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Opinión

Juarenses apoyan al alcalde

Los juarenses ya ven con preocupación y una buena dosis de cansancio lo que ocurre desde hace semanas en esta ciudad

José Ignacio Gallardo
Analista

miércoles, 22 marzo 2023 | 06:00

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Los juarenses ya ven con preocupación y una buena dosis de cansancio lo que ocurre desde hace semanas en esta ciudad. La llegada masiva de migrantes procedentes de Venezuela sucede de una manera no antes vista por los fronterizos. El primer cuadro de la ciudad se encuentra atestado de venezolanos que deambulan de un lado a otro. Los cruceros de la ciudad estuvieron llenos de familias completas de migrantes que buscan cruzar a los Estados Unidos, y mientras pedían ayuda a los automovilistas.

Lo grave es que siguen llegando diariamente más y más venezolanos. Sin embargo, no quieren permanecer en los albergues que la autoridad municipal ha instalado para ese fin. No, ellos permanecen donde quieren y no hay quién los convenza de lo contrario. Pero a diferencia de otros extranjeros que han llegado a Ciudad Juárez con la intensión de trabajar en lo que fuera mientras se resolvía su situación migratoria, los venezolanos solo estiran la mano para pedir apoyo económico rechazando en automático las múltiples ofertas de trabajo que surgen diariamente. Mientras que la comunidad cubana se esforzaba por salir adelante instalando puestos de comida en el primer cuadro de la ciudad, los venezolanos están a la caza de automovilistas y transeúntes para insistentemente pedir unas monedas.

Todavía se recuerdan los puestos ambulantes de la popular fritura cubana que entusiasmados ofrecían los isleños a la clase trabajadora juarense. Los cubanos buscaron integrarse a la fuerza trabajadora fronteriza y no ser una carga. Todo lo contrario de los venezolanos, cuyo comportamiento ha dejado mucho que desear.

Los recientes incidentes que provocaron la molestia de los fronterizos, son muestra de ello. Primero un grupo numeroso de venezolanos protagonizaron el 8 de marzo un enfrentamiento con autoridades de Migración y la Guardia Nacional en el hotel Úrsula ubicado en la avenida Francisco Villa y 16 de Septiembre. Posteriormente, el 12 de marzo se cerraron los puentes internacionales por el intento de ingreso masivo de venezolanos a los Estados Unidos. Según se informó, un mensaje por las redes incitó a los migrantes para que ingresaran de tal manera. Este cierre provocó la molestia de juarenses y paseños que se vieron imposibilitados para cruzar la frontera. La presencia de migrantes afuera de tiendas de conveniencia y centros comerciales pidiendo ayuda a los juarenses empieza a ser una carga para la comunidad. En los cruceros que estaban atiborrados de venezolanos también empezaron a darse incidentes que indignaron aún más a los juarenses. Y empezaron a surgir publicaciones en las redes donde conductoras se sentían acosadas por los limpiaparabrisas que abundan en los cruceros. Luego se dieron intentos de robos a conductoras por parte de migrantes.

Como es bien sabido, los juarenses por décadas han mostrado su cara más amable a los migrantes que llegan desde muchas partes de México y el mundo. Sin embargo, esta vez el comportamiento y actitud de los migrantes no es del agrado de fronterizos. El problema es que al no integrarse a la comunidad trabajadora se están volviendo una carga para los habitantes de esta frontera. Los juarenses han mostrado su total apoyo a la postura del alcalde Cruz Pérez Cuéllar. El alcalde juarense pide que migrantes respeten la ley, también solicita se les brinde trabajo mejor que darles unas monedas. Pide a la Federación apoyo para que puedan trabajar mientras reciben respuesta del gobierno norteamericano. Pérez Cuéllar ha solicitado en el corto plazo soluciones efectivas, porque la situación seguirá tornándose tensa para los fronterizos y para la comunidad migrante.

Urgen respuestas para un tema que ya se salió de control. La disposición y paciencia de los juarenses tiene un límite y pudiera chocar con la deseperación y el cansancio de los venezolanos. Si esto ocurre, nadie saldrá bien librado. Por eso, cuando todavía se está a tiempo, hay que poner un remedio a esta delicada situación. 

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