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Opinión

La necesidad de un Leonardo Da Vinci para el tema de la migración

Hace un par de días este medio de comunicación reportaba que se habían localizado 50 migrantes abandonados en la zona del valle bajo donde, con anterioridad, se reportó la desaparición de 13 personas extranjeras

Jorge Breceda
Analista

sábado, 16 octubre 2021 | 06:00

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Hace un par de días este medio de comunicación reportaba que se habían localizado 50 migrantes abandonados en la zona del valle bajo donde, con anterioridad, se reportó la desaparición de 13 personas extranjeras.  

El problema de la noticia es que provoca una incertidumbre radicalmente alarmante sobre la actualidad de los derechos de las personas migrantes, acoto que de manera premeditada se coloca antes de la palabra “migrantes”, la de “personas”, porque no debemos de olvidar que lo son.     

Retomo ¿por qué incertidumbre? Porque la autoridad se encontraba en las diligencias para la búsqueda de 13 personas, es decir, medio centenar de personas que ingresaron al país no se tenían contempladas, eran invisibles para su rescate por parte del gobierno mexicano.   

Ahora bien, el título de la presente opinión esboza la obligación de hablar de Leonardo Da Vinci, por lo que iniciemos, del gran artista podemos decir con seguridad que era iletrado, disléxico, ilegitimo y con déficit de atención.  

Tan es cierto, que gracias a que nació fuera del matrimonio, no se le permitió seguir la profesión del padre quien era notario y él se obligó a realizar prácticas en el taller del artista renacentista Andrea del Verrocchio, quien a la postre fuera el gran maestro.  

Lo anterior, nos permite observar a un Leonardo que no contó con un entorno positivo, sin embargo, contaba con la humanidad suficiente para revolucionar sus circunstancias y con ello, el contexto de toda una época artística y el futuro de la humanidad.  

En este sentido, es dable recordar que parte de la historia de la humanidad refleja una necesidad por encontrar sentido ontológico a la vida y la época renacentista no fue la excepción, es ahí donde Leonardo se posiciona en una hipótesis en la que propone la existencia de un alma, pero no teológica sino “científica”. 

Esta alma, según Da Vinci, era el primer motor que permitía a las personas moverse a través del pensamiento y este, se podía morfológicamente vislumbrar en la cabeza. A partir de esto, serán los rasgos faciales los que le permitían vislumbrar el estado anímico –el alma de las personas-, es decir, el movimiento de las emociones humanas a través de un rostro, de una mirada o de una sonrisa (de esta última: la Mona lisa). 

En esta compleja hipótesis, Leonardo no solo le reconoce a los varones -retratados- la existencia de un alma, sino a las mujeres también, rompiendo con ello el paradigma de la época, esa simple postura artística crea un sismo que provocaría que la sociedad reflexionara -en un primer momento- sobre el papel de la imagen de la mujer. 

¿Por qué razón? Para la respuesta debemos recordar que antes del planteamiento de Da Vinci, la mujer de manera obligatoria -excepto si representaba a un ser teológico o mitológico- debía ser retratada de perfil y sus manos debían indicar que pertenecían a una mujer pura, casta y noble, tal situación se prueba con los retratos que entregaban los padres en dote a los futuros esposos de sus hijas: un retrato de perfil. 

El cambio se inicia cuando a Leonardo le encomiendan retratar a una futura esposa, no menos que a Ginebra de Benci, él al estar seguro que Ginebra tenía alma, propone elaborar un retrato revolucionario: girándola a una posición de tres cuartos, en Contrapposto y la presenta de frente a su interlocutor -este es el preámbulo de la famosa Gioconda-.

El papel que tuvo Leonardo Da Vinci en la historia respecto a los derechos y reconocimiento de la mujer, seguramente, ha sido a lo largo de la historia vilipendiado, sin embargo, es dable subrayar cómo ese esfuerzo al inicio artístico provocó un cambio profundamente social. 

Dicho lo anterior, es indudable que Ciudad Juárez necesita a un Da Vinci que les “asigne” dignidad, alma o lo que usted considere que les permita ser visibles a las personas migrantes, claro, este nuevo Leonardo deberá contar con la potencia argumentativa, credibilidad suficiente y legitimidad social para lograr impactar. 

Un ejemplo de lo anterior fue el magnífico pensamiento de Francisco De Vitoria cuya ideología provocó que se les “asignara” alma a los indios que se encontraban en el territorio americano, lo que consecuentemente permitió una conquista menos sangrienta.

Por último, con una profunda fe espero que un “Leonardo” juarense se encuentre leyendo estas líneas y vea por el bienestar de las personas migrantes y bajo ese impulso humano construya la idea de vidas dignas de ser vividas, porque hasta el momento, las personas migrantes tienen tan poca dignidad que a las autoridades les causa sorpresa y no jubilo encontrarlas vivas.

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