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Opinión

La nueva normalidad

Hoy vivimos tiempos difíciles de describir y de entender

Francisco Ortiz Bello
Analista

miércoles, 05 agosto 2020 | 06:00

Hoy vivimos tiempos difíciles de describir y de entender. Nada es igual que antes, ni volverá a serlo por más que lo deseemos, entonces no nos queda más que adaptarnos a esa nueva realidad que nos toca vivir y que nos tiene completamente fuera de control, en todos los sentidos. Debemos analizar con mucho cuidado todo lo que está ocurriendo, y actuar en consecuencia. 

La autoridad federal está completamente rebasada en cuanto a capacidad y conocimiento para enfrentar adecuadamente esta pandemia, y por eso a los ciudadanos no nos queda más que actuar en conciencia propia para evitar el contagio de Covid-19. 

Los mexicanos no sabemos a ciencia cierta qué es lo que está ocurriendo con la pandemia, debido a una muy mala actuación de nuestras autoridades, pero ese es un tema que tendrá un momento para ser evaluado y definido, hoy por hoy, nuestro objetivo debe ser no contagiarnos y para eso tenemos mucha información verídica disponible. 

Información científica valiosa que debemos observar. Este virus que vino a alterar todo el ritmo de vida en el mundo entero, llegó para quedarse y obligarnos a replantear muchos de nuestros hábitos de limpieza y en general de contacto con las personas, una manera distinta de socializar aunque no nos guste. 

El domingo 3 de mayo de este año, escribí un artículo publicado en este mismo espacio titulado “Prioridad: Salud o Dinero”, y en él me refería a la difícil disyuntiva de elegir entre la economía de una ciudad o país, o la salud de sus habitantes ¿Usted qué piensa sobre el tema? “Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierde la salud para ganar dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud. 

Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfruta del presente, por lo que no vive el presente ni el futuro. Y vive como si no tuviera que morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido”. 

Es una frase atribuida al Dalai Lama y que sintetiza de mejor manera todo lo inherente a este tema en relación con el pensamiento generalizado de las personas. El párrafo anterior es parte del artículo escrito en mayo. Y sigue vigente, totalmente vigente. Los mexicanos, los chihuahuenses, los juarenses, tenemos que discernir muy bien esas prioridades. La salud o el dinero. Y en esa reflexión, seria y profunda, debemos valorar lo que verdaderamente significa nuestra salud, pero sobre todo la de nuestros seres queridos quienes pueden ser los paganos de un descuido o de una mala percepción de las cosas. Por cierto, en dicha publicación hablaba de cómo algunas empresas no tomaron las medidas preventivas necesarias y generaron una gran preocupación entre los juarenses, ocasionando con ello una psicosis colectiva entre el sector de los empleados de maquila principalmente. 

Escribí entonces: “Actualmente, en Ciudad Juárez, operan poco más de 320 empresas de este giro. A nivel nacional esta industria contribuye con 3 millones 100 mil empleos directos del total nacional, mientras que de acuerdo con el Inegi son más de 301 mil 625 puestos laborales en nuestra ciudad los que corresponden a esta industria”. “Ese es el tamaño de la industria maquiladora en Juárez, sin duda alguna un enorme beneficio económico, pero… por la misma razón, este mismo punto favorable, podría convertirse en la peor maldición para los juarenses”. “¿Por qué mencionar esto? Porque precisamente esa enorme fuerza laboral que representan, se pudo haber convertido en una enorme fuerza de contagio para el coronavirus. 

Hoy, hay miles de voces en Juárez que afirman que los directivos de la industria maquiladora no hicieron lo que tenían que haber hecho, para evitar contagios masivos”. Y la verdad es que muchas de esas empresas, casi todas, hicieron lo correcto. Tomaron todas las medidas de prevención recomendadas, incluso las de enviar a su personal a casa, para evitar contagios, pero pagando sus salarios y todas las prestaciones de ley. 

Empresas como Hubbell, Syncreon, Aptiv y Johnson Controls, aunque fueron mencionadas en ese artículo por haberse registrado algún tipo de protesta en sus instalaciones, algunas como Aptiv por ejemplo, habían suspendido operaciones desde marzo de este año, en acatamiento a las disposiciones gubernamentales, y la referencia que llegó a este articulista, si bien procedía de los mismos empleados de dichas empresas, en realidad fue producto del temor generalizado de los mismos por lo que estaba ocurriendo, pero no es que fuera realidad. 

Hoy, nos toca hacer lo correcto a todos lo juarenses. Independientemente de lo que diga la autoridad, nos toca ser responsables y evitar de todas las formas posibles contagiarnos del virus y contagiar a otros. Es obligado hacerlo. 

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