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Opinión

Juaritos, de nuevo solo, ahora frente al Covid-19

Ante las ausencias de los tres órdenes de gobierno, Juaritos navega contra la corriente para salir adelante

Carlos Murillo
Abogado

domingo, 31 mayo 2020 | 06:00

Ante las ausencias de los tres órdenes de gobierno, Juaritos navega contra la corriente para salir adelante. En nuestra historia está la muestra, durante la fundación de la ciudad le ganamos al desierto, sobrevivimos al desprecio del Estado y la Federación durante 40 años, a la violencia que reaparece hoy después de 10 años y ahora vamos a ganarle a la pandemia. Lo haremos solos, como siempre.

Para el gobierno, la pandemia se resume a una rueda de prensa y se combate con saliva, suplicando a los ciudadanos que no salgan de casa. ¡No hacen nada más! No hay estrategias para la contención con asistencia médica preventiva, ni se hacen más pruebas para la detección temprana del Covid, ni hay seguimiento minucioso a los casos sospechosos, ni más equipo para los hospitales, mucho menos investigación o un equipo de científicos para el desarrollo de una vacuna -eso lo hacen los países desarrollados-, en México sólo la política de póngase el tapabocas si sale y ahí le va una despensa.  

¿Tiene síntomas? Quédese en casa hasta que pasen. Así de simple responden… cuando responden. El gobierno hizo una capirotada en la política de salud y ahora nos tienen a un paso del precipicio. Mañana, 1 de junio, se levanta la fracasada campaña nacional de sana distancia, precisamente cuando México entra con fuerza al escalón número ocho de los países con más muertes por la pandemia a nivel mundial.

Por más que digan que “pudo ser peor”, en realidad hemos fracasado. La 4T se quedó corta en la dimensión de un asunto global que se menospreció desde el principio. Así, México quedó reducido a un pueblo sin ley donde los gobiernos estatales se fueron pa´l monte, mientras López Gatell, el pequeño gran rockstar de la pandemia, se tropezaba con la realidad un día sí y otro también. Entre el desorden, las instrucciones del gobierno son absurdas y contradictorias. Dijeron primero “no se ponga tapabocas” y luego “póngaselo”, así estuvieron los últimos 60 días.

Por otro lado, en Europa y Estados Unidos, los países desarrollados tienen un programa para solventar los gastos de las familias con un seguro por paro o desempleo que les permitía quedarse en casa sin necesidad de ir a trabajar en la emergencia. Pero en México eso no existe.

En Juárez, solamente una parte de la población pudo sostener su ritmo de gastos durante esta parte de la contingencia. No hay un dato real, pero es evidente que miles perdieron su empleo o entraron en lo que llaman “convenio”, para trabajar algunos días de la semana; otros tantos se quedaron sin chamba porque estaban en la informalidad, en resumen, la crisis laboral apenas comienza pero los pronósticos para la segunda parte de la pandemia no son alentadores.

Mientras la economía se hunde, los gobiernos no tienen un plan para el desempleo. Ante la crisis, un video de Facebook; ante la emergencia, otro video de Facebook; ante la pobreza, otro video de Facebook. Gobiernan cómodamente desde el Facebook sin ninguna vergüenza.

Pero, ¿cómo decirle a una señora que vende flores en un semáforo que se quede en casa? ¡Por favor! Eso suena absurdo por donde lo vean. ¿Y de qué sirvió si de todas formas llegamos al pico con más incertidumbres? Y, ahora, en otro movimiento irracional, el Gobierno federal deja en manos de los estados el resto de la estrategia para lavarse las manos. ¿De quién será el fracaso? De los gobiernos estatales que ingenuamente agacharon la cabeza para buscar el sueño del influencer que tiene ansias por ser protagonista en la pandemia.

Pero aquí, es evidente que el gobernador Javier Corral no tiene la más mínima idea de qué hacer y va a pasar la pelota de la responsabilidad al frente. Quédense en casa, es la perorata que trae desde hace tres semanas el gobernador. Así, en Chihuahua la pandemia es responsabilidad únicamente de los ciudadanos -según Corral-. Desde ahora anticipan al chivo expiatorio: la sociedad. Entonces, el fracaso será culpa de quienes no respetaron la sana distancia, nunca del gobierno.

¿Para qué queremos un gobierno así? ¿De qué sirve un gobierno con espíritu de abuelita que sólo puede decir “mijo ponte la chamarra porque hace frío”? ¡No sirve de nada! Aquí la gente ni cuenta se dio de que Javier Corral se lamentaba en Facebook ver muchos autos en la calle. Quienes pudieron dejar de salir a la calle fue por miedo, pero no por lo que dijeron López Gatell o Corral, sino por lo que veíamos en China, después en Europa y luego en las redes sociales, eso causó la parálisis de un segmento social privilegiado. Los demás siguieron saliendo por necesidad o por gusto.

