Juárez: contagios, muertes, cansancio y quiebras

Se podría decir que lo que ocurre en Ciudad Juárez en estos momentos, es inédito. Los habitantes de esta urbe viven cotidianamente una suma de calamidades muy diversas pero igual de lacerantes. Regresar al semáforo rojo se convierte en otro duro golpe a la vida de los juarenses.Retroceder y volver a las duras restricciones que ya se experimentaron a principios de año, y que se pensaban ya superadas, genera sentimientos de desesperanza y desesperación.

Propina un golpe directo al ánimo y confianza de los juarenses, quienes cumplen ocho meses padeciendo las consecuencias de la pandemia de Covid-19. Se regresa al indicador rojo debido al preocupante incremento de contagios en los últimos días. Hasta el martes 27 de octubre se tenían registradas 12 mil 146 personas contagiadas y desafortunadamente se han registrado mil 127 decesos en esta frontera.  

El estado de Chihuahua es el primero que regresa al rojo, sin embargo ya son varias entidades las que seguramente también van a retroceder en el semáforo de la contingencia sanitaria. No se puede hablar de un rebrote, como ocurre actualmente en Europa, más bien México presenta un repunte del primer brote de Covid-19. Esto quiere decir que no se ha salido de la primera ola de contagios y por lo que se ve en otros países, podría haber en México una segunda oleada.

Esto tiene muy preocupados a los juarenses. Porque significa que todavía no se sale de la primera tormenta y todo indica que en unos meses Ciudad Juárez estaría presentando lo que se considera un rebrote. Lo cual sería devastador. Es dramático el escenario que han venido enfrentando los juarenses en estos últimos meses, y no se sabe si lo peor está todavía por venir. Esta noble ciudad que ha sido recurrentemente catalogada como resiliente, tendrá que demostrar una vez más esa condición. Esta frontera ha padecido inequidad fiscal y ha tenido que enfrentarse desde hace muchos años a la corrupción y al flagelo de la violencia. Por décadas los juarenses han padecido la falta de apoyos del Gobierno del Estado y de la Federación.Se ha padecido la cerrazón de los gobiernos, infinidad de devaluaciones, y toma de decisiones equivocadas por parte de autoridades. A eso se han enfrentado a lo largo de su historia los juarenses. 

Solo que esta vez las dificultades y obstáculos son más complejos y complicados. Esta vez el enemigo es invisible y letal. Está devastando vidas, familias y economías públicas y privadas.

Esta pandemia de Covid-19 es uno de los más grandes enemigos a los que la población de Ciudad Juárez  se ha enfrentado. Una amenaza real que está acabando con la vida de muchos juarenses y simultáneamente provocando el cierre de cientos de negocios y empresas y el despido de miles de trabajadores. Con la llegada de los frentes fríos, se pueden agravar los males que aquejan a esta población. Lo peor es que los juarenses ya están desesperanzados, hartos y cansados de esta situación. Muchas familias enfrentan la pérdida de un ser querido víctima de la pandemia.

Muchas otras enfrentan carencias por la falta de ingresos. Mientras que un gran número de empresas vienen arrastrando fuertes pérdidas económicas desde el primer trimestre del año. Y los comercios y empresas que hicieron un gran esfuerzo y lograron sobrevivir, ya ven con mucha desconfianza e incertidumbre el futuro económico. Lejos ven una recuperación en lo que resta del año. Las quiebras de muchos negocios pequeños, medianos y grandes pueden aumentar con el regreso al semáforo rojo. Persiste en la población el miedo a ser contagiada, pero también aumenta la desconfianza hacia las autoridades sanitarias que han fallado una y otra vez en sus estrategias y pronósticos.

Lo único seguro para la sociedad es que seguirán viviendo entre el luto, las carencias por la falta de apoyos, el hartazgo y el cansancio por el confinamiento. Lo único seguro es que esta crisis no tendrá solución en el corto plazo. Lo más seguro es que sin el apoyo del Gobierno estatal y federal el cierre de fuentes de empleo continúe. Y también, si los ciudadanos irresponsables siguen sin respetar las medidas sanitarias, los contagios y los decesos seguirán en aumento. Parece ser que lo único seguro para los juarenses es que el miedo, la incertidumbre, el cansancio y el hartazgo seguirán presentes en sus vidas por un buen tiempo.