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Opinión

La independencia judicial

México es un país, como muchos en el mundo y más en Latinoamérica, donde la tradición política se basa en la figura de un hombre fuerte, quien ostenta el liderazgo político del Estado

Edgar Omar García Cardona
Académico

martes, 28 marzo 2023 | 06:00

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Ciudad de México.- México es un país, como muchos en el mundo y más en Latinoamérica, donde la tradición política se basa en la figura de un hombre fuerte, quien ostenta el liderazgo político del Estado, lo que Krauze denominó “El hombre providencial”, y ejemplos tenemos muchos: Napoleón, Bolívar, Washington, etc. Los países políticamente más desarrollados le restaron peso a la figura pasando a nuevas fases donde los parlamentos o el Poder Judicial tienen mayor peso, pero como ya mencioné, en México y Latinoamérica no hemos alcanzado todavía esa fase de desarrollo.

Es bien sabido por todos que la preeminencia de la figura del hombre fuerte en política se ve reflejada en la figura de un presidente fuerte, que controla todo lo que pasa en el país, degenerando en el peor de los casos en dictadores, algo que lamentablemente se puso de moda en nuestro continente en el siglo pasado, ya que la mayoría de los países de esta parte del mundo fueron víctimas de dictaduras de corte militar.

Si bien México no fue víctima de dictaduras militares, sí fue sujeto a una dictadura de partido único, donde el presidente era jefe de estado, jefe de gobierno y jefe de partido, teniendo un poder casi absoluto y teniendo bajo su yugo a los demás poderes del Estado.

Si bien este aspecto ha ido cambiando, sobre todo desde la transición política del año 2000, el presidente de la República, sigue teniendo política y legalmente un mayor peso en nuestro país, pero sobre todo, en el imaginario colectivo de la población donde el presidente sigue conservando esa preeminencia política en la vida del país.

Es importante lo señalado en el párrafo anterior, porque la ciudadanía al conservar esa imagen, sigue considerando que el presidente está por encima de los poderes Legislativo y Judiciales de México, siendo este al único que escucha la gente y ser quien dicta la agenda pública, y más aún con un presidente como el que tenemos que con el ejercicio de sus conferencias matutinas está presente en todos los ámbitos de la vida pública.

Y a todo esto, ¿qué tiene que ver con la independencia judicial? En los últimos meses desde que se cambió al titular de la Suprema Corte, donde pasamos de Arturo Zaldívar a Norma Piña (primera mujer en llegar al cargo), el presidente no ha dejado de emitir comentarios en contra del actuar de la presidente de la Corte en particular, y de todos los jueces en general, afectando la independencia del Poder Judicial, acusándolos de corruptos y de mantener compromisos políticos y económicos, pero sobre todo de mantener vínculos y estar sujetos a los factores reales de poder.

La opinión pública, mayoritariamente apoya las expresiones del presidente, sin embargo, no podemos perder de vista que el Poder Judicial es un dique de contención, es un contrapeso para limitar y poder dejar sin efecto aquellos actos tanto del presidente como del Congreso, que violentan los derechos humanos de la ciudadanía, por lo que es importante que todos los jueces tanto federales como de los estados, se mantengan independientes, que el presidente y los gobernadores los dejen hacer su trabajo sin presiones o amenazas, ya que si el poder político o económico copta a los jueces y los somete a su voluntad perdiendo la independencia que la ley les da, el Estado podría violentar cualquiera de nuestros derechos, y los jueces en lugar de proteger nuestras esferas jurídicas validaría cualquier violación a la misma.

Todos conocemos de algún caso o hemos escuchado en determinado momento, que alguien perdió algún juicio o sufrió alguna injusticia en manos de un juez; los jueces son humanos y, por lo tanto, imperfectos, pero nuestros jueces deben mantenerse firmes e independientes, cumplir con su mandato, y ser el contrapeso de los demás poderes y órganos del Estado. Una vez rota esa barrera no habrá vuelta atrás.

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