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Opinión

La (in)dignidad de México

La política exterior de México fue, por muchas décadas, una de las áreas en que a México se le reconocía en el mundo

Sixto Duarte
Analista

martes, 26 mayo 2020 | 06:00

La política exterior de México fue, por muchas décadas, una de las áreas en que a México se le reconocía en el mundo. Uno de los pocos temas que no se le critican a la época del partido hegemónico, es que México tenía una diplomacia de mucha tradición. Aunado a ello, el Servicio Exterior Mexicano siempre se estimó en épocas en que gobernaba el PAN, como un refugio para priIstas y perredistas.

En su momento, cuando Estados Unidos maniobró en la Organización de Estados Americanos la expulsión de Cuba de dicho organismo, presionando prácticamente a todo el hemisferio, fue el único país en dicha asamblea en oponerse a tal determinación. Se dice que Adolfo López Mateos, presionado por el momento, reconoció que dicha postura le costaría mucho frente a Estados Unidos, mas asumió las consecuencias de su posición.

Años atrás, México había sido también uno de los únicos países de la Liga de Naciones (antecedente de la ONU) en condenar la invasión de Italia a Etiopía, por allá en la década de los 30. Por esta postura, Etiopía pudo permanecer en la asamblea. Esta posición de dignidad, le valió a México que en Adís Abeba, la capital de Etiopía, nombraran a la principal glorieta de dicha urbe como la Glorieta de México.

Posteriormente, y ante la negativa de Estados Unidos, de aceptar la asistencia de Fidel Castro a la Cumbre Norte Sur, que se celebraría en Cancún a principios de los 80, López Portillo invitó a Castro a Quintana Roo, para tratar temas en la agenda bilateral. Antes que cualquier miope pegue de gritos, debo decir que esto, lejos de ser un aval al régimen político de Cuba, debe entenderse como una actuación soberana de México, pues sólo le compete a México conducir su propia política exterior.

Por allá de 1990, y a raíz del asesinato del agente México-Americano, Enrique Camarena Salazar, Estados Unidos -a través de mercenarios pagados- sustrajo de territorio nacional al doctor Humberto Álvarez Machaín, acusado entonces de participar en la tortura de Camarena. Lejos de pedirlo en extradición, lo subieron a un avión y lo llevaron a Estados Unidos para presentarlo ante el juez que lo solicitaba. Esto dio lugar al caso United States vs. Álvarez-Machaín, que llegó hasta la Suprema Corte de Estados Unidos. La respuesta del gobierno mexicano fue contundente, por parte del presidente Carlos Salinas de Gortari, y Estados Unidos ofreció una disculpa ante tal atropello.

En su momento, Enrique Peña incurrió en el yerro de traer a Trump en plena campaña a México. Sin embargo, también se le debe reconocer que siempre se expresó con contundencia ante los embates de Trump, manteniendo así la dignidad de México en esa relación bilateral.

Doy todo este antecedente para ilustrar cuál había sido tradicionalmente la posición de México en el mundo, antes de convertirse en el patio trasero de Estados Unidos (estimo que en el gobierno de Zedillo, o en el “comes y te vas” de Fox), como lo expresó en su momento Adolfo Aguilar Zínser. En lo personal, estimo que no ha habido un gobierno más entreguista a los intereses norteamericanos, que el gobierno actual, que encabeza López Obrador. De haberse vendido como un nacionalista, López Obrador ha aceptado ser recurrentemente sobajado por el gobierno de Trump, en diversas posiciones.

Primero, y después de haber sostenido por años una postura a favor de la dignidad de los migrantes de Centroamérica, López Obrador convirtió a México en el muro que frenaría la inmigración a Estados Unidos, por petición de Trump.

Ahora, a raíz de las medidas para prevenir el Covid-19, la mayoría de los países decidieron cerrar sus fronteras. En Norteamérica, Estados Unidos y Canadá solamente dejan entrar a sus respectivos ciudadanos, extendiendo el cierre de fronteras hasta el 21 de junio. Sin embargo, la frontera mexicana sigue abierta a quienes quieran venir de Estados Unidos, el país con el mayor número de contagiados y muertos por Covid-19. Nuevamente se demuestra el interés de agradar al norte, aun a costa de poner en riesgo la sanidad de la población de este lado de la frontera.

Muchas de las empresas de manufactura de la localidad se encontraban cerradas, precisamente en atención de las medidas preventivas para evitar la transmisión del Covid-19. Al chasquido de los dedos de los directivos de dichas empresas en Estados Unidos, las maquiladoras reanudaron operaciones la semana pasada en México, sin que el gobierno intervenga o actúe. Aquí el gobierno demuestra nuevamente que es mayor su interés de quedar bien con los intereses extranjeros, que el bienestar de sus trabajadores. Y estamos hablando de un gobierno supuestamente de izquierda.

 

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