temprano, naufraga entre las dictaduras y arbitrariedades de gobiernos autoritarios, tiránicos y dictadores. Y libre es libre, la libertad no tiene graduaciones, ni niveles, o se tiene o no se tiene. Una sociedad sin prensa libre está condenada a la ignorancia y a la manipulación política total.

Y les recuerdo también que, este país es hoy un poco mejor en muy buena medida gracias a la prensa libre, insisto libre es libre, porque casos como la Estafa Maestra, la Casa Blanca, la Estela de Luz, el toalla-gate de Fox, Odebrecht y la corrupción en Pemex, así como la corrupción de Bartlett y su hijo en el IMSS, y muchos otros similares, se han descubierto y revelado gracias a la prensa libre. Esa que siempre va a escribir lo que es, aunque a veces les disguste a algunos y otras veces a otros.

Notas de Interés

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