Pero después del miedo a la pandemia, está el miedo a los hospitales, principalmente al IMSS. Después de ver que los doctores trabajan con las uñas, la gente no quiere ni acercarse a recibir consulta. Las fotos de pacientes escapando de los hospitales muestran el horror de estar internado en México. Si no mueres del golpe, mueres de la pedrada.

Y en Juárez, a diferencia del resto del mundo, la violencia en las calles mata a más personas que cualquier enfermedad. Salir a la calle aquí es un doble riesgo, pero no es el único. Por ejemplo, los migrantes que son más vulnerables frente al Covid, están aquí atorados en la frontera mientras esperan su turno para irse al lado gringo, ellos se han borrado instantáneamente de la agenda pública, ya nadie habla de ellos, pero aquí están entre nosotros.

El otro riesgo invisible en Juárez es la violencia contra las mujeres, por cierto ¿qué pasó con el asesinato de Isabel Cabanillas? Que no se nos olviden las familias que esperan justicia, debemos recordar la voz de las madres de las desaparecidas, pero que tampoco no se borre la corrupción, porque la impunidad también mata y no debemos dejar de lado la miseria que crece con la pandemia.

No hay que olvidar todos los males que ya nos estaban matando antes de que llegara el coronavirus, que siguen presentes pero invisibles por ahora y que, lamentablemente, se agudizarán después del Covid. A veces, la gente habla de la contingencia como si no tuviéramos pasado y, peor, como si no hubiera futuro.

¿Y qué hacen los gobernantes? La Federación se ha mantenido con pura saliva, sólo discursos, pagos adelantados para los adultos mayores y para los jóvenes becados, unos créditos para microempresarios como paliativos, mandaron material de baja calidad para los médicos y a la Guardia Nacional para vigilar los hospitales.  

Desde lo local, el Gobierno estatal lanzó un decreto al que nadie le hizo caso y el gobernador sólo sube videos al Facebook, él vive en su mundo de demagogia; Javier Corral se convirtió en el tío regañón que está consternado porque ve a mucha gente en la calle, luego presenta un lote de respiradores donados en una foto y nada más. Es la facebookcracia en su máximo esplendor.

El Municipio de Juárez sanitiza calles contra las recomendaciones de la OMS, luego comenzó a detener vehículos como medida para evitar que la gente saliera de casa y a la fecha van más de 800, muchos más de los que puede almacenar en los corralones, también entrega despensas e instaló un hospital en una carpa para sus empleados contagiados.

Entonces, el Covid puso a prueba al Estado y fracasó. No están a la altura de las circunstancias, son políticos “regala-despensas”, incapaces para pensar en una estrategia que vea más allá de sus narices.

Como sociedad, también fracasamos. No pudimos reaccionar con la fuerza que tenemos, el shock nos puso un tapabocas y una venda en los ojos. El virus nos paralizó. Y el Estado feliz de tenernos encerrados y callados a la mayoría, satisfecho de no tener la culpa de nada para poder echarle la responsabilidad a la gente. Este retroceso en la democracia, en las instituciones, en la sociedad, ha puesto a prueba nuestra capacidad de participar en las decisiones públicas.

Pero no es tarde. El regreso para desescalar requiere de más sesos y no podemos esperar que el gobierno sea quien decida. La sociedad, tendrá que usar los mejores valores humanos como guía, para que logremos proteger a nuestras familias, pero también que nos muevan a exigirle al Estado más pruebas del Covid, un seguimiento escrupuloso de los casos sospechosos, recursos de calidad para los hospitales y un freno a los gobiernos locales que están desbocados por ser influencers desde la plataforma política de la pandemia.

Debemos recordarle al gobierno que ¡la sociedad no es la única responsable!, el Estado debe asumir su papel como organización política, si no sirven para eso, entonces no sirven de nada. La salud pública debe convertirse en una prioridad en la siguiente etapa, pero sin dejar de lado el resto de las problemáticas. Debemos preguntarnos ¿para qué queremos salud si hay balazos y miseria en las calles?

La vida sigue y tenemos que crecernos ante la emergencia. Juaritos está de pie, no se ha doblado ni un segundo, porque la gente no dejó de salir a buscar la vida ni un día y, a partir de mañana, se reactivarán gradualmente las maquiladoras que dejaron de trabajar, es hora de hacernos cargo de la crisis. Es el momento de salir de nuevo y navegar contra la corriente como siempre lo hemos hecho. 

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