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Opinión

La migración centroamericana y su repercusión en Juárez

Ciudad Juárez seguirá recibiendo diariamente un constante flujo de migrantes que no parece terminar

José Ignacio Gallardo
Analista

miércoles, 18 mayo 2022 | 06:00

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Amplio debate se ha generado con la petición del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para que los Estados Unidos inviten a la próxima cumbre de las Américas, que se celebrará en Los Ángeles California, a todos los países de la región americana, incluyendo Cuba, Nicaragua y Venezuela. Esta cumbre debería servir para acordar que se termine con el embargo a Cuba, como muchos reclaman, así como también puede servir para acordar y comprometer mayor apoyo a la región de Centroamérica. Pero también pudiera servir para exigir se terminen las prácticas dictatoriales y se ponga un alto a la represión que se vive en la isla caribeña y en otros países latinoamericanos.

Por eso serviría de mucho que todos asistieran, ya que pocos países se salvarían de duras críticas. Porque para todos hay. Empezando con la Unión Americana por todo el tiempo que tiene abandonada la región de Centroamérica. En lugar de ayudar, prefiere ejercer mucha presión a México para que centroamericanos no crucen sus fronteras. México se ha convertido tristemente en el guardián de los Estados Unidos protegiéndolo de la migración ilegal. Y eso fue incluso ratificado recientemente por el expresidente Donald Trump en el sentido de que las autoridades mexicanas se doblaron muy pronto ante las exigencias de la Casa Blanca.

Sin embargo, la migración del sur hacia el norte, con todo y el amplio despliegue de la Guardia Nacional, se sigue dando. La prueba de ello son las detenciones que diariamente realizan autoridades mexicanas y de los Estados Unidos. No se puede negar que el proyecto "Quédate en México" sigue provocando que las ciudades fronterizas en la zona norte, estén recibiendo de manera constante un enorme flujo de migrantes deportados. Muchos llegan a Ciudad Juárez, y la gran mayoría que carecen de posibilidades de cruzar legalmente al norte del Río Bravo, ya se piensan quedar en la urbe mexicana. En esta ciudad fronteriza se puede constatar que continúa la oleada de haitianos que llegaron para quedarse, como llegaron los cubanos, luego los hondureños y ahora inclusive se esperan ucranianos debido al conflicto con Rusia. En el caso de los haitianos ya se puede ver a una gran cantidad de ellos integrados al mercado laboral local. Se les ve en el sector informal en el Centro de la ciudad trabajando en los mercados locales, pero también ya se les puede ver en el sector formal laborando en negocios establecidos. Es público que en los años recientes una importante cadena de tiendas de conveniencia en Ciudad Juárez les ha estado otorgando trabajo formal a muchos migrantes. 

Pero el problema de fondo radica en que mientras los países del norte no apoyen a Centroamérica en su desarrollo social y económico, la pobreza y la violencia seguirán expulsando a miles de migrantes de sus países de origen. Y la ruta siempre es para el norte. Resulta paradójico que la principal intensión de los migrantes provenientes de países de corte izquierdista, busquen vivir dentro del capitalismo. Casi nadie pide irse a vivir a Cuba o Venezuela.

Esta crisis migratoria no se ve que termine pronto. Y más que verse una solución en el corto plazo, se ve que puede empeorar. Lo que no se ve es interés en buscar una solución de fondo al problema de los migrantes. Porque obligar a México a contener el flujo migratorio solo sirve en el corto plazo. Si las causas que provocan el desplazamiento de centroamericanos no son atendidas, el problema seguirá.

El problema es que AMLO ya avisó que posiblemente no va a asistir a esta polémica cumbre y se ignora en estos momentos cuáles pudieran ser las consecuencias de este boicot. Mientras tanto, Ciudad Juárez seguirá recibiendo diariamente un constante flujo de migrantes que no parece terminar. La extrema pobreza, marginación y falta de oportunidades de desarrollo seguirá expulsando a los centroamericanos, encaminándolos rumbo al norte por más esfuerzos que México haga por contenerlos. No será sellando la porosa frontera lo que los detendrá, sino brindando el apoyo que requieren para que salgan de la crisis en la que se encuentran sumidos. Solo así se detendrá este éxodo de centroamericanos.

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