Opinión

Juarense destacado

Reconocer y admirar a otros por sus logros, esfuerzos y trayectoria es quizá la virtud más difícil de observar entre los seres humanos

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 15 septiembre 2019 | 06:00

Reconocer y admirar a otros por sus logros, esfuerzos y trayectoria es quizá la virtud más difícil de observar entre los seres humanos. Aunque no se puede generalizar, porque hay comunidades, países u organizaciones en los que identificar, estimular, reconocer y motivar a quienes destacan es un valor apreciado, ejercido y practicado como norma de conducta. Desafortunadamente México no entra en esa categoría.

De todos es conocida la anécdota del vendedor de cangrejos en la playa, y que cuenta cómo responde este buen pescador a sus clientes cuando le preguntan por qué la cubeta que tiene los cangrejos mexicanos está destapada, mientras las que tienen cangrejos de otras nacionalidades, todas están cubiertas con una tapa, a lo que el vendedor responde: “Es que esos son cangrejos mexicanos, por eso tengo la cubeta sin tapa. Si alguno empieza a escalar para llegar al borde de la cubeta, todos los demás lo jalan hacia abajo. En cambio, todos los demás cangrejos en las otras cubetas, se ayudan entre ellos, hacen pirámides, para que algunos alcancen a salir”. Triste, pero cierto.

En nuestro país es doblemente complicado triunfar en alguna actividad. A veces mucho más del doble porque, además de las condiciones adversas acordes al tipo de actividad, hay que enfrentar a las personas que no sólo se oponen al éxito de otros, sino que abiertamente hacen o dicen cosas para evitarlo.

Sirva pues esta reflexión para poner un poco en contexto de lo que quiero exponer hoy. Una historia de éxito, de triunfo, pero también de mucho esfuerzo, dedicación y hasta sacrificios, de un hombre que, si bien no es nacido en esta tierra como muchos otros que aquí habitamos, es ya considerado un juarense por adopción y por decisión propia.

Se trata de don Arnoldo Cabada de la O, actualmente un exitoso concesionario de televisión estatal, pero para quien las cosas no fueron muy sencillas en sus inicios. Es más, bien podría decirse que se trata de un hombre a quien la fortuna le sonrío muy poco en su niñez, adolescencia y juventud, pero que nunca se rindió ante el fracaso y, pese a las circunstancias más adversas, logró conformar un gran consorcio de empresas juarenses en la comunicación y el periodismo.

Don Arnoldo es originario de Santa Bárbara, Chihuahua, en donde nació en 1935, y desde muy pequeño, siendo todavía un adolescente, inició a trabajar en una estación de radio local como “disc jockey” u operador de consola. Esos serían sus pininos en el mundo de la comunicación. Un empleo bastante modesto pero en el medio que siempre fue de su agrado.

Para la siguiente parte de su biografía, transcribiré textualmente una nota publicada en el portal web de Canal 44: “En 1952, la estación radiofónica XEGD en parral propiedad de Don Domingo Salayandía era testigo de las primicias de aquel joven Arnoldo como colaborador y locutor novato. En el invierno de 1960 ya en Ciudad Juárez, Arnoldo Cabada de la O con experiencia de comunicador y conductor radiofónico probara(sic) suerte en la incipiente televisión de provincia llamada XEJ televisión canal 5, un pionero entre los iniciadores de esta nueva era electrónica en México”.

“Arnoldo Cabada de la O, era reconocido en Ciudad Juárez como un enlace muy apreciado y respetado por una teleaudiencia habida de programas humanos, así fue como el Club 20-30 le pide su apoyo, era un teletón el cual tenía que reunir leche para lactantes sin recursos en la periferia juarense, esto sucedería en el año de 1960, el éxito fue más allá de lo esperado”.

