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Opinión

Incendio en el INM: crónica de una desgracia anunciada

Según organizaciones civiles, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos

Lilia Aguilar Gil
Política

miércoles, 29 marzo 2023 | 06:00

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Mi solidaridad y mi más sentido pésame a los familiares de las 39 personas que fallecieron en la estación migratoria en Ciudad Juárez. 

Los errores, descuidos y desatenciones tuvieron un costo incalculable, porque no se trata de cuántas personas, sino de que pudo haberse evitado. Hasta el momento, 39 personas han sido declaradas como fallecidas después de un incendio en un área de confinamiento del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad. Es inconcebible que perseguir una mejor vida, termine acabando con la misma. 

Lo que empezó por un sueño, termina convirtiéndose en una pesadilla. Este lamentable hecho no es el primero, se suma a más situaciones en las que justo por las mismas razones, por errores, descuidos y desatenciones, en donde la corrupción también es responsable, termina en la muerte de personas que no son delincuentes, son seres humanos en búsqueda de mejores condiciones de vida. 

El encierro de migrantes es parte de un modelo de política pública que no debe tener cabida en un país como el nuestro. México es un expulsor de migrantes y al mismo tiempo un territorio de paso, y eso nos debe hacer doblemente responsables de la seguridad de los migrantes. 

Según organizaciones civiles, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos. Y es que la región vive un flujo migratorio récord, con 2.76 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022.

No se trata de buscar culpables, se trata atender esta responsabilidad, de conjuntar no solo a los tres niveles de gobierno, sino a la región, incluyendo a los gobiernos de Estados Unidos y las autoridades de Centroamérica principalmente. La política pública debe atender de fondo, no por encima, las causas de la migración, y eso nos lleva a reconocer en la inseguridad y la economía, principales motivos por los cuales la gente sale de sus países hacia el norte del continente. 

La petición de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, para lograr un sistema migratorio seguro, ordenado y humano, es lo que deseamos todos, sin embargo, se debe reconocer que estamos rebasados, que la gente no va a esperar a que eso suceda porque sus necesidades son más grandes. 

Tenemos que empezar por reconocer que el modelo que se usa actualmente y que es replicado por todas las órdenes de gobierno, es un modelo de tipo carcelario, es decir, son tratados muchas veces como delincuentes que no son, cuando lo más que han hecho es una falta administrativa que de ninguna forma merece detención. 

Los protocolos deben ser diseñados bajo un enfoque de respeto a los derechos humanos, en el que la protección de sus derechos atienda sus necesidades, lo que implica trabajar con un nuevo modelo de política migratoria, que sea inclusivo, respetuoso de la dignidad y los derechos fundamentales de las personas. Y esto no es imposible. 

Buscar culpables ante hechos como estos, es indigno, lo que se tiene que hacer es trabajar en un cambio de paradigma que permita ver y tratar a los migrantes que cruzan México, como lo que son, seres humanos, no delincuentes. 

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