La mercantilización de la vida política

En la sabiduría popular es bien sabido que quien recorre un largo y espeso camino sin brújula, tenderá a perderse o incluso dará vueltas hasta llegar al mismo lugar del cual partió. En la política es igual, caminar sin una perspectiva clara, convicciones e ideales que rebasen el ámbito de las ambiciones personales, hará que nos perdamos en el sinsentido hasta llegar al punto de actuar en la sinrazón, o siguiendo una lógica equivocada.

En los últimos años hemos sido testigos del abandono sistemático del Estado de Chihuahua en rubros tan sensibles como la seguridad pública, la salud, la educación, el acceso a servicios dignos y otros tantos temas de la agenda pública, que han sido relegados para dar paso a ambiciones políticas mezquinas.

Aquel que prometió dedicar su “campaña a los más pobres de Chihuahua” (El Diario, 2016), se extravió en el camino y olvidó dedicar también sus acciones de gobierno a impulsar el bienestar y el desarrollo social de las y los más necesitados.

Actualmente, casi cuatro de cada 10 chihuahuenses viven con un ingreso inferior a la línea de pobreza, y, al menos 372 mil sobreviven en condiciones de pobreza extrema (Coneval, 2018). Es clara la ausencia de trabajo de la Secretaría de Desarrollo Social en nuestro estado.

Mientras Chihuahua transita en el subdesarrollo, el gobernador invierte su tiempo en impulsar reformas políticas absurdas, utilizando recursos públicos y su posición para intentar influir en la vida interna de los partidos políticos. Todo indica que hará cuanto sea necesario paralograr su objetivo de “meter mano” en la decisión de quién será su próxima o próximo sucesor.

La meta de Javier Corral nunca ha sido ayudar a Chihuahua, sino jugar a la oferta y a la demanda de cargos públicos o de elección popular, nada extraño para quien reduce su trayectoria política a saltar de un puesto a otro. Padece de lo que tanto criticó: ineptitud para gobernar.

Las mal llamadas reformas electorales que ha intentado promover, no son otra cosa que violaciones constitucionales y atentados a la ética y a los valores democráticos. Los mismos valores de lucha que hoy, le permiten ocupar la silla del Ejecutivo estatal.

Con esa misma ausencia de ética aparece uno de sus exfuncionarios, para ofrecerse como candidato a gobernador por Morena, aún sabiendo que fue expulsado por nuestra Comisión Nacional de Honor y Justicia. Parece que intenta replicar el actuar de su jefe: saltar de un puesto público a otro, agregando la hazaña, de brincar las brechas ideológicas.

Mientras esto ocurre, el Gobierno del Estado ha perdido todo rumbo y hoy Chihuahua camina a la deriva, mientras el responsable observa todo, absorto en la comodidad de las aeronaves que alguna vez prometió vender, para según él viajar en vuelos comerciales (El Economista, 2017).

Con un promedio de 18 viajes al mes (El Diario, 2020), suponiendo que sólo trabaja de lunes a viernes y en horario de oficina, Corral vive en las alturas la mayor parte del tiempo. Abstraído en una realidad aparte que no le permite ver más allá de sus propias narices. Es un hombre inconsciente de que su tiempo se ha agotado, hundido en un lodo verborreico camina a consumarse, como el peor gobernante en la historia política de nuestro estado.

En Morena estamos convencidos de que el desarrollo se construye desde abajo y que va de la mano con la justicia social. Desde nuestro partido impulsamos el análisis y la reflexión sobre la vida pública de nuestro país y de nuestro estado.

Aprovecho este espacio, para enviar un exhorto a fin de que los gobernantes y funcionarios públicos, tanto de nuestro partido como de cualquier otro, dediquen su tiempo a gobernar antes que a hacer campañas, recordemos que por el bien de todos, primero los pobres.

P.D. Agradezco a la presidencia y a la dirección de El Diario por permitir ofrecer mi opinión en estas páginas.