En la misma semblanza publicada se apunta: “Arnoldo Cabada cuenta ya con su propio espacio pagado por el mismo a XEJ Televisión Canal 5, en donde transmite un noticiero local y es ahí, donde recibe por primera vez a un padre desesperado con un pequeño en brazos, víctima de la poliomielitis, aquel hombre pidió ayuda a Arnoldo Cabada de la O y este a su vez la solicitó a su teleaudiencia, la respuesta del público fue increíble y es así como aquel pequeño Humberto Dávila, fue rehabilitado y se levantó del suelo con la ayuda de dos muletas y después caminó cambiando así su existencia por otra más humana y digna y esto sólo fue el principio, desde entonces Arnoldo Cabada supo cuál sería el camino de sus andares y es así como en 1979, el éxito logrado lo presionaba a buscar ya su propia independencia como profesional de la comunicación electrónica, en el mismo año en sus últimos meses ocurre la ruptura de la relación laboral con el Canal 5, Arnoldo Cabada es ahora un hombre sin trabajo pero con la responsabilidad de líder de un grupo de compañeros que hicieron causa común su salida porque siempre creyeron en él”.

“Su nueva meta lo lleva al Distrito Federal, a Los Pinos a ver al presidente en turno a abogar por los derechos, a pedir una concesión de un canal de televisión con el cual proseguir su tarea y su cruzada, la vehemencia y la sólida formación de comunicador junto con la evidente necesidad de trabajo lo llevaron al éxito en sus gestiones y en octubre 16 de 1980 Arnoldo Cabada de la O pone en marcha el primer canal de televisión XHIJ Canal 44, que nace con los mejores augurios en una comunidad que ya le quería y le apoyaba, lo demás es y ha sido trabajo, afanes, esfuerzos, superación y metas logradas en su aspiración de atar su arado a una estrella y abrir a diario el surco donde depositar la semilla del servicio social y de la comunicación con sentido humano, es por eso que se ha ganado a pulso el título del canal con alma electrónica”.

Y ésa es sólo una pequeña parte, muy pequeña, de las dificultades y obstáculos que Don Arnoldo enfrentó a lo largo de su vida como comunicador, periodista y empresario de la información. La historia completa y con mayores detalles usted la puede leer en la dirección electrónica https://bit.ly/2lO7meK.

Podría llenar esta colaboración con más historias y siempre quedaría incompleta, pero no dispongo de tanto espacio, lo que mejor puede retratar al ser humano del que hablo, son las anécdotas que de él recuerdan sus hijos.

Alejandro Cabada me dijo que recuerda con gran gusto y nostalgia, alguno de los tantos viajes que realizaron a la Ciudad de México en auto, porque no siempre tuvieron los recursos de los que hoy pueden disponer, su padre al volante, su madre junto a él y todos los hermanos en los asientos posteriores. Durante todo el viaje, Alejandro recuerda como llegaban a comer, desayunar o cenar a distintos lugares, en distintas ciudades, pero siempre restaurantes o lugares sencillos, sin mayores lujos ni pretensiones. Recuerda a su padre como un hombre honesto, recto y cariñoso, siempre uniendo a la familia.

O la anécdota que me cuenta Armando Cabada, hoy presidente municipal de Juárez. Dice que cuando su padre lo llevó a jugar golf por primera vez, a aprender pues, le dijo: “En este juego hay dos reglas fundamentales: uno, cuentas todos los golpes que des y, dos, no mueves la bola ni con el pensamiento”, lo que Armando aprendió, traducido a la vida cotidiana como honestidad. Así de simple y profundo a la vez.

Y así como esas dos anécdotas de la vida real de los Cabada, cada uno de los hijos sin duda que guarda su favorita. Pero lo más importante y digno de ser destacado, es la visión que tienen todos en conjunto: la unión familiar, el respeto y admiración por sus padres, la honestidad y el trabajo como resortes de crecimiento y, sobre todas las cosas, ayudar a quien lo necesita. La adecuada formación de cinco líderes de la comunidad, es quizá el mérito mayor de don Arnoldo.

Una de las frases preferidas de don Arnoldo es: “Cuántas personas se salvarían de morir si alguien les tendiera la mano”, misma que refleja su espíritu solidario y su vocación de servicio a la comunidad, que por más de 39 años ha sido la divisa del Canal 44 de esta ciudad.

Por eso, con todos los merecimientos, la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez recientemente le entregó la distinción de presidente É mérito de esa agrupación, cargo que se entrega por  primera vez en los más de 50 años de existencia de la APCJ.

Los juarenses debemos sentirnos orgullosos de contar entre nosotros a alguien como don Arnoldo Cabada de la O, porque ha puesto, y seguirá poniendo, muy en alto el nombre de nuestra ciudad y la calidad humana de los que aquí vivimos.

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