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Opinión

La detención de César Duarte en ocho puntos

Es el comienzo de un proceso justiciero largamente demandado por la sociedad chihuahuense

Víctor M. Quintana S.
Analista

viernes, 10 julio 2020 | 06:00

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Por donde se le vea la detención del exgobernador César Duarte Jáquez con fines de extradición es un hito en nuestra historia política. Es el comienzo de un proceso justiciero largamente demandado por la sociedad chihuahuense. De todo este caso, son de destacarse los siguientes puntos:

  1. El origen: Aunque casi desde que tomó el poder en 2010 César Duarte comenzó a hacer tropelías y actos autoritarios que atizaron el descontento ciudadano, éste no empezó a tomar forma hasta que en septiembre de 2014 el licenciado Jaime García Chávez presentó una denuncia formal por una serie de ilícitos cometidos por César Duarte en la adquisición y manejo de la caja Unión Progreso, devenido Banco Progreso. Al mismo tiempo el Lic. García Chávez convocó a la formación de un grupo cívico amplio para demandar justicia. Así nació Unión Ciudadana, a la que nos sumamos con gran entusiasmo muchas y muchos chihuahuenses de diversas militancias partidarias y sin partido. Participamos en foros, mítines, marchas y reuniones por todas las ciudades del estado durante ese año y el siguiente. Fue gracias a este movimiento social que el llevar a Duarte ante la justicia y devolverle al pueblo de Chihuahua lo robado se convirtió en el tema principal de la campaña de la oposición al gobierno del estado en 2016.
  2. El papel de los medios libres: Además de la primera denuncia formal presentada por García Chávez y Unión Ciudadana hubo varios medios de comunicación y reporteras y reporteros comprometidos con la verdad que fueron develando otras muy importantes corruptelas de Duarte y sus cómplices. El tráfico de influencias a través de la Unión Ganadera División del Norte, todo el mañoso proceso de adquisición, distribución y reventa de medicamentos a través de empresas ad hoc, la facturación a empresas fantasmas por servicios nunca prestados al Gobierno del Estado. Esos medios, esos periodistas fueron además un factor importantísimo para crear, mantener y alimentar un clima de opinión de indignación y exigencia de justicia entre el pueblo de Chihuahua.
  3. La investigación y acción judicial del Gobierno del Estado: La administración de Javier Corral tenía el mandato y el compromiso muy claro ante el Pueblo de Chihuahua, no podía rehuirlo. Por eso desde que se inició se dieron a la tarea de abrir y sustanciar varios expedientes, llamados “los expedientes X”, presentar denuncias y proceder dentro del ámbito del fuero común contra 23 exfuncionarios del gobierno de Duarte. Se han emitido 21 órdenes de aprehensión en contra del exgobernador que involucran más de seis mil millones de pesos. Con toda esta documentación se presentó al Gobierno federal desde tiempos de Peña Nieto la solicitud de extradición del ballezano.
  4. El involucramiento del gobierno de López Obrador: Si el gobierno de Peña, su procuraduría y su cancillería por la vía de los hechos congelaron, postergaron o desecharon los expedientes presentados por el Gobierno del Estado contra Duarte, el gobierno de la 4T tuvo una actitud diametralmente opuesta por compromiso explícito del presidente. Gracias a la labor de la Fiscalía y la Cancillería, que hicieron un buen caso del juicio de extradición a partir de unos expedientes bien conformados, el gobierno de Trump no tuvo más que aceptar detener a Duarte para extraditarlo.
  5. La ocasión: La visita de López Obrador a Washington no fue para lograr la extradición ni el resultado de la misma. Fue una ocasión que quiere aprovechar Trump para congraciarse con los mexicanos, luego de todos los agravios en nuestra contra y deshacerse del lastre que representaba un individuo tan señalado por la opinión pública mexicana e incluso por no pocos miembros del Partido Republicano.
  6. Los peligros: El proceso de Duarte apenas comienza. Hay muchos intersticios por donde la impunidad se puede colar. Falta ver qué dictamina la Corte en los Estados Unidos y si no “chicanea” el proceso haciéndolo eterno. Y luego por cuáles delitos se le extradita a México, pues no se le podrá juzgar por otros. Y si son suficientemente graves de manera que no admita la libertad bajo caución. Y si habrá posibilidad de luego aprehenderlo por otros presuntos delitos. 
  7. La red: Ni Duarte actuó solo ni para beneficio de él solo y su familia. Sin liberarlo de ninguna responsabilidad, hay que decir que es parte de una corrupción sistémica. Es indudable que una buena parte de lo sustraído y de lo desviado fue para su beneficio personal, pero otra parte, tal vez mayor, fue para sostener el pacto de impunidad que ha hecho posible que los mayores atracos y saqueos de este país queden impunes. Duarte formó parte de una red de políticos y empresarios tanto a nivel local como nacional, que no sólo enriqueció individuos sino compró funcionarios, amañó juicios, ganó elecciones. Esa red hay que desmantelarla y revelarla.
  8. Las tareas: Para la ciudadanía debe haber mucha satisfacción pero no debe haber descanso, ni baja de la guardia. Se requiere una gran vigilancia para que la ley y la justicia se aplique con todo su rigor en el caso de Duarte y la red a la que pertenece. Para que caigan todos los involucrados. Para que no queden impunes. Para que le restituyan al pueblo de Chihuahua y al de México todo lo que le robaron. 

Tiempo de celebrar, pero también tiempo de vigilar, de exigir.